24 - Olvidó

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El tiempo es relativo, suele pasar muy rápido y otras veces muy lento, en ocasiones se detiene, se vuelve inexistente o muy presente. No me había dado cuenta de lo rápido que pasan dos años y el como cambiaron las cosas en ese tiempo y lo que sucedió en el transcurso de ello.

En los pocos fragmentos de memoria que conservó, tengo marcadas escenas muy claras, la mayoría son tristes o dolorosas. Cómo la vez en que ella volvió a la casa, el como finjio que nada habia pasado y el como no pude decir nada porque las palabras ni siquiera salían de mi boca. Pensaba que el decirlo solo complicarían las cosas y que estaría bien mientras ella no volviera a tocarme. Me deshice de todo aquello que me causaba miedo, incluso ese gato que tanto ame al principio, ahora no podia verlo, se que no es el culpable pero me recuerda a la mentira y la traición. Al igual que ella fingi el olvido, poco tiempo después realmente lo olvidé, solo en raras ocasiones se me pasa por la mente como ahora.

Lo siguiente solo son flashbacks de mi pidiendo más, siempre más de lo que el podía darme pero para mí lo eran todo, solo pedía lo mínimo para ser feliz por un momento, pero el nunca cumplió ninguna de sus promesas y buscaba distraerme con dulces o regalos, incluso en un momento cuando ya nada de aquello funcionó, contrato un tutor quien me daba clases dos veces a la semana, amaba tener a otra persona en casa y aunque el miedo de un extraño no me dejaba en paz, poco a poco fue desapareciendo pero nunca por completo porque las personas suelen mostrarse buenas al comienzo y luego está la horrible verdad que esconden en sus adentros, no hay que confiar en ellos. Aunque disfrutaba de pasar tiempo con el tutor, siempre estuve alerta al igual que el, podía sentir como sus celos incrementaron hasta el punto en que el profesor dejo de venir. A Pesar de eso aún podía hablar con el por el móvil pero incluso aquello me lo quito. Siempre me daba algo para luego quitarme el doble. Y me lastimaba, sus celos me herían en la cama.

La segunda imagen que tengo marcada en el pecho es el, siempre es él. Fue después de que uno de esos horribles celos terminará, fue poco después de aquello que lo supe sin querer saberlo, cuando escuché pero ignore las palabras que ambos decían al conversar porque estaba asustado, porque no era algo que deseara. Tengo marcado el recuerdo de el diciéndome aquello como si fuera una disculpa pero no parecía tal, en ese momento lo odie por hacerme eso, ¿Pero que podia hacer? Solo podía odiarlo en silencio por haberme embarazado pero solo fue el comienzo.

Sus explicaciones del porque siempre eran muy vagas, tan frustrante pero ya estaba hecho. El bebé que tenía en el vientre continuaba creciendo, podía notarlo en mi vientre abultado y al verme en el espejo no podía creerlo, no odiaba al bebé pero no quería eso, estaba tan asustado porque habían otras cosas que quería hacer. Aún no podía visitar el parque y jugar ahí, no importa cuántas veces se lo pedí, nunca me dejó salir.
Quizás fue la profundidad de mi tristeza o lo poco que comía en ese entonces, cuando en una de esas tantas ocasiones que devolvía la comida por las nauseas, sentí el dolor agudo punzar en mi vientre, luego la calidez de algo chorreando por mis piernas, seguido de la agonía y el miedo por no saber que sucedía. Estaba solo cuando paso, incluso caí en la inconsciencia y la despertar estaba el, no pude descifrar su expresión pero el doctor también estaba ahí, en el si podía ver la desilución y entonces supe que mi bebé ya no estaba, había muerto. No deseaba tenerlo pero el no tenía la culpa de nada y en ocasiones llegué a pensar que cuando lo tuviera en mis brazos, por fin tendría la familia que tanto quería y que podría jugar con el, que lo haría feliz pero luego caía en la verdad, en que el quizás llevaría la misma vida que yo. Fue en ese momento exacto que deje de cerrar los ojos y lo odie por hacerme pasar por eso, no podía ignorar lo que estaba pasando pero ¿Que podía hacer? ¿Debía sentirme afortunado por no tener una vida peor? ¿Debía ser agradecido por no ser golpeado o maltratado? Las veces que el me lastima no lo hace de esa forma pero continua hiriendome.

Los meses que pasaron después de eso no los recuerdo pero una mañana, sentí algo moviéndose encima de las mantas, caminaba suavecito y luego algo muy peludo se acomodo a mi costado, era un pequeño gato. El verlo me hizo levantarme de la cama por primera vez en meses, el como jugaba con mis manos me hizo feliz, no lo había Sido después hace tiempo. Aquel gatito era otra forma de pedir disculpas y está vez había funcionado porque añoraba tenerlo, era mi gatito a quien llame miel, por su color dorado y lo dulce que se veía su carita con bigotes largos.

A pesar de que me había dado lo que tanto deseaba, no estaba listo para perdonarlo. Mis sentimientos hacia el son complicados porque en pequeñas ocasiones pienso que el es bueno, que me ama como lo dice y degustó de sus mimos pero luego sucede algo que me hace recordar quien es. Dadd... Eh dejado de llamarlo de esa manera porque se siente sucio, en un principio aquella palabra me parecía dulce, me daba la ligera fantasía de calidez asociada a una familia pero ha dejado de sentirse así, a él no parece molestarle pero veo en su rostro la desilución cuando me escucha decirla a medias y luego retractarme.
David es mi dueño y yo soy una de sus pertenencias, aunque diga que me ama, no me vera más allá de eso, lo sé por sus acciones y quizás si no fuera lo que soy, pudiera enamorarme pero los quizás y los pudiera son solo superficiales, inexistentes. De todas formas siempre termino cediendo y posteriormente olvidando, porque es doloroso recordar. Todo vuelve a ser lindo cuando no pienso demasiado, cuando solo juego con mi miel mientras espero, los días ya no son tan largos desde que lo tengo a él, incluso hablamos aunque el solo responda con un miau. Además, London comenzó a venir a jugar más seguido, aún es extraño tenerlo hablando de cosas sin sentido pero es divertido reírse hasta que duele el estómago, también me enseña a preparar postres ricos, jugamos con la arina y después de una ducha, vemos una película, a veces se queda a dormir. Paso mucho tiempo en que la nueva rutina continúo pero la amaba, me gustaba porque ya no estaba solo y así no había tiempo para que mis pensamientos me molestarán.

Si olvidó y me concentro en esos momentos donde solo hay felicidad, entonces yo también lo sere. Si olvidó y juego con el pequeño gato mientras espero entonces lo seré. Si cierro los ojos muy fuerte mientras me besa, lo seré. Si cuando el llega, no dudo en sus palabras, la verdad será esa y solo esa. Si creo en su amor y me dejó amar probaré un bocado de la dulce felicidad.

- Te amo... -. Nunca sabré el verdadero significado de esa palabra pero por primera vez salió sola de mis labios.

El me miró como si presenciará un milagro, seguido de un abrazo tan cálido como acogedor que me agrado.

- También te amo, no sabes cuánto espere por esto... De verdad te adoro -. No podía ver su rostro pero su voz estaba entrecortada como si estuviera llorando, nunca lo eh visto así, solo hay esa mirada melancólica en sus ojos pero quizás por ser la primera vez presenciando esa faceta de el, me sentí rendido por sus palabras, tan rendido en sus brazos. ¿Que mas podia hacer? Solo tenía que dejarme caer, olvidar y amar tanto como el me ama a mi.

Ilusión | Yaoi Omegaverse [En Corrección]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora