Paga Con Placer || Xiaoven Fanfic Omegaverse || Terminada.

Extra 03

Diluc

Octavo mes de embarazo

Venti se mece en la camilla con su suéter descubierto mostrando su pancita.

—No te muevas—regaño pasando mi mano por su vientre.

El menor balbucea y muerde sus labios ligeramente.

—Tengo sueño—se queja cerrando un poco sus ojitos.

Suelto un bufido junto con una sonrisa tonta mientras observo como sus manitos pasan por sus ojos y suelta un bostezo largo.

—De nuevo contracciones—pregunto limpiando el gel de su vientre.

—Si—asiente bostezando de nuevo. —No quería molestarte, lamento no habértelo dicho.

Sonrió de lado y bajo su suéter cubriendo su pancita.

—Soy tu doctor, Venti—lo regaño parándome de mi silla. —No importa lo cansado que este, debías de avisarme.

Venti suelta un bufido.

—Pero llegaste muy tarde y encima le ayudaste a Klee con su tarea.

Niego con la cabeza acomodando los utensilios del ultrasonido y agarrando una cobija.

—Y tu fuiste a pasear a Dvalin, cuando debías reposar—vuelo a regañar mirando como hace un ligero puchero.

Muero tanto por besar algún día esos labios.

—Es que todavía no se acopla al lugar, Diluc—abre su boquita haciendo berrinche.

—Mejor descansa si—sugiero extendiendo la cobija y cubriendo el cuerpo del menor.

—Como diga doc—acepta el mas bajo finalmente mientras entrecierra sus ojos.

Suspiro de nuevo y me quedo unos segundos mirando fijamente las facciones del mas bajo.

Amaba cada parte de su pequeño ser.

Amaba su sonrisa, sus ocurrencias y lo tan bonito y frágil que se veía.

—Cuando vas a darme una chance—murmuro al aire pasando mis dedos por los labios del menor. —Duermes como muerto, tontito—comento agarrando una silla y sentándome a su lado.

No sabia como expresar lo que sentía. Solo podía mirar el rostro del ojiverde y fantasear un mundo en donde solo seamos nosotros.

Un mundo en donde Venti me mirara a mi y solo a mi, un mundo en donde solo pueda sacar un nombre de sus labios cuando gima y que ese nombre.

Sea mio...

O simplemente quería todo sea como cuando nos conocimos.

Un pequeño Venti frágil con miedo del mundo y que solo yo era capaz de protegerlo.

No podría decir con sensatez en que momento se convirtió en una parte importante de mi vida y peor aun cuando empezó a cambiarla con tanta rapidez.

Solo llego un día de verano y desde ahí se quedo para siempre en mi corazón.

—Esta mal que te ame de esta manera—pregunto mirando como salían palabras incoherentes de su boquita. —Espero que no.

Para ser honesto tenia una esperanza.

Esa esperanza de que el manecilla de su novio vuelva a lastimarlo.

Se que suena egoísta, pero a la final el amor se trata de eso.

—Cuando vas a darte cuenta—comento finalmente antes de pararme de mi lugar y dejar descansar al pequeño omega.

Camino unos pasos agarrando las cosas de Venti y acomodándolas en otro sillón para el pelinegro pueda dormir aunque sea un poco. Sin embargo, me detengo por unos segundos cuando el celular de Venti empieza a vibrar por una llamada entrante.

"Mi amorcito", leo en la pantalla haciendo una mueca de rechazo.

—Mierda—murmuro apretando ligeramente mis labios y debatiendo si contestar o no la llamada.

Detestaba a Xiao y lo hacia demasiado, me molestaba su rostro, sus intenciones, su forma de hablar con lo demás, pero lo que mas me molestaba era que tenia a Venti.

Resoplo contestando el teléfono después de hacerlo sonar por unos segundos a la vez que salgo del consultorio para que el menor no nos escuchara.

"Venti, mi amor. Lamento mucho no haber estado a tiempo en la consulta ya estoy llega-", responde del otro lado con la respiración entrecortada

Como me molesta este tipo...

"Parece que ahora ni siquiera te interesan las ecografias de tu hija", cuestiono hablando por el aparato.

"Que mierda haces con el teléfono de mi Venti", responde al otro lado haciendo énfasis en el final.

"Se quedo dormido, porque ayer no durmió nada por las contracciones que capaz ni eso sabes"

Xiao resopla al otro lado mientras suelta una largo bufido.

"Esta bien, no necesito perder mi tiempo contigo. Mejor corto la llamada"

"No", lo detengo alzando a voz captando la mirada de las demás personas del lugar. "Ahora que tengo la oportunidad de hablar contigo es mejor que te deje algo en claro"

"¿Que? Estabas esperando a que mi pequeño este lejos de ti para amenazarme", suelta una carcajada irónica haciéndome hervir la sangre del coraje.

"Si, porque a lo contrario de ti. Yo aprecio a Venti y que te quede algo en claro"aprieto mi puño con rabia. "Estaba mejor antes de que aparecieras de nuevo"

Xiao suelta otro carcajada irónica.

"Agradece que Venti me dijo que no te hiciera nada porque si no hace rato te hubiera volado la bolas", exclama con rudeza.

"Si porque los tuyos solo saben hacer eso"reclamo apretando con fuerza mi bata clínica. "Solo amenazan y matan a personas inocentes sin saber como se van a sentir la familia y las demas personas con la perdida de los que ama-"

"Te equivocas", interrumpe el alfa con firmeza.

"Porque, acaso tu haz sentido esa perdida"interrogo con molestia. "Acaso has perdido a alguien que amas por la puta mafia".

"Si", dice sin rodeos. "Perdí a mi madre por la mafia"

Me quedo unos segundos en silencio tratando de analizar la situación y dándome cuenta lo mucho que la cague.

"Lo siento", respondo por lo bajo un poco mas calmado.

"Paso hace mucho, no es necesario disculparse", suspira por el teléfono. "Y tu perdiste a la madre de Klee de esa forma", pregunta cambiando de tema.

"Si, ella murió a manos de los fatui"

Xiao resopla por lo bajo con lastima.

"Así que por eso ayudaste a Venti", pregunta con la voz mas calmada.

"Si", afirmo cortamente. "Lamente haberte dicho todo eso antes", me disculpo sintiéndome mal por la situación del alfa.

Xiao suelta una sonrisa por el otro lado.

"No es nada, es normal que pienses así", afirma con sinceridad. "Pero créeme que ahora, solo veo a Venti y a nadie mas que el"

Y dicho lo ultimo Xiao se despide dejándome con otra percepción de su pasado y su presente.

—Así que por eso te enamoraste de ese idiota ¿cierto?—murmuro al aire sintiendo mi corazon partirse en mil pedazos.

Y en ese corto momento fue cuando me di cuenta de la cruda realidad...

Venti había encontrado a su alfa destinado.