19. Mis sentimientos por ella

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Las calles aún tenían demasiado movimiento para ser tan tarde. Alumbrados negocios se veían llenos de gente que ordenaba comida y bebidas, los karaokes estaban al tope y la gente se divertía .

Para Ochako era difícil adivinar si todas las noches eran así o si había una festividad; ese ambiente no era su tipo y los paseos nocturnos por los callejones estaban descartados en su nivel social. Ella acudía más a eventos de cócteles en salones lujosos con personas de alcurnia.

-Uraraka san.

Por un instante se había quedado atrás por los empujones que recibía por el tumulto. Midoriya se percató enseguida y la sujetó fuerte de la mano. Era cálida y grande en comparación con la de ella, pudo incluso sentirla un poco rasposa.

-No se separe de mí, casi llegamos.

Esperaba que fuera verdad. Sostener la mano de Izuku le provocaba un movimiento en el estómago que no podía ignorar. Esperaba que solo fuera hambre.

Solo 5 minutos más y habían llegado a un restaurante de ramen; el aroma era exquisito y había gente en todas las mesas.

-Sato kun, - Midoriya caminó hasta el mostrador donde se encontraba un hombre alto y fornido de tes morena preparando los alimentos.

-¡Ah Deku! Hace mucho que no te veía por aquí, ¿a qué debemos está sorpresa?

Él contestaba con una sonrisa pero sin dejar de preparar con rapidez y agilidad los alimentos, prueba de que era un excelente cocinero.

-Vine con ... - el peliverde se acercó más sobre el mostrador hablando bajo-  una amiga.

El chef se asomo por arriba del hombre de Midoriya reparando en Uraraka que saludo con un gesto de la mano sin hablar. Llevaba un cubrebocas y gafas (sin aumento) como parte de un disfraz improvisado pero esperaba que notará que le estaba sonriendo.

-¿Tienes disponible la sala? -pregunto el peliverde aún en tono bajo.

-¡Oh claro! - el chef le guiño el ojo levantando el pulgar- Pasen, prepararé mi especialidad para ustedes ¡Bienvenidos!

Izuku pidió permiso antes de tomar de nuevo  la mano de la castaña y guiarla por un pasillo hasta una habitación atrás de la cocina. Era estrecho pero para tener privacidad cumplía su función.

-Disculpe Uraraka san, - dijo un poco avergonzado - seguramente nunca ha frecuentado lugares como este.

-No pasa nada, Izuku -ella respondió con una sonrisa poniendo una mano en su brazo- este lugar es lindo y la comida huele bien. No estoy incómoda así que por favor no te preocupes.

Él se vio más relajado después de que le dijera eso, tomaron asiento quedando muy juntos debido a lo estrecho del lugar.

-Hoy en la junta por un momento pensé que su padre se negaría a firmar el contrato con Diamond.

-Sí, fue un momento que nos hizo sudar a los dos; menos mal que Mei se puso de nuestro lado. Siento haberte metido en un lío con ella.

-Fue mi decisión hacerlo; quién sabe quizá sea divertido, no se preocupe por mí.

-Prometo que te lo compensare.

Ochako puso una mano en la de Izuku que estaba en la mesa y de nuevo volvió a sentir ese repentino cosquilleo.

Midoriya primero vió sus manos juntas y luego la miro a ella, tenía las mejillas sonrojadas y lo hacía ver más adorable con sus pecas coloradas.

Él levantó una mano hacia ella, quitándole de la oreja la mascarilla que llevaba hasta ese momento. Ella no se movió permitiéndole el contacto.

Mi querido asistenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora