Parte uno: 1

3.4K 247 74
                                    

Xiao

Lo arruine

Jamás había metido tanto la pata como lo hice ahora.

Corro por mi vida lo más rápido que puedo sintiendo mi corazón latir por mil cada segundo y mi respiración agotándose poco a poco.

Estaba metido en el peor aprieto que había hecho en mi vida. Al inicio empezó como un pequeño capricho de mi parte, pero se terminó convirtiendo en un jodido problema.

Me detengo un poco sintiendo el sonido de mi celular. En la pantalla observo el nombre de mi socio "Aether" y contesto rápidamente la llamada.

—Eres una jodida mierda, Xiao—refuta el rubio al otro lado de la pantalla.

Sabía que estaba más que jodido y que Aether me lo dijera de nuevo no me hacía sentir el mejor hombre del mundo.

—Losé, mierda—dije caminando un poco más despacio por un callejón. —Pero eso no me interesa ahora, donde estas con mi auto—pregunte molesto.

—Estoy en camino—soltó una risa por lo bajo y colgó.

Aether disfrutaba un poco este tipo de cosas, era algo un poco normal para él. Pero para mí era una huida rutinaria. Pero claro por alguna razón esta vez sobre pase los límites.

Todo empezó cuando hace unas semanas conocí a cierto jefe de la Mafia de los Fatui.  Dottore, él es un mafioso de mierda que por supesto no es mi tipo. Pero su omega si lo era. Llevamos una tonta aventura por un par de meses hasta que se enteró el hijo de puta de su alfa y me embosco en mi casa tratando de asesinarme.

Fue muy audaz al fijarse que no venía con nadie y atacarme. Sabía que odiaba demasiado sentirme agobiado debido a tantos guardias de seguridad a mi alrededor.

Durante esos meses no pensé demasiado con la cabeza y ahora llegaban las consecuencias  de mi calentura del momento.

Suspire y seguí corriendo por mi vida para buscar un lugar en donde quedarme hasta que llegue Aether con el jodido auto.

Escucho de nuevo los autos persiguiendo y corro de nuevo.

Minutos más tarde llego hasta una pequeña farmacia en la esquina de una cuadra. Sin escapatoria alguna entro a paso apresurado y camino en los pasillos disimuladamente.

Me encojo de hombros y trato de ocultar mi olor para no ser percibido a larga distancia. Me pongo mi capucha y empiezo a observar y agarrar una que otra cosa.

—Bienvenido.

Me sobresalto un poco al instante y trato de sacar la pistola de mi bolsillo, pero mi mente se tranquiliza totalmente al observar a un pequeña omega en el cajero de la farmacia. Sentí de inmediato que era un omega debido al ligero olor de manzana y canela que emanaban sus feromonas. No era un olor del todo bueno, pero era relajante.

—Está buscando algo—pregunto el pelinegro de trencitas azules.

—No—murmure por lo bajo.

El chico asintió y empezó a hablar de ofertas sin sentido que tenían en esa farmacia. Por algunos segundos me quedé escuchándolo mientras revisaba si a los alrededores seguían los autos.

—Y así estas mentas serian fabulosas para su noche, señor—terminó de hablar el chico y asentí sin tomar tanta atención.

Sin embargo, mi mirada y concentración se volvió a él rápidamente. Gire un poco mi cabeza y observe que los autos regresaron, pero ahora conducían más lento.

—Si, me llevo unas cuantas—dije y le arrojé un billete de 50 dólares.

El omega me miró sorprendido y abrio la caja registradora para darme el vuelto.

Sentía mi corazón latir a mil por hora y mis manos sudar por completo. No sabía si me habían visto pero era mala señal que pasarán por ahí lentamente. El joven me dio el vuelto y me pregunto si quería algo más a lo que negué rápidamente, pero me retracte a los segundos cuando observe un par de hombres bajarse de ese auto.

—Si necesito tu ayuda—hable sin pensar.

—Mi ayuda—pregunto el chico sorprendido.

Asentí acercándome un poco más al mostrador.

—Escúchame—traté de recordar su nombre, pero recordé que nunca me lo dijo.

—Soy Venti—hablo sospechando de mi confusión.

—Bueno, Venti. Unos hombres me están persiguiendo y soy totalmente inocente, pero necesito tu ayuda. Ellos están acercándose a la farmacia y necesito que se vayan.

Mentí un poco claro, pero era por mantener mi vida sin riesgo.

—En que te debo de ayudar—pregunto más confundido que antes.

—Pues...—agarre las cienes.

No sabía que estaba haciendo, ni porque le pedía ayuda a un completo extraño, pero quería salvar mi vida y la de mi pene también así que dije lo primero que salió de mi boca.

—Me dejarías fingir follarte.

Paga Con Placer || Xiaoven Fanfic Omegaverse || Terminada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora