Niño rico // popkeda

16.

Kedamono tenia la cabeza baja, mientras comia sin ganas su cena sobre la gran mesa.

—Come, hijo — dijo con suavidad el padre de este que se encontraba alfrente suyo.

Pues le habia preparado uno de sus platos favoritos a su pequeño para se sintiera mejor, pero fue todo lo contrario.

—No tengo hambre — murmuró, dejando su cuchara a un lado de la mesa y levantarse rápidamente.

Dejando desconcertado al mayor al ver que no habia comido casi nada.

Se estaba preocupado mucho.

—¿Estas seguro? — pregunto con preocupación.

A lo que kedamono simplemente asintio con una expresion seria.

Para luego sin más que hacer subio las escaleras de su cuarto, donde al adentrarse cerro con seguro.

Bajo la vista y se quedo estatico en su puerta por unos segundos.

Los cuales aprovecho para procesar todo lo que habia pasado ese mismo dia.

Su padre gritando afuera del instituto.

Popee fingiendo amarlo.

Aprovecharse de su estatus economico.

Dios, ¿Porque estas cosas le tenian que pasar a el?

Fue un tonto, tan tonto para no darse cuenta que estaba siendo manipulado.

—Soy un estupido — Dijo es voz baja, mientras pequeñas lagrimas bajaban por sus mejillas.

Dolia, realmente dolia y mucho.

Pues popee habia sido lo mejor que le habia pasado y resulto todo ser una farsa para aprovecharse.

—T-tonto, maldito popee — gruño levemente el lobo, para luego secar sus lagrimas.

Pero fue inutil, pues estaba llorando demasiado.

Por lo que con la desesperacion intento calmarse, pero no funsiono.

Estaba con mucha presión.

!Ding Dong¡

El timbre de la puerta sonó varias veces después de esa tocada.

Lo cual molesto mucho al mayor que estaba lavando los platos.

¿Quien demonios tocaba asi y más aun si es media noche?

—Ya voy, ya voy — dijo en un pequeño gruñido mientras iba hacia la puerta.

Abrió levemente la puerta para ver de quien se trata y vio una cabeza asomarse.

—¿Puedo hablar con kedamono? — Dijo el rubio con una voz cansado de tanto correr.

Provocando que el mayor al ver de quien era puso una cara seria y rodo los ojos.

—Vete de aqui niño, antes de que te rompa la cara — dijo de forma amenazante.

Pero eso le valio tres dedos a Poppe que sin aviso empujo al mayor de la puerta y entro desesperado buscando al lobo morado.

Para luego ir rapidamente por las escaleras buscando el dormitorio de este.

—¿QUE DEMONIOS HACES MALDITO BASTARDO? — Dijo furioso el contrario.

El cual se levanto con cierta difícultad y siguió al rubio por donde iba.

Pero claro que con desventaja pues el rubio fue mucho más rápido.

Que al encontrar por fin el cuarto de kedamono se adentro a esta y cerro con seguro.

—¿Que pasa páp-¿P-poppe? — pregunto desconcertado al verlo frente suyo.