Ninguno de los dos pudo disimular el asombro y, por qué no, el desconcierto al ver a la empresaria allí.
— ¡Hola! —Saludó ella, sonriente.— Pregunté por ti y me dijeron que estabas repasando el guión.
Todo rastro de color había abandonado el rostro de Aracely.
Si en verdad necesitaban un golpe de realidad, era precisamente ese.
— Sí, ya nos toca grabar las próximas escenas... —Comentó Andrés, acercándose a saludarla con un beso en la mejilla y un corto abrazo.— Ale, permíteme presentarte a Aracely Arámbula, mi coprotagonista.
Escuchar eso hizo que la rubia volviera a la realidad y, con una gran sonrisa, saludó a la mujer frente a ellos.
— Mucho gusto, Alejandra.
— Por favor, el placer el completamente mío. Admiro mucho tu trabajo. —Respondió, amablemente.
Un sentimiento de culpa se adueñó de cada fibra del cuerpo de la actriz. Siempre supo que lo que estaban haciendo no era correcto, pero por unos días decidió dejarse llevar y ahora la realidad la hacía golpearse de bruces contra una pared.
— Muchas gracias, de verdad... —Dijo, sin perder esa enorme sonrisa que en realidad no tenía ganas de mostrar.— No los interrumpo más, iré a retocar mi maquillaje. Con permiso. —Agregó sin esperar respuesta y saliendo rápidamente de esa incómoda situación.
Y mientras caminaba, su mente iba a mil por hora. Los autoreclamos ya habían comenzado.
Si sabía que Andrés tenía pareja, ¿cómo pudo dejarse llevar así?
Si se ponía a pensar en todos y cada uno de los errores que cometió desde que volvió a verlo, jamás terminaría de castigarse.
No era común en ella el hacer esas cosas, pero el deseo que él había despertado en sus pensamientos y en su cuerpo era algo que se le hizo imposible de evitar. Ese hombre era tentación pura y no pudo resistirse.
Una cosa estaba clara: lo hecho, hecho está.
De nada servía arrepentirse de lo sucedido. Es más, una parte ciertamente egoísta de ella no lo hacía... Pero lo que también estaba claro, era que tenía que terminar lo que sea que tenía con Andrés cuanto antes.
[...]
La incomodidad que sintieron ambos actores durante las siguientes horas de grabación sólo fue evidente para ellos. Sabían perfectamente cómo hacer su trabajo y lo hicieron excelente, como siempre.
Alejandra se había quedado detrás de cámaras esperando a su pareja y ese fue el motivo del malestar de Andrés y Aracely.
Por momentos, mientras aguardaban para comenzar con la siguiente escena, él miraba a la actriz como pidiéndole disculpas por todo lo que estaba pasando. No veía la hora de poder hablar con ella, pero el deber llamaba.
— Increíble, ¡corten! —Vociferó el director y, casi de inmediato, la mirada de la rubia volvió a ser fría, cosa que a él no se le pasó por desapercibido.
En tono casi inaudible, se dirigió hacia ella y le dijo:
— Ara, tenemos que hablar.
— Creo que no hay nada que hablar, Andrés. Lo que pasó ya está hecho, pero no volverá a suceder. Debemos respetar a tu mujer. —Respondió ella y se alejó.
Por segunda vez en el día, el moreno la vio irse rápidamente y, a pesar de sus ganas de seguirla, supo que no era lo correcto.
— ¿Nos vamos? —Preguntó Alejandra, posando su mano en el hombro de Andrés para llamar su atención.
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Mi fuerza
Romansa¿Qué hubiera pasado si algo inevitable en la vida los hubiera llevado a encontrar una felicidad que no creían posible? AU - ANDRELY.