CAPÍTULO TREINTA Y UNO

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Blake <3: Uno de mis amigos hace una fiesta en su casa y quiero que vengas.

Estaba en la cama, obviamente que quería ir. Sería la primera fiesta que iría con él, además él había sido el que me había invitado. Mi madre todavía estaba mirando la tele y no iba a tardar mucho en irse a dormir.

No quería volver a escaparme de casa y que me volvería a pillar, iba a preguntarle. Sabía que me diría que no, porque horas antes ya me había dicho que no, pero era mejor preguntarle a qué me escapara.

Baje a preguntarle a mi madre si me dejaba ir, obviamente que me dijo que no.

"¿De verdad crees que te dejaré salir ahora después de todo? ¿Después de tu actitud y de sudar de tu prima, crees que debería dejarte salir?" Explotó mi madre.

Su respuesta no iba a cambiar mi pensamiento, yo iba a ir con o sin su permiso.

No le contesté, le miré con mala cara y subí a mi habitación. Ella tenía que ver que me había enfadado con ella, que no me había gustado su respuesta.

"¡Me voy a duchar!" Le grité desde arriba de las escaleras para que me escuchara.

Puse mi música y tardé en ducharme, me lavé el pelo. Quería estar bonita para la noche. Mi madre obviamente no pensaba que igualmente iba a salir, solo que me iba a duchar antes de irme a dormir, como si fuese una noche normal. Me sequé el pelo y fui a mi habitación a vestirme.

No sabía qué ponerme, y además tampoco sabía cómo iba a hacerlo sin que me viera mi madre. Cerré la puerta y me puse algo mono que encontré. Por encima, me puse una camiseta ancha que tenía que me cubría el outfit que llevaba debajo.

Me planché el pelo en el suelo de mi habitación, delante del espejo.

"Buenas noches." Dijo mi madre pasando por delante de mi puerta.

"Buenas noches." Le respondí borde.

No sé ni si se había fijado que me estaba planchando el pelo, pero tampoco pasaba nada. A menudo me planchaba el pelo así porque si, ella no sospechó nada.

Me aseguré de que estuviera en su habitación en su cama y me empecé a maquillar.

Cuando ya estaba arreglada me quité la camiseta que llevaba encima, cogí el bolso con el móvil y salí por la ventana como había hecho la otra vez. También cogí las llaves para abrir la puerta cuando volvía, por si iba un poco mal y no pudiese saltar por la ventana.

Cuando bajé él estaba allí, en su coche, esperándome. Entré en el coche y me dio un beso en la mejilla.

"Qué guapa estás." Me dijo él mientras empezaba a conducir.

Yo sonrié.

Nos llevó a la casa de uno de sus amigos, que yo conocía. Bueno, él no sabía que lo conocía, pero yo sabía quien era, jugaba con él a fútbol. Obviamente qué sabía quién era.

Cuando salimos del coche me cogió de la mano y entramos a la casa de Josh.

Josh era uno de los chicos populares del equipo de fútbol del colegio. No era el más popular del equipo, porque todo el equipo era igual de popular, aunque Blake fuese el más popular de todo el equipo.

Cuando entramos en la casa, todos los chicos empezaron a saludar a Blake. Yo iba detrás de él, cogidos de la mano, pero nadie me dijo nada. Y de eso me alegro.

Me presento a unos cuantos de sus amigos, pero no me presento como amiga ni como novia. Me presento por mi nombre sin añadir nada más.

La fiesta estaba llena de gente, la mayoría los conocía o me sonaban sus caras de verlos por el pasillo del colegio o en algún partido de fútbol.

Tenía un poco de miedo de que alguien me dijera algo, o a Blake por ir con él. Pero resultó ser todo lo contrario. Sus amigos no eran tan malos como creía. Cada persona se preocupaba por ellos mismos, nadie criticaba a nadie ni hacía preguntas. A nadie le importaba con quién ibas o dejabas de ir.

Blake saludaba a sus amigos mientras yo estaba detrás de él, todavía agarrados de la mano. Yo solo les sonreía.

Hubo un momento en el que Blake me pegó hacia su cintura mientras bailábamos y noté unos ojos que nos miraban. Me giré a ver disimuladamente, era Mia. Desde el día en que se habían besado que no la había vuelto a ver.

No la miré ni hice nada raro, para que no viniera hacia mí ni a hablarme. Nos miraba celosa y hablaba con una amiga, pero no se acercó ni nada. No le hizo gracia ver a su ex con una chica que no conocía, además yo era la mejor amiga de su hermana. Ella antes me había visto y me había criticado, aunque no sabía quién era.

En todos los sitios donde mirabas había diferentes tipos de juegos de beber. Había un ping-pong, verdadero o falso, yo nunca nunca, ruletas de chupitos... Todos estaban bebiendo, estuvieran donde estuvieran. Nos pusimos a jugar en el yo nunca nunca sin saber cómo iba a terminar.

Solo hablaban de cosas muy calientes, cosa que me hizo beber mucho, yo siendo virgen. Por cada cosa que no habías hecho alguna vez en tu vida, tenías que beber un chupito. Yo, no había hecho casi nada de las cosas que decían y me tocaba beber cada vez.

Blake veía que cada vez tenía que beber, pero no decía nada. Algunas veces también me acompañaba a beber. Después de un rato nos fuimos de allí, nada más porque había bebido mucho, mucho más de lo que debería y mucho más de lo que nunca había bebido.

Nos quedamos allí un rato más los dos bailando juntos, pero nada pasó.

Después de un tiempo se aburrió y quiso marcharse. Yo no iba a decirle que no, y lo seguí. Fuimos a un bar que había al lado de la casa de Josh, que tenía una terraza con grandes vistas. Desde la terraza que había en el bar, se podía ver toda la ciudad, además, a aquella hora estaba toda iluminada.

Nos quedamos en la terraza hablando un par de horas más.

ENAMORADA DEL VECINODonde viven las historias. Descúbrelo ahora