Capitulo 29: Belleza innegable

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— ¿Qué haces aquí?

Estaba de pie frente a la entrada de su salón de práctica. Llevaba esperando quizá una media hora. No había sido fácil lograr que me dejaran quedarme allí en el pasillo, pero de una u otra forma, se cansaron de mi terquedad e insistencia.

— Escuché que tenías práctica hoy

Se le notaba la sorpresa en su mirada. El sudor le descendía por el rostro, como de película y una ligera sonrisa iba apareciendo en la comisura de su boca.

— Debiste decirme, apuesto que te advirtieron por quedarte aquí 

Reí. En realidad los de seguridad me estaban buscando, pero mientras me seguían por los enormes pasillos, logré encerrarlos tras la puerta que lleva a las escaleras de emergencia.

— No tuve problemas. Solo quería venir a verte — sonreí genuinamente y estirando el brazo le ofrecí una bebida — Ten.

Confusión.

Eso era lo que expresaba todo su cuerpo.
Y era normal, nunca había visto en mi esa iniciativa. Siempre era él quien llegaba a mi.
Por un instante sentí que debía retroceder, pero por extraño que fuera, no me incomodaba en lo absoluto.

— ¿Aún te falta? Quiero ir a comer — dije para disminuir el ambiente raro que se estaba creando.

Arqueó la ceja — Sólo déjame darme una ducha y nos vamos

Llevaba una toalla detrás del cuello.

Pronto apareció bien vestido, aún con el cabello mojado pero radiante tras el baño.
No hubo más palabras, solo nos dirigimos a la salida del edificio.

— ¿Está todo bien? — preguntó mientras caminábamos sobre la acera.
Le había sugerido ir por pizza. — Esto es raro, viniendo de ti. — Reí por lo bajo — No me malentiendas, es solo...

Lo sé — continué — para mi también lo es. La verdad, me sentía sola en casa y... quería  salir.

En cierta parte era verdad.

— Mmm, ya veo.

— ¿Te incomoda? Puedo dejarte aquí y...

— No lo es. Me agrada que hayas pensado en mi

Una sonrisa apareció en mi rostro. Me percaté de ello y carraspeé  la garganta. No me podía permitir eso.
El chico tenía la vista hacia el frente, aunque en pocas ocasiones intentaba mirarme de reojo.

Me impresionaba como para él no había filtros. No le avergonzaba decir lo que pensaba, ni siquiera estando conmigo. O solo tenía la valentía de hacerlo. Me preguntaba si yo llegaría a eso. Si algún día le diría sin pelos en la lengua lo que sentía por él.

En el restaurante, nos sentamos uno frente al otro.

Debo admitir que desde el día que llegó pelinegro, había despertado un atractivo inexplicable. Y era evidente. Miradas sobre él en cada esquina, en cada mesa del lugar.
No era... cómodo. Mientras él recibía miradas románticas e idolatras, yo recibía odio y envidia. No era justo, ni siquiera somos pareja.
En fin, podía entender a las demás. Era innegable su belleza.

— ¿Te das cuenta de que te están viendo? — solté cortante antes de tomar un sorbo de Coca-Cola.

Asentía ignorante, no le importaba.

— No sería nada extraño que se acerque alguna...

— No me interesan. Son superficiales. Y probablemente se aburrirán cuando sepan como soy realmente — jugaba con el hielo en su vaso

Vuelve A Mi (Han Jisung & T/N) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora