Niño rico // popkeda

15.

Las clases siguieron con regularidad para los estudiantes hasta la hora de salida, pero no para kedamono.

Pues estaba preocupado por su padre que no estaba como costumbre en la sala de dirección.

¿Le habrá pasado algo? ¿Tuvo alguna urgencia? Aun que si ese fuera el caso le habría enviado un mensaje de texto.

¡Dios estaba muriendo de los nervios!

—Keda deja de temblar — dijo el rubio, mientras acariciaba los cabellos del más bajo para calmarlo.

—¡E-es que el no está, Poppe! — dijo el lobo alterado.

A lo que el rubio simplemente suspiró profundamente, pues ya llevaban un buen rato buscando al mayor sin resultados.

—¿Tienes llave de tu casa? — dijo Poppe mirando a kedamono, a lo que esté asintió — Debes ir a tu hogar, te acompaño — respondió.

Ya que estaba oscureciendo y sería peligroso que ambos estuvieran solos a esas horas.

—B-bueno — dijo levemente kedamono, para luego caminar junto al rubio aún con la preocupación.

Solo esperaba que su padre se encontrará en casa sano y salvo.

—Tranquilo keda, seguro que... — la voz de Poppe fue interrumpida por un carro que venía a ellos con velocidad.

Lo cual los asustó a ambos, que retrocedieron unos pasos.

Cuando el carro se detuvo con brusquedad el padre de kedamono salió de allí azotando la puerta de este con fuerza.

Y la expresión que tenía en su rostro no era para nada agradable.

Pero aún así kedamono no lo pudo notar por la felicidad de ver a su padre a salvo.

—¡Papá! — grito un kedamono alegre, mientras corría hacia el mayor y lo abrazó tiernamente.

A lo que esté correspondió al abrazo, acariciando detrás de las orejas de su pequeño, para luego mirar directamente al rubio.

—Entra al auto — dijo en un tono sería, mientras aún tenía la mirada en Poppe.

Provocando que kedamono lo mire extraño, pues quería saber porque si padre no había parecido en todo el día —P-pero.. — fue interrumpido.

—¡Entra al jodido auto! — grito el mayor, asustando al lobo que retrocedio unos pasos.

A lo que Poppe actuó rápido acercándose a ellos y jalar a kedamono detrás de el en forma de protección.

—No le grite, señor — dijo Poppe en un tono tan serio como el mayor.

Provocando un silencio entre ambos chicos por unos segundos.

Para luego ver cómo el padre del lobo gruño fuertemente y se acercó al rubio.

A lo que esté retrocedió algo asustado por la actitud de este.

—Tu no tienes derecho de decir eso, le mentiste a mí hijo, desgraciado — dijo en un tono rudo, para luego empujar al rubio.

A lo que esté al escuchar eso, agrando sus ojos y abrió su boca para hablar, pero no salía nada.

Estaba demasiado confundido y asustado.

¿Como demonios se había enterado?

—¡Papá no lo empujes! — dijo el lobo, poniéndose entre ambos y mirar con enojo al mayor.

—No entiendes keda — dijo el adulto, para luego acariciar la mejilla de su hijo con dulzura y mirar al rubio — ¡Sabía que no era de fiar! — grito fuerte.