12.Broken baby

89 9 0
                                    

Era un día fresco por la mañana. Tomó una ducha tibia; se puso una crema perfumada a melocotón; se tomó su tiempo pasando serum en la cara y bálsamo hidratante; eligió una blusa azul cielo de botones acompañado de un entallado pero elegante pantalón blanco combinándolo con tacones altos de igual color. Cepillo su cabello quedando sedoso como siempre.

Está bien. Ella estaba bien.

Se convenció a sí misma que si Tenya Lida podía tener una amante y mantener su ritmo de vida tan constante como siempre significaba que ella podría hacerlo también.

No le daría el gusto de verla hecha pedazos como los primeros días que llegó a Tokio. Ningún maldito hombre tenía el derecho de derrumbarla y salirse con la suya como si nada.

Ella estaba bien.

Conducía pacientemente esquivando el tráfico matutino hasta el aeropuerto. Aparcó en la fila de espera en la entrada cuando el de lentes esperaba con el celular pegado a la cara.

-Quiero que reúnas a la junta directiva antes de que llegue a la oficina...-decía mientras acomodaba su equipaje en el maletero para luego sentarse en el asiento del copiloto. - Sí, tiene que ser ahora mismo...No, ese bueno para nada ni siquiera debería contar como directivo...

La castaña lo observaba de reojo sin articular alguna reacción. Apretaba el volante entre sus manos mordiendo su mejilla sin que él lo notara.

-Acabo de llegar así que tengo que alistarme, será al medio día. - colgó la llamada. Pasó una mano por el cuello de la castaña atrayéndola hacia él para plantarle un beso en la frente. - ¿Todo bien?

Preguntó al ver que Ochako permanecía seria lo que era inusual en ella.

-Sí. -contestó fingiendo una sonrisa que le costó más de lo que habría imaginado. - Todo está bien.








-Ensalada César y café americano, y Ochako...?

-Solo un té matcha para mí.

-Enseguida. -contestó la camarera dando una leve inclinación de cabeza.

No tardó en llagar con una taza y servirle el café al de lentes.

Uraraka apretaba la servilleta entre sus manos por debajo de la mesa mientras veía a Lida textear en el teléfono. Empezaba a sentir un dolor en el estómago característico de colitis nerviosa. Era su amante. Hablaba con esa mujer frente de ella como si no significara nada.

-¿Estas segura que no hay ningún problema? -cuestionó él sin despegar la vista del celular.

-Ninguno, ¿por qué lo preguntas?

-No has dejado de mirarme como si quisieras poner una soga en mi cuello durante toda la mañana. -esta vez, la observó por arriba de sus lentes tomando un trago de café.

Entonces sostuvo la respiración por unos segundos que parecían horas, la servilleta en sus manos se desmoronó por el sudor y la presión, la mandíbula le temblaba.

-Tks -rechinó los dientes cerrando con fuerza los ojos, hasta que retomo la compostura- Y-yo...te vi con una mujer en Seúl...con mi exsecretaria, Momo Yaoyorozu...

Sin inmutarse, el de lentes bajó la taza despacio sin decir nada. Entre ellos se instaló un ambiente tan tenso que era palpable.

-Era eso...-dijo cruzándose de brazos. Una sonrisa se dibujó en su rostro hasta llegar a una sonora carcajada como nunca antes lo había escuchado la castaña.- ¡JAJAJAJAJA!

Mi querido asistenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora