18. El inicio de la sospecha

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Caminaba a prisa y con cara de pocos amigos, pobre de aquel que se lo topara en su camino.

No era para menos, después de haber pasado toda la noche y gran parte de la madrugada esperando a su prometida en su apartamento para darse cuenta que nunca llegó a dormir.

Y si eso no era suficiente, faltaba más con la noticia en el periódico que llevaba estrujando en la mano desde que lo recibió.

Varias personas se hicieron a un lado, otras tantas se ocultaron en los papeles que tenían a la mano.

Tomo el ascensor, subió al último piso y al abrirse las puertas siguió con su paso.
Sabía que el asistentucho estaba en su lugar por su vista periférica pero ni siquiera lo volteo a ver cuándo paso por el frente. Entro de lleno y sin avisar a la oficina encontrando a la castaña de pie revisando unos papeles en su mano.

-¿En dónde rayos estabas? -cuestiono iracundo pero tratando de no alzar la voz.

Ella no se inmutó ni levantó los ojos del folder en sus manos.

-Hola, Tenya. Buenos días.

Se notaba su sarcasmo en la voz, añadiéndole que no le prestaba atención, eso lo puso aún más furioso.

Cerro la puerta casi azotandola.

-Te hice una pregunta. Estuve esperándote en tu departamento y nunca llegaste, no contestabas mis llamadas, estaba como un loco.

-En casa de mis padres, -la castaña al fin levantó la mirada pero se mostraba indiferente - pudiste haber llamado ahí si estabas tan preocupado.

Él rechino los dientes. Claro que había pensado en llamar pero eso daría pie a duda de que había problemas entre los dos y no tenía muchas ganas de que el señor Uraraka se enterará de eso.

-Bueno, tú pudiste avisarme. Teníamos cosas pendientes que hablar...

Ochako aventó el folder a su escritorio por fin dejando ver su molestia. Lida lo prefería así a qué no le afectará nada.

-Pues discúlpame si no me quedaban ganas de verte después de que me dijeras frente a Momo que "estaba loca si pensaba en tener niños ahora".

-De acuerdo, no fue la mejor manera de decirlo. -se acomodo el traje sintiendo hasta ese momento algo de culpa - Pero estamos en nuestro mejor momento; estoy por abrir otra empresa que nos beneficiará a todos; y tú lo estás haciendo bien como presidenta... Creí que estábamos de acuerdo en eso.

-No fue mi idea, fue de tu madre, ¿querías que me negara  a eso yo sola?

-Pudiste haberme dicho...

-¡Cuando? Siempre estás en juntas y cócteles, ni siquiera recuerdo la última vez que estuvimos juntos.

-¡Y eso te da el derecho de divertirte con el mojigato que tienes por asistente?

Lida arrojó el periódico sobre la mesa extendiéndose y dejando ver la primera plana. Una fotografía de Ochako pegada al hombro de un hombre que en ese momento había bajado la cabeza y no se veía bien su rostro. Pero Lida lo habia reconocido muy bien.

Ella lo tomo con ambas manos estudiando la foto, hojeo las paginas buscando la columna de chismes.

”¿De vuelta a la casería?" Era el titular de la columna.

-Es verdad que fui a la gala con él, -con tranquilidad puso el periódico en el cesto de la basura, luego puso ambas manos en su cadera- pero te avise minutos antes que iba a salir. Además, como tú lo has dicho, debes entender los deberes que tengo como presidenta de esta empresa, Izuku es mi asistente y lo necesito para repartir tarjetas, agendar números, revisar propuestas.

Mi querido asistenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora