Mi querido asistente

15. Plan de contraataque

🔞 Advertencia: recuerden que es una historia de adultos por lo que este capitulo contiene lemon, leer bajo su responsabilidad 🍆🍒

Izuku Midoriya no se creía particularmente guapo; ni se veía así mismo como alguien que pudiera llamar la atención si entrara en una habitación o que pudiera gustar por su personalidad.
Pero por otro lado... Ver su figura frente al espejo, perlada por el sudor con la musculatura cada vez más pronunciada, rizos rebeldes despeinados le hizo sentir... atractivo.
Y es que no solo se trataban de factores físicos ni su apariencia; él se sentía deseable y masculino porque una mujer como Ochako Uraraka se había fijado en él.
Vio la hora; 6 am en punto.
Se dió una ducha rápida en el gimnasio y después de salir rumbo a su departamento paso por una floristería que quedaba a unas cuadras de ahí.
Pensó si sería buena idea llevarle unas flores como detalle por haberse acostado con él.
De acuerdo, eso no era para nada un buen argumento. Aunque hace un par de años le pareció un gesto agradable a la primera chica que se atrevió a tomar su virginidad aún si había sido por caridad.
Luego de pensarlo dos veces, recordó una cláusula del contrato en qué su relación se limitaba meramente a lo físico prohibiendo así los detalles que se pudieran considerar "románticos".
Bajo esas circunstancias, siguió con su camino.
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Había llegado con 15 minutos de sobra como era su costumbre y mientras encendía su computadora paso a la oficina de Uraraka colocando en el escritorio un té matcha y una rebanada de rollo de fresas con crema.
Eso no podía considerarse romántico ¿verdad?
-Midoriya-kun.
-¡Ah Uraraka-san!
La voz de la castaña lo había tomado desprevenido provocándole un susto.
-Veo que ya estás aquí, que bien.- tomo asiento rodeando al peliverde.
Izuku se apresuró a poner el portafolio de Ochako en el perchero junto a la ventana y mientras lo hacía escucho a su espalda.
-Cierra la puerta. -dijo la castaña con voz demandante.
El peliverde paso saliva. Apenas estaba asimilando lo que habia pasado el fin de semana tratando de averiguar cuál debería de ser su comportamiento ahora para con su jefa; mientras que por otro lado, sus ansias por volverla a poseer lo consumían.
-¿D-d-disculpe?- tartamudeo nervioso.
-Cierra la puerta, por favor. -volvio a ordenar de nuevo la castaña sin inmutarse.
Midoriya camino hacia la puerta y se le resbaló la mano la primera vez que intento cerrar debido al sudor.
Se quedó de espaldas a la entrada viendo como Ochako tranquilamente hojeaba unos papeles y los ordenaba.
Debió quedarse así un rato hasta que la castaña volvió a poner la mirada sobre él.
-Acercate, Midoriya.- mencionó sin quitarle los ojos de encima, esperando. El peliverde se paró frente a ella aún atento por más instrucciones- Puedes tomar asiento, no te mordere.
-S-si.
Ella se percata del rubor en sus pecosas mejillas y entonces entendio de mejor manera la situación.
-Puedes tranquilizarte, hay una cláusula que especifica los lugares prohibidos para tener esa "clase de comportamientos".

"Qué directa" pensó Midoriya tratando de calmarse un poco.

-Y dado por lo que hemos pasado...-la castaña se cruzó de brazos pensativa, luego la vio sonrojarse mientras miraba hacia abajo apenada. Era la primera vez que la veía de esa manera y por alguna razón, le encantó. Izuku se removió en su asiento esperando calmar el calor entre sus piernas.-...creo que puedo sincerarme contigo. En la posición en la que me encuentro, es difícil confiar en alguien; mi asistente más allegada está maternando, mis amigos son los amigos de mi prometido y no tengo a nadie más a quién recurrir.
-Uraraka-san...
-Tengo una propuesta que hacerte, es más una petición mía pero si aceptas debes saber que es aún más arriesgado que nuestro "otro convenio".
-Hare lo que sea que me pida. -respondio sin un atisbo de duda.
-Pero aún no te he dicho de que se trata. - dijo su jefa un poco sorprendida por su entusiasmo.
-A-ah sí -sonrio de nuevo nervioso encorbandose un poco mientras rascaba su cabellera. Recobro la seriedad e inflando el pecho dijo- Dígame ¿en qué puedo servirle?
La castaña cerró los ojos respirando profundo, después volteo hacia el ventanal de cristal en su oficina observando el movimiento matutino en las calles. Se levantó y permaneció ahí mirando hacia la calle, solamente pensando.
-Quiero que...Me ayudes a destruir a mi prometido.
Su solicitud había dejado un eco en la habitación tan profundo que todo el ruido exterior se desvaneció. Izuku Midoriya se quedó callado sin saber reaccionar; para este punto su teoría sobre que su jefa descubrió el amorío de Tenya Lida estaba más que confirmado, sin embargo, aún así no esperaba esa reacción de ella.
-No literalmente claro, pero sé por tu currículum que tienes amplia preparación en el área de finanzas, y yo conozco como la palma de mi mano la industria de la moda. Lo que quiero realmente es crear una empresa con mi capital, del cuál estarás encargado de administrar y mover para conveniencia de dicha empresa.
-Disculpeme pero no entiendo cómo eso podría arruinar a Lida...
-Voy a superar sus metas. Cómo su prometida, estoy al tanto de las propuestas que lanzo para alcanzar la presidencia de Ingenium. Planeo alcanzar...O mejor dicho, duplicar, el resultado de esas metas. Y cuando eso pase...Bueno, no necesitas saber más detalles, salvó que todo tiene que ser confidencial. No quiero a mi familia inmiscuida en esto.
-¿Eso significa que la creación de esta empresa no debe estar asociada con la compañía Uravity?
-Por supuesto que no, nadie salvo nosotros dos, debe estar al tanto de esto.
-Pero si es así, para crear una empresa con esa magnitud de impacto en el mercado no será suficiente su capital. Necesitará de inversionistas.
-De eso me encargo yo, pero ahora que sabes de que se trata, -la castaña volvió hacia el escritorio parándose a un lado del peliverde mirandolo fijamente -necesito una respuesta, y en vista de que se acaba el tiempo, te doy 2 hrs para pensarlo.
Midoriya suspiro mirando sus puños sobre las rodillas. Se puso en pie lentamente quedando por encima de Uraraka y a una distancia considerablemente cerca haciendo que la mediana volteara un poco hacia arriba para verlo.
-Como ya se lo dije, -respondio determinado- haré lo que sea que me pida.
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