6.

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—Oye marifá — hablo el rubio, mientras caminaba con su hermana a casa.

Pues le había puesto una excusa a kedamono, para que no lo llevará en su increíble moto.

—Dime... — le respondió de forma distraída, pues estaba mirando el suelo.

—¿Cómo te vestirias para una cita? —

Eso fue suficiente, cómo para que su hermana dejara de caminar y voltiara a verlo.

No es algo que ella espera que su hermano dijera, de hecho fue raro.

Muy raro.

—¿Que quieres decir con eso? — pregunto ella confundida.

Haciendo que su hermano se pusiera nerviosos, pues su pregunta lo delató de cierta forma.

—Ahm.. — murmuró, mientas veiaa todos lados sin saber que decir.

—Ve al grano — dijo, mientras a acercaba a Poppe, haciendo que esté desviará la mirada asesina que le estaba dando su hermana menor.

Por lo que tuvo que decirle todo lo que pasó en el recreo con ese kedamono y sobre el malentendido que tuvo con el.

Sacándole un suspiro pesado a si hermana, pero la dejo más tranquila que antes.

—Solo dile que fue un malentendido — le contestó ella, restadole importancia a la conversación.

Sacandole una mueca al rubio, pues esa no era una buena solución para el.

Además y le había dicho que si a ese chico y se le veía algo emocionado.

¡Dios! a la proxima no le pedirá ayuda a su hermana.

—¿Que pasa hermanito, te sientes mal por ese niño feo? — le pregunto de forma burlona la chica, haciendo enojar un poco a Poppe.

—Callate, tonta — le contesto.

Uf, por supuesto que no, no le importaba el bienestar de ese chico raro.

Solo su maldito dinero, si, solo eso.

Estaba seguro.

Mientras que por otro lado, kedamono estaba muy, pero muy emocionado

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Mientras que por otro lado, kedamono estaba muy, pero muy emocionado.

Pues iba a tener una cita con la persona que le gusta.

Aún que claro, aún no había una fecha exacta, pero aún así era especial para el.

Pues iba hace su primera cita, ya que nunca antes había tenido pareja y esto lo antusiasma mucho.

—¡Kedamono, ven a comer! — grito si padre desde lejos.

Pues era hijo del dirección y eso traia tantas cosas buenas como malas.

Pues tenía una buena vida y estudios completamente pagados.

Y lo malo, pues que era hijo del director hacía ser difícil hacer amigos.

Pues nadie quiere problemas con la prestigiosa escuela y kedamono entiende eso.

—¡Y-ya voy! — responde este desde su cuarto, mientras bajaba para comer.

Y ver mucha comida en la mesa, en especial pollo, su favorito.

Este se relamio loa labios y se sentó para comer a gusto.

Y justo cuando iba a dar el primer bocado, su padre lo interrogó.

—¿Porqe estás tan feliz hoy? — pregunto el más viejo, mientras comía con normalidad.

Haciendo que kedamono se pusiera rojo, al saber la razón, pues era algo vergonzoso.

—¿Tiene que ver con tu nueva pareja?— pregunto nuevamente su padre, haciendo que kedamono asintiera.

Ya que kedamono le había contado anteriormente sobre su confesión y lo bien que le fue.

—V-vamos a tener una cita — le respondió suavemente, mientras baja la cara avergonzado porlo que dijo.

—En ese caso, invitalo a cenar en su cita — le sugerido el mayor, haciendo pensar a kedamono.

Ya que después de todo no era mala idea.

Ya que después de todo no era mala idea

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Niño rico // popkedaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora