Ilusión | Yaoi Omegaverse [En Corrección]

10 - Engaño

¿Como se define el amor? Es algo emocional, algo psicológico, es un compuesto de químicos haciendo efecto en el cerebro, es inspiración para poemas y canciones, es el aleteo de mariposas en el estómago, son suspiros y aspiraciones, es el querer un beso, una caricia de "esa" persona, es confusión, obsesión y hasta miedo a la soledad. El amor es subjetivo para cada persona, ojalá hubiera alguna definición fija para aquella palabra, de esa forma no sería tan difícil explicarlo, entenderlo y practicarlo.

- ¿Que es esto...? ¿Porque... estoy aquí?

El silencio se hizo eterno para el omega después de soltar sus dudas y para el alfa fue la pregunta más difícil del mundo, no estaba en el momento para poder responder algo así. El también se había estado cuestionando lo mismo, no sabía con certeza, solo quería que el niño estuviera a su lado, pues se había convertido en algún tipo de medicina que curaba su existencia y de la cual estaba desarrollando algún tipo de adicción, pero al mirar a sus ojos y ver en ellos un brillo peculiar supo que tenía que cuidar bien sus palabras, sentía que lo que dijera tendrían un impacto en el pequeño.

Entonces, como siempre el rostro del pequeño recibía caricias, tan suaves como si al mínimo toque pudiera rasgar su piel, con una delicadeza que hacía sentir al omega que no le haría ningún daño. El alfa buscaba apartar los mechones que cubrían el rostro del niño, quería poder ver bien sus ojos y cada gramo de expresión en su carita.

- No lo sé... pero estoy amando que estés aquí, conmigo. -, Su voz casi parecía un susurro y es que gracias a la cercanía no hacía falta levantar mucho la voz, además era la calma lo que buscaba transmitir mediante un tono suave, hasta dulce. - No hemos hablado mucho uno con el otro, es normal que no lo entiendas y no tienes que entenderlo. -, El omega no parecía comprender del todo, más que eso no estaba satisfecho con la respuesta y entonces, como si leyera los pensamientos del niño, el alfa hablo, pensó en lo que le podría gustarle escuchar.

- ¿Acaso esto no es bueno? Yo amo tenerte. Mis días eran aburridos antes de que tú llegarás, ahora no me veo sin ti. Tal vez no entiendas lo gratificante que es verte en las mañanas con el cabello hecho un desastre y al llegar a casa en las noches, tu presencia me reconforta. ¿No es bueno estar aquí? Siempre puedo darte lo que quieras, lo que necesites, solo tienes que pedirlo, solo busco tu bienestar.

El pequeño atavío escuchaba cada palabra y con cada una de ellas sentía su corazón latir, en su corta vida nunca se había sentido tan necesitado, era agradable, era lindo, comenzaba a pensar que en verdad podría llevar una vida normal, que sus sueños se llegarían a realizar.

- Entonces... Quiero conocer el mundo, me gustaría estudiar, quiero salir y dejar de usar este collar. -. Sostenía el pequeño colgante que sobresalía del collar sobre su cuello, no era un accesorio feo, ni siquiera tenía activado el bloqueo de huella pero sentía asfixia aunque no le apretara el cuello.

- Solo tienes que pedirlo, ya lo había dicho. -, Solo basto un pequeño toque de su dedo pulgar sobre la parte trasera del collar para que esté se desprendiera, lo había liberado. -. Ya no tendrás que usar más ese collar pero no puedo dejarte salir, aún eres joven para entenderlo pero el mundo allí afuera no es para ti, debes de saber lo que les pasa a los de tus especie si caminan solos por la calle y yo no quiero ese destino para ti, solo busco protegerte. Quiero que esté sea tu hogar y yo seré tu familia. Te amo, ¿No es eso suficiente?

El niño no se dejaba llevar por sus palabras tan fácilmente, aún dudaba pero lo último que escucho llamo su atención, le estaba ofreciendo lo que había estado queriendo desde siempre. El remate para que sucumbiera a sus palabras fue lo último que salió de la boca del alfa, en ese momento aquella presión en el pecho paso de ser dolorosa a inquietante pero de una manera agradable, tanto que sus mejillas volvieron a tornarse carmesí y esta vez ni siquiera le estaba tocando.

La Ingenuidad de su corta edad le hizo creer cada palabra y cada palabra sonaba a verdad, es más cómodo creer que lo bueno existe, que el amor existe y que es tan puro como en la ficción. En ocasiones es más fácil solo cerrar los ojos y encerrarse en una burbuja, el cegarse suele ser un mecanismo de defensa ante las cosas dolorosas y difíciles de entender.

El omega sintió la necesidad por primera vez de acercarse por voluntad propia al alfa, tan solo rodeo su cuerpo con ambos brazos, hundió el rostro al costado de su cuello y suspiro largo, eran tantas las emociones nuevas que asimilar, todo era tan nuevo con el.
El alfa no dejo pasar la situación, volvió al principio, volvió a los labios del omega y esta vez se sentía recíproco, está vez el cuerpo del omega no estaba tenso, incluso lo sentía tan liviano y suave dejándose caer sobre el contrario.
De un momento a otro el silencio en la habitación acabo, cambiando el ambiente a uno más íntimo donde los quejidos tomaban protagonismo y se volvían más suaves a cada segundo transcurrido, esos quejidos estaban convirtiéndose en pequeños gemidos que salían sin querer y se mezclaban en medio de ambos.

El beso inocente se volvía húmedo, tanto que provocaba un sonido al menor movimiento de labios y al no tener descanso, el omega comenzaba a mostrarse agitado, aún le costaba respirar y el alfa lo noto de inmediato. Se detuvo por un instante que no duró ni segundos, no podía esperar a volver a sus labios. - Respira por la nariz mi amor. -. El pequeño omega reaccionó a sus palabras, sintió un escalofrío, al parecer era vulnerable a las palabras bonitas y ciegamente obedeció, ahora se volvió más fácil llevar el beso sin sentir que se ahogaba al hacerlo. Incluso pudo centrarse en los toques que le daba a su cuerpo, ahora disfrutaba de cada imperceptible sensación que a su nula experiencia le provocaba estimulos que no había sentido antes.

Quizás estaba empezando a acostumbrarse pero los agarres sobre su cuerpo ya no eran tan bruscos, no los sentía de esa manera, incluso los movimientos que hacía de rato en rato causando la fricción entre ambos, le hacían temblar, era una corriente eléctrica extendiéndose hacia todo su cuerpo y se concentraba en medio de sus piernas produciendo le calor, sentía la cara hervir al igual que el resto de su cuerpo y eso le hizo asustarse, termino alejándose en seco, empujando con sus manos alfa y enseguida bajo sus manos, cubría en medio de sus piernas, justo ahí estaba sintiendo un presión que le causaba dolor, el estímulo ya no era del todo agradable. No sabía que le estaba pasando pero dolía, el calor aún estaba presente y la necesidad de algo le inquietaba tanto que le tenía bastante avergonzado y ya no quería seguir con los besos, ni con nada más pero el alfa no pensaba de la misma forma, la distancia era una tortura para el, estaba tan ansioso e inquieto como para dejarlo escapar en ese momento.