CAPÍTULO VEINTIOCHO

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Me fui a dormir contenta y me levanté de la misma forma al recordar el mensaje que me había enviado antes de ir a dormir. Me había llamado princesa por primera vez y me había dado su camiseta, en la que también había dormido.

Fui a desayunar y no me quise cambiar la camiseta, no iba a quitármela para nada. Encima, hacía olor a él.

La camiseta era negra, era una vieja que tenía del fútbol. Delante tenía el logo del equipo del pueblo y detrás tenía el número 11, que era el número con el que él jugaba y también mi número favorito, como ya había dicho en el principio. Mi madre no sabía que Blake jugaba con ese número y no iba a saber nada. Además, siendo la camiseta del fútbol del pueblo podría ser de cualquier persona, podría ser de Luke. Ella no sabía quién jugaba y no al fútbol. Tampoco tenía nada que ver con ella, no tenía por qué contarle nada.

"¿Desde cuándo tienes tu esta camiseta?" Me preguntó mi madre al verme sabiendo bien que no era mi camiseta.

"Hace tiempo que la tengo mamá." Le mentí.

Fui hacia la cocina para esquivarla y poder volver a mi habitación lo más antes posible. Abrí la nevera y al ver que no había nada que me interesara volví a mi habitación. Mi madre no me dijo nada, tampoco me estaba mirando.

Me pasé todo el día en mi habitación, en la cama. Estaba viendo películas todo el día, sin parar. No me había pasado todo el día hablando con mi mamá como siempre hacía, eso era muy raro de mí, pero ese día preferí hacer eso. Si ella no quería que yo saliera de casa, pues bien, pero tampoco iba a ser una excusa para verme todo el día. No me dejaba salir y yo estaba haciendo exactamente lo que me había dicho, no había nada malo, yo le había hecho caso.

[...]

Por la tarde mi madre subió a mi habitación para ver lo que estaba haciendo, y para ver que estaba bien. No me había visto en todo el día. Aunque ella me hubiera dicho que no podía salir de casa, no creo que se pensaba que iba a pasarme todo el día en mi habitación sin verla. Ella debería de haber pensado que iba a estar con ella y hablar con ella, pero era lo contrario.

"¿Estás bien?" Me preguntó al verme casi medio muerta en la cama.

No era porque me encontraba mal ni nada, solo era que estaba cansada de no hacer nada, típico. Me había pasado casi todo el día en mi cama, mirando películas sin hablar con ella. Estaba en la cama con el edredón puesto con el ordenador en mis piernas mirando pelis y en el teléfono mirando otras cosas en la mano.

"Como sé que no me vas a contar nada, vengo a preguntártelo yo." Dijo.

Me volvió a preguntar que cómo me había ido e hizo más preguntas sobre la pulsera, cosa que volví a mentir porque no podía decirle la verdad.

No me preguntó muchas cosas, pero sí que las pensó.

"No me has dicho nada de Luke, ¿todo bien?" Me soltó después de un rato.

"Sí, estuve con él la mayoría del tiempo. Estamos bien." Le mentí.

No podía decirle nada, pero tampoco me hacía pena ni me sabía mal mentirle. Estaba harta de que me volviera a preguntar todo el rato lo mismo.

Ella no sabía nada de lo de Luke y yo, era normal. Sus padres ni se habían fijado y no le podían contar nada a mi madre, Luke no hablaría con mi madre y yo no iba a hablarle del tema tampoco. No había ninguna forma de que se pudiera enterar de la verdad, si había estado mucho con mi mejor amigo o no.

Después de estar un rato hablando conmigo se fue. Ella estaba haciendo pregunta tras pregunta como si fuese una interrogación, ella quería que acabara cansándome y le contara todo, pero no funciono, no saco nada de mí.

"Bueno pues, nada. Te recuerdo que mañana por la mañana viene tu prima, recoge un poco tu habitación o algo y prepárale la cama cuando puedas." Dijo antes de cerrar la puerta.

Ni me había acordado de que venía mi prima. Sabía que vendría en el verano, pero no sabía exactamente cuando. Yo quería salir y estar con Blake, no quería que viniese mi prima. Bueno, pero al menos podría salir de casa con ella y luego quedar con él, pero eso ya lo pensaría en su momento.

Empecé a pensar sobre lo que me había dicho mi madre. Había perdido a Luke. Aunque estaba finalmente con Blake, no tenía a mi mejor amigo. En ese momento me daba igual, pero empecé a ver que no me daba igual. Siempre habíamos estado juntos, éramos como carne y uña, no había nada que pasaba que no nos contáramos. No podía ser que después de tantos años siendo mejores amigos se echase todo a perder por culpa de un chico. Obviamente, quería al chico, pero podía tener a los dos, o eso creía.

ENAMORADA DEL VECINODonde viven las historias. Descúbrelo ahora