Estaba cansada.
Todo esos sentimientos y penas que venía guardándose eran demasiado para ella... Quería ser fuerte, pero ya no podía.
Y justamente por eso es que no podía calmarse y las lágrimas continuaban cayendo sin parar por sus mejillas.
Su único consuelo en ese momento eran los fuertes brazos de Andrés, quien no la había soltado en todo el camino desde el set hasta su cámper.
— Ven, siéntate aquí. —Le decía el moreno, mientras la guiaba hacia el sillón.
— Perdóname, Andrés, no sé qué me pasa. —Contestaba ella, entre sollozos.
Alcanzándole su pañuelo, se sentó al lado suyo y volvió a abrazarla. Una vez más, ella se refugió en ese abrazo.
Andrés se había convertido en su lugar seguro y le agradecía a la vida, a Dios y a su padre el que le hayan enviado a aquel compañero tan increíble.
— Desahógate, Ara. Debes sacar todo lo que llevas dentro. —Le susurraba.— Esto no te está haciendo bien... Conmigo no tienes que ser fuerte, yo seré fuerte por ti.
Otro sollozo salió de su garganta y se abrazó aún más a él.
— Lo extraño tanto, Andrés, lo extraño y lo necesito aquí conmigo.
— Lo sé y él está aquí. —Dijo, mientras gentilmente apoyaba su mano en el pecho de la actriz.— Está contigo, Ara. Nunca te dejará sola.
Ella simplemente asentía, mientras intentaba tranquilizarse poco a poco.
No supo en qué momento había pasado, pero se había dormido entre los brazos de Andrés.
Se despertó y no entendía dónde estaba... Se encontraba confundida y desorientada.
Dio un pequeño saltito cuando oyó la voz del actor, recordándole lo que había pasado.
— ¿Ara?
Se separó de él y lo miró a los ojos.
Lo vio preocupado, con los ojos llenos de angustia y, de manera casi automática, llevó su mano derecha hacia la mejilla de Andrés, acariciándolo con el pulgar.
Sus ojos se dirigieron hacia los carnosos labios del actor. Recordaba lo bien que se sentía cuando tenía que besarlo en el set... Sus labios eran suaves y la boca de Andrés demandante.
Una fuerte necesidad de volver a sentirlo se apoderó de ella, y también una lucha interna por decidir si hacerlo o no.
Él la miraba sin decir nada.
Cuando estaba con Aracely, sentía como si un imán lo atrajera hacia ella sin poder controlarlo. Cuando estaba con ella, necesitaba tenerla cerca todo el tiempo.
Sentía urgencia por protegerla, por cuidarla... Quería tenerla a su lado siempre que pudiera y, el hecho de que ella no estuviera pasando por un buen momento en su vida, no hacía más que acrecentar esos deseos de ser como un ángel guardián para la rubia.
Aún la miraba en silencio, mientras analizaba sus facciones y repasaba con sus oscuros ojos cada parte del rostro de la actriz.
Se detuvo en sus finos pero bonitos labios y la vio entre abrirlos discretamente para soltar un tembloroso suspiro.
Levantó la mirada.
Sus ojos se encontraron.
En un momento de impulsividad y sin quitar la mano de la mejilla del moreno, Aracely se acercó un poco más, rozando sus labios con los de él e invitándolo a dar el siguiente paso.
Andrés captó esa tan directa indirecta y la atrajo más hacia él, uniendo sus labios en un ansiado beso.
Sus bocas se acoplaban, sus lenguas se buscaban.
Era un beso cargado de cariño, de ansias y gratitud. Era ese contacto que ambos necesitaban desde hace tiempo, incluso desde que volvieron a encontrarse, pero era aún más necesario para ellos ahora que estaban cada vez más unidos.
Ambos sabían que no estaba bien, pero en ese momento no les importaba. Solo querían quedarse en ese instante: solos, juntos y en ese beso que sus corazones habían pedido a gritos.
Lentamente se separaron y volvieron a mirarse. El único sonido que podía escucharse en el cámper era el de sus respiraciones agitadas.
Andrés le acarició la mejilla a Aracely y, justo en el momento en el que iba a hablar, alguien llamó a la puerta.
Se separaron rápidamente, el moreno se levantó del sillón y caminó hacia el otro extremo del lugar.
Ninguno sabía cómo actuar para no ponerse en evidencia.
— ¡Adelante! —Dijo Aracely, tratando de disimular lo ronco de su voz.
— Con permiso, Ara, ¿te sientes mejor? —Preguntó el director, entrando al cámper.
— Sí, Osito, te pido que me disculpes... No sé qué me pasó, pero no pude controlarme.
— Es normal que tengas momentos así... ¿Verdad, Andrés? —Dijo, ahora dirigiendo su mirada al actor, quien simplemente asintió sin pronunciar palabra.— Si estás lista para continuar, llamaré al equipo para que venga a retocar tu maquillaje.
— Claro, aquí los espero. —Respondió ella acompañando al hombre hasta la puerta.
Cerró los ojos por un momento, respiró profundo y escuchó a Andrés hacer lo mismo...
Al voltearse a mirarlo, lo encontró apoyado en la pared, mirándola fijamente pero sin decirle nada.
¿Qué debía hacer? Una opción era hacer de cuenta que nada pasó, hablarle como si nada; y la otra, mencionar lo sucedido y ver qué pasaba... En ambos casos, corrían el riesgo de que las cosas quedaran tensas entre ellos.
¿Qué los llevó a actuar así? ¿Por qué no pudieron controlar sus impulsos?
Andrés caminó hacia ella y, llevando una mano hacia la barbilla de la rubia, la hizo levantar la mirada para poder verla a los ojos nuevamente.
— Dime algo. —Pidió él, en un susurro.
— Andrés, yo...
— Con permiso... —Interrumpió su maquillista, seguido de todo el equipo que la ayudaría a retocar todo su atuendo.
Una vez más, tuvieron que separarse y disimular.
Aracely lo miró con gesto apenado y Andrés entendió que el tema había quedado zanjado hasta otra oportunidad.
Lo acompañó hasta la salida, mientras que los demás preparaban lo necesario para alistarla y que volviera al set.
Nadie decía nada, nadie los miraba con sospecha pues todos sabían que los actores se llevaban muy bien y que él estaba siendo de gran apoyo para la rubia en esos momentos tan difíciles.
Antes de salir del cámper, el moreno volvió a tomar su mano.
— Hablamos luego, ¿sí?
— Claro, ya habrá tiempo. —Contestó ella, recibiendo un sutil guiño como respuesta de parte de su compañero antes de que volteara para salir del lugar.— Andrés...
— Dime...
— Gracias. —Musitó, cerrando la puerta sin esperar respuesta.
ESTÁS LEYENDO
Mi fuerza
Romance¿Qué hubiera pasado si algo inevitable en la vida los hubiera llevado a encontrar una felicidad que no creían posible? AU - ANDRELY.