16. Vestido de la venganza

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3 semanas después...

Los tacones de aguja sobre la loza de granito resonaban en todo el piso de maternidad mientras se dirigía a la habitación en dónde atendían a su ex-asistente.

-Veo que ni siquiera un parto de gemelos puede hacerte perder el glamour. -menciono Ochako mientras veía a la pelirroja mecer amorosamente a su bebé entre sus brazos.

-Es lo más lindo que alguien me haya dicho.

Any contesto pasándole el bebé a la enfermera que lo depositaba en un carrito con su esposo al lado sosteniendo al par.

-Es hora del baño. -dijo la enfermera dando una reverencia saliendo con ambos bebés.

-Ire por un té. -el esposo de Any salió dándoles su espacio.

-Gracias por las flores. Me encantaron.

-Estuve a punto de llenar la sala pero la dirección del hospital me lo negó. -la castaña camino hasta la cama, acomodándose en una orilla- Estoy muy feliz por tí.

Se sonrieron en silencio un momento.

-Y bueno, ¿le gustó el reloj a Lida? -pregunto la pelirroja cambiando de tema acomodándose en la cama.

-No...era para él. -contesto la castaña un tanto incómoda poniéndose de pie para ir hacia la ventana.

Hacia poco menos de una semana, le había encomendado a Any la tarea de buscar un reloj Rolex plateado con detalles verde esmeralda personalizado.

-¿Midoriya Izuku?- cuando vio a Ochako asentir ella se escandalizó- Uraraka, eso es...

-La cláusula dice que él no puede darme presentes a mi pero no yo a él. -se defendió ella, cruzándose de brazos casi evitando mirarla.- Además, Midoriya hace un excelente trabajo y quería una manera de agradecerle.

-¿Un excelente trabajo como asistente o como amante?- cuestionó Any levantando una ceja ahora cruzándose ella de brazos.

El rubor de Ochako no se pudo ocultar ni siquiera cuando miró hacia abajo buscando refugió.

-Ambos. -respondió entre dientes aclarando la voz.

La pelirroja soltó un gritillo de emoción asustando a Uraraka.

-¡Oh por Dios! Cuéntamelo todo, no omitas detalle.- se inclino hacia adelante recargandose en una almohada con una expresión de genuina emoción. Ochako se avergonzó aún más negando con la cabeza- No le debes negar nada a una mujer que acaba de expulsar dos seres del tamaño de melones por su vagina y que además lo más cerca que ha estado del sexo en meses es de la palabra. Es una orden, Uraraka.

La castaña se lo pensó dos veces, pero viendo los ojos expectantes de Any sobre de ella, y a cuestas de que era su única amiga que sabía acerca de su amorío, cedió.

-Bueno, él es diferente. No sé cómo explicarlo, - se sentó con la pierna cruzada en el sillón cerca de la ventana - sabes que el único hombre con el que he estado había sido Lida así que no tenía un punto de comparación pero...Con Izuku...cuando me toca, lo hace con tal delicadeza como si fuera a romperme, el calor con el que me mira me penetra los huesos-mientras Ochako seguía, venían a ella memorias de las veces que había estado con Midoriya, en la oficina y en la cama - Es verdaderamente un caballero y sabe cómo tratar a una mujer.

-Resulto ser una de esos chicos que son tímidos pero con un apetito sexual voraz. Pero, si te tiene satisfecha, entonces se ganó ese costoso obsequio. Ahora, -se inclino hacia adelante mostrandose aún más interesada- ¿que pasará con la boda? Lo último que supe es que tú futura suegra se quiere hacer cargo.

Mi querido asistenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora