Vuelve A Mi (Han Jisung & T/N)

Capitulo 15: Sólo te quiero a ti

Giré para encontrar una posición más cómoda para seguir durmiendo, aunque el sol estaba comenzando a calentar la habitación, lo cual me incomodaba. Traté de correr las sábanas a un lado y tan solo con mis piernas me quité el short, dejando libres mis piernas para refrescarme. Estiré mi mano para abrazar a Hannie, pero mi tacto no lo encontró. Me pareció extraño, abrí con dificultad un ojo para echar un vistazo, al parecer no estaba en la cama. Froté mis ojos con mis manos obligándome a despertar, salí por el pasillo y en el camino escuché ruidos en dirección a la cocina.
Me acerqué soñolienta con lo ojos casi cerrados, detrás del desayunador estaba Jisung de espaldas, sosteniendo una espátula en la mano. Me coloqué cerca de él y este se asustó al verme.

— ¿Qué haces? Deberías seguir en la cama — dejó el utensilio sobre la superficie de la cocina y enseguida me rodeó con sus brazos. Estaban descubiertos, sus músculos eran...impresionantes. Se separó tomando mi rostro con ambas manos.

Hice pucheros — Creí que te habías ido — mis manos estaban sobre su torso desnudo

Sonrió tierno — Iba a llevarte el desayuno preciosa. Ve, ya casi termino. — Me volteé para dirigirme al sofá pero este me detuvo ante una reacción sorprendida — T/N! Estás en ropa interior — exclamó con los ojos muy abiertos y señalando mi trasero.

Miré hacia abajo percatándome de la situación, aún seguía algo dormida — Lo sé, hace calor — seguía mirando mis piernas — No me mires así, es muy temprano para esas miraditas — solté burlona.

— ¿Miraditas? Yo no tengo la culpa de que me provoques — sonreía seductor — Ven acá un momento, necesito que pruebes algo.

Se volteó hacia lo que estaba preparando, me dió curiosidad lo que estaba cocinando, de nuevo me acerqué quedando a su lado mirando el sartén, eran unos simples huevos y bacon, ¿por qué tendría que probarlo? — Cariño, solo son huevos — levanté la mirada y este rápidamente se agachó para levantarme de los muslos colocándome encima del desayunador, se puso en medio de mis piernas y sus brazos se apoyaban en la superficie rodeando mi cuerpo. Mis manos se posaron sobre sus hombros, me miraba directamente a los ojos, brillaban, luego bajo hacia mis labios y remojaba los suyos.

— Te dije que es muy temprano — susurré, estaba muy cerca de mi rostro, mi corazón se aceleraba y mi respiración perdía el control.

— Lo sé, pero es que no puedo controlarme — agachó su cabeza tratando de calmar sus impulsos, se veía muy sexy y tierno a la vez.

Acaricié su pelo y tome su rostro en mis manos, levantando poco a poco hasta que nuestras miradas se encontraron — Me encantas, no sabes cuánto y amo estar contigo más que nada.

Su postura cambió, sus manos ahora subían por mis caderas hasta mi cintura, pero, de forma tierna y delicada — También adoro estar junto a ti, mi niña bonita.

Ambos comenzamos a reír de lo empalagoso que fue el momento, pero sabíamos que eso que dijimos, salía desde nuestro corazón.
Así pasaron un par de semanas, algunos días la pasábamos juntos y otros no, de esa forma tratábamos de mantener nuestra "relación" lo más sana posible, sin crear dependencia uno del otro.
Los chicos seguían sospechando o al menos eso nos hacían creer, probablemente ya estaban enterados de la situación, porque debo admitir que tanto a Han como a mi, a veces se nos salía de las manos tener el control de nuestras acciones en frente de los demás, claro, no habían besos ni nada fuera de lo común en una amistad, pero las caricias y miradas, podrían delatarnos.

Al fin habían finalizado las pruebas de la escuela y los resultados los iban a dar esta tarde. Todos estaban ansiosos, más bien nerviosos, en especial yo, con la ayuda de Jisung se me facilitó realizar la prueba de Biología, pero aún así me preocupaba la calificación.
En cuanto la profesora irrumpió en la clase, el silencio invadió el espacio, comentó que estaba sorprendida de los resultados y enseguida entregó las pruebas.
Tenía el papel en mis manos, mi ojos cerrados, le di la vuelta al examen en dirección a Hanna — Dime, ¿cuánto saqué?