Si alguien le hubiera dicho que se encontraría así, con Aracely arriba suyo como Dios la trajo al mundo y gimiendo cada vez más fuerte a medida que su placer aumentaba, definitivamente no lo hubiera creído.
Luego de haberle hecho esa pregunta y que la rubia le respondiera montándose en él, supo que ninguno de los dos se arrepentiría de haber caído en la tentación de estar juntos.
Tenían llamado en un par de horas pero poco les importaba, sólo querían disfrutar cada segundo de aquel momento que tanto evitaron y que ahora no querían que termine.
Los gemidos de Aracely retumbaban en la habitación, el sonido de sus cuerpos al unirse también.
Deseoso de más, el moreno apretó su agarre en la cintura de la rubia, incitándola a moverse con mayor fervor y ocasionando que una oleada de placer volviera a azotar su cuerpo y, sin darle tiempo a bajar de aquella cima a la que la hizo llegar por tercera vez en esa noche, hizo que se voltearan para quedar nuevamente encima suyo.
Cada parte de la anatomía de la actriz quedó invisiblemente marcada por las manos de Andrés... Adoró y acarició cada pequeño espacio de su piel, intentando grabar en su memoria cada lunar y cada curva, como temiendo no poder volver a disfrutarla así.
Ella se dejó hacer y disfrutó de cada mimo propiciado por aquel hombre que estaba demostrando adorarla como nadie lo había hecho.
[...]
Cayeron rendidos en un profundo sueño cuando sus cuerpos ya no aguantaron más el cansancio.
Al día siguiente, entre besos y caricias, desayunaron algo liviano antes de ir hacia el set.
Si alguien hubiera visto, habría pensado en ellos como dos adolescentes enamorados, pero ambos estaban al tanto de que eso no era así. Los dos tenían muchas cosas que solucionar, que hablar.
Las miradas furtivas durante las grabaciones eran algo imposible de evitar. Cada vez que sus ojos se encontraban, el deseo volvía a encenderse y los recuerdos de su noche de pasión volvían a hacerse presentes.
— ¡Hello! —Un chasquido de dedos la trajo a la realidad otra vez.— Tierra llamando a mi mamá... —Decía Ana con su voz chillona.
— Discúlpame, mi cielo. Estaba pensando en algo que debo hacer. —Respondió Aracely, con las mejillas teñidas de rosado.
La adolescente rió fuertemente y logró llamar la atención de Andrés, quien no desaprovechó la oportunidad de acercarse hacia ellas.
— ¿De qué hablan mi esposa y mi hija?
— De que, al parecer, Ara estuvo repasando mucho el guión porque ya se metió en el papel y no deja de mirarte como embobada. —Respondió en un tono bajo, para que solo ellos tres pudieran escuchar.
— Es que mírame, hijita... —Dijo el actor, dando una vuelta para que pudieran apreciarlo.— ¿Cómo no va a mirarme así si estoy buenísimo? —Agregó con sorna.
Ambas actrices rieron al escucharlo.
Aracely agradecía internamente la respuesta del moreno, ya que el comentario de su hija de ficción la había descolocado un poco por lo que quedó sin saber qué contestar.
— Ay, ya estamos hablando tonterías. ¿No es así, Andresito?
— Aquí no saben apreciar mi belleza, me largo. —Respondió, alejándose de ellas y volviendo a robarles otra carcajada.
Sus horas de grabación juntos eran más que en días anteriores, pues ahora ya todo giraba en torno a sus personajes.
No había incomodidad alguna entre ellos. Al contrario, la química en pantalla era mucho más perceptible y sólo ellos eran testigos del por qué.
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Mi fuerza
Romance¿Qué hubiera pasado si algo inevitable en la vida los hubiera llevado a encontrar una felicidad que no creían posible? AU - ANDRELY.