Niño rico // popkeda

9.

—¿A dónde vas? — pregunto marifa con un tono serio, mientras veía como su hermano se arreglaba para algo.

—Saldre, no me esperes — dijo con un tono divertido, mientras le daba un beso en la mejilla a su hermana y salía de su hogar.

Haciendo gruñir a marifa por el comportamiento extraño de Poppe.

¿En qué demonios se estaba metiendo su hermano?

Mientras que por otro lado esté caminaba unas cuantas cuadras de su casa, para luego esperar en una esquina.

Pasaron unos minutos y a lo lejos pudo ver ese mismo carro lujosos de la mañana.

Sacándole una sonrisa al rubio al saber quién era.

—Eres puntual, eh? — contestó con un tono divertido el rubio desde la ventana del vehículo.

Sacándole un sonrojo a kedamono por lo que dijo, mientras dejaba entrar a Poppe dentro del carro.

Eh ir a ese restaurante mencionado por el lobo en la mañana.

Pero con un cambiante completamente silencioso acompañándolos a ambos.

Pues no tenían realmente tema de conversación y no se conocían muy bien a pesar de ser novios desde ya unos días.

Pero kedamono no sé quedaría con los brazos cruzados.

—T-te ves lindo — soltó de la nada kedamono, ya que no quería estar incómodo hasta su próximo destino.

Llamando la atención del rubio por completo.

—Tu también — le respondió con simpleza, sacándole una risa interna a kedamono.

—¿Quieres escuchar musica? — pregunto con una voz suave, a lo que Poppe asintió.

Y puso algo de buena música en la radio del carro.

El recorrido hacia el restaurante dejo de ser incomodo y entablaron varias conversaciones que animaron el ambiente.

Y notaron que tenían gustos similares o opiniones iguales a ciertas cosas.

Fue realmente muy agradable para ambos jóvenes.

Que parecían amigos cercanos, muy cercanos.

—¡Debes de estar jodiendo! — dijo entre risas el rubio mientras daba golpes suaves en la espalda del lobo.

—Te lo juro — respondió con una sonrisa grande en el rostro.

—¡Dios, te pasas! — Poppe seguía riendo, pero está vez más leve y teniendo contacto visual.

El choqué de sus miradas hizo que las risas disminuyeran y solamente se miraban.

El silencio reino nuevamente en ambos, pero este era uno comodo que no les hacía sentir el ambiente pesado.

Y realmente lo disfrutaban.

—Te ves lindo — dijo Poppe, como anteriormente lo había dicho kedamono con él.

Sacándole un sonrojo fuerte al lobo por ese cumplido — G-gracias, tu también.

Al escuchar el tono suave y dulce de kedamono, el rubio no pudo evitar mirar los labios de este.

¿Desde cuándo eran tan bonitos y finos?

Eran tan hermosos que quería.. ¡Dios!

—Estaciona el carro, ahora — dijo repentinamente el rubio.

Sacándole una mueca de confusión a kedamono, pero hizo caso a lo que dijo y lo estacionó en plena carretera.

Aún sin siquiera entender porque le dijo ese Poppe.

—¿Porque querías qu...? — la pregunta de Kedamono fue interrumpida al sentir unos labios en los suyos.

Lo cual lo hizo abrir sus ojos de la sorpresa y sonrojarse fuertemente al tener su primer beso.

Que por instinto colocó sus brazos al rededor del cuello de Poppe para sentir más ese beso.

—Tu boca — susurró entre el beso el rubio, confundiendo al lobo.

—¿Eh? — contestó de forma ahogada.

—Abrela grande para mí — contestó el rubio de forma coqueta que sin pensarlo metió su lengua dentro.

Lo cuál hizo que se volvieran un beso apasionado e intenso que excitaba a ambos chicos.

Y Poppe simplemente no pudo resistirse más a tocar los muslos firmes del lobo con sus manos.

—Ahm, t-tus manos, Mmh — dijo en un gemido, los cuales siguieron por varios minutos y horas.

Ese beso fue realmente adictivo para ambos, que estaban seguros que no sé iban arrepentir después de eso.

Eran las 11:35pm.

Y ni siquiera habían podido llegar a la reserva por cierto beso que tuvieron por varias horas.

Que al final solo volvieron a casa en el carro lujoso con ganas de más.