Día 22 | Noche de tormenta

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Spreen y Conter sabían que eran considerados un dúo problemático, estaban acostumbrados a escuchar quejas sobre sus decisiones precipitadas, lo que desencadenaba en acciones caóticas.

No era como si realmente les importase, solían ignorar la mayoría de represalias que los adultos instruían, después de todo tenían 17 años y se consideraban los dueños del mundo como cualquier otro adolescente.

Sin embargo, en aquella ocasión comenzaban a preguntarse si acaso habían cruzado el límite, puesto que se encontraban escondidos en un pequeño casillero velando por sus vidas.

Todo había comenzado como lo hacían la mayoría de sus acciones que acarreaban graves problemas, por una apuesta y un ridículo sentido competitivo que ambos poseían.

Los rumores sobre distintas apariciones fantasmales en el instituto cuando anochecía habían comenzado a tomar fuerza después de que se revelaran supuestas pruebas por un grupo de estudiantes de algún grado superior.

Y el lúgubre clima de los últimos días no había hecho mas que envolver el lugar del instituto en una extraña aura de desasosiego y disponibilidad para creer historias del tipo paranormal.

—Es una boludez— Había mencionado el farfano mientras le quitaba importancia al asunto.

­­—¿Vos decís? —Había cuestionado el azabache mientras observaba las fotos en su teléfono.

—Es obvio amigo— Señalo las supuestas apariciones— Está todo editado.

—Pero estaría piola quedarse acá en la noche— Argumento notando que algunos de sus amigos se acercaban.

—¿Quedarse dónde? —Cuestiono el de cabellos bicolor que se encontraba junto al albino.

—Pasar la noche acá para ver lo de los fantasmas y eso— Ante sus palabras el albino dejo escapar una risita —¿De qué te reis la concha de tu madre?

—¿En serio crees en eso? —Se burló mientras terminaba su energizante—

—No lo digo por eso pelotudo— Rodó los ojos mientras se levantaba— Porque no te quedás en la noche o que ¿Tenés miedo?

—¿Por qué no te quedas tú? —Cuestiono a su vez mientras tomaba asiento en su respectivo lugar.

—Dale nos quedamos los dos ¿O sos cagón? —Tanto Farfadox como Serpias habían ignorado la discusión de los otros, centrados en otro tema.

—Está bien, nos quedamos.

Y de aquella manera ambos se habían dirigido a la casa del azabache, puesto que quedaba mucho más cerca, donde habían planeado la manera en la que se escabullirían dentro de las instalaciones por la noche.

Su plan era bastante simple, en realidad, ingresarían por la zona de las canchas deportivas, la cual contaba con un muro considerablemente más bajo que el de la entrada.

Cuando la luna se alzaba sobre sus cabezas, habían decidido que era momento de partir, el albino había pedido permiso para quedarse a dormir en casa del más alto, por lo que no tendrían inconvenientes en ese aspecto.

Se dirigieron a su instituto únicamente con un par de linternas y una pequeña video grabadora aparte de sus teléfonos, puesto que deseaban vivir la experiencia completa al explorar algo paranormal.

Cuando llegaron al lugar se encontraban ligeramente empapados debido a la llovizna que caía, escalar el muro había resultado más complicado de lo esperado debido a lo resbaladizo que se encontraba la pared.

Cuando consiguieron colarse dentro avanzaron en silencio, escuchando únicamente el ruido de sus pisadas en el asfalto mojado y las gotas de lluvia al chocar contra las distintas superficies.

Writetober [Spreenter]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora