1 -Un Castigo Injusto

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Sabía bien que era culpa suya por dejarse llevar por los caprichos de su mentor, ¡pero éste era un castigo totalmente injusto!

¡Nakajima Atsushi no quería morir todavía!

Si, si, faltó por una semana al trabajo en la oficina y en cambio se la pasó en la feria de diversiones de Yokohama, pero fue porque Dazai-san se lo había ordenado. Atsushi no tenía ni idea que Dazai no contaba con el permiso del presidente, y que no estaba autorizado para mandarlo a ninguna parte. "No vuelvo a confiar en él" Pensó Nakajima. Por su culpa, ahora debía pasar un mes entero en la Port Mafia, y al cuidado del usuario de habilidad más poderoso, Nakahara Chuuya.

Y tenía que ser sincero: Chuuya-san le daba miedo.

Mieeeedooooo.

-At-su-shi-kun -Llamo Dazai en tono cantarín-, ¿Estás listo?

-Si, Dazai-san -Contestó el albino con voz lastimera. ¡Adiós, salud mental!

Ambos se encontraban en el edificio de la agencia, ya listos para el "intercambio". Tan solo estaban esperando las órdenes del presidente para partir.

-¿Qué dices tú, Kenji-kun?

-¡Estoy listo, Dazai-san!

Porque no solo Atsushi tenía que ir a la mafia, cosa que lo tranquilizaba. Kenji no estaba castigado ni nada parecido, pero había sido elegido por el presidente solo porque necesitaban al menos dos personas para el trabajo.

Kunikida se acercó a los dos jóvenes.

-Muy bien, chicos -Dijo solemnemente-, esto es una oportunidad de conocer a sus enemigos, pero recuerden que no deben haber peleas. Y no se olviden de escribir un informe detallado sobre su estadía en la Port Mafia.

Mientras decía esto, acariciaba su cuaderno con cariño, en el que ya estaba escrito el informe ideal que deberían de presentar los dos menores de edad.

-Ah~ Kunikida-kun~ -Dazai se arrimó a su compañero felizmente con la intención de molestarle-, deberías cambiar la descripción de tu mujer ideal, tú no necesitas más amante que tu querido cuaderno~

A continuación, Dazai fue a darle amor a la puerta.

Puerta que se abrió, obligándole a darle amor también a la pared. Tal vez estaba celosa.

Perdón, estoy desvariando.

El caso es que Fukuzawa atravesó el umbral mirando a sus subordinados.

-Atsushi, Kenji -Llamó-. Ya hablé con Mori-san, y está listo para recibirlos en la Mafia.

-¡Eso me alegra mucho! -Exclamó Kenji como el rayito de sol que era. Atsushi se limitó a suspirar lastimosamente.

-Bueno bueno -Dijo Dazai, que ya se había despegado de la pared-, en ese caso, ya podemos irnos.

-Así es -Asintió Fukuzawa-. Les deseo suerte.

-La vamos a necesitar... -Murmuró Atsushi.

-¡No te preocupes por Chuuuuuya, Atsushi! -Exclamó Osamu acariciando el pelo del menor-. Ese enano no te puede hacer daño. A menos que los insultos rompan huesos, porque en eso Chuuya es experto. -Rió- ¡Tan solo es un enano agresivo, así que no te preocupes!

-Dazai-san terminará haciendo que me maten -Masculló Atsushi apenado.

Pero no había nada más que hacer. La decisión ya había sido tomada.

Se despidieron de sus amigos y cruzaron la puerta para encaminarse a lo que podría significar su muerte... O simplemente un trabajo muy tedioso pero no mortal.


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¡Hola! ¿Qué tal?

Si bien este no es mi primer fanfic, si es el primero que escribo en este fandom.

¡Espero les esté gustando! ¡Adiós!

Intercambio (Soukoku & Shin Soukoku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora