10 - Su Llamada ha sido Desviada a Correo de Voz, por Favor deje su Mensaje.

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Muy bien, la primera semana ya había pasado. Dejando de lado el incidente de los narcotraficantes árabes, había sido una buena semana. A Atsushi cada vez le iba mejor en los entrenamientos, aunque con Akutagawa quedaba empatado y Chuuya siempre conseguía humillarlo en los primeros cinco minutos de combate.

Ese día en particular, había conseguido inmovilizar al albino con nada más que un hilo de su camisa y un pedazo de algodón.

-Te volví a ganar -Se burló el mafioso, viéndolo colgar cabeza abajo.

-Con todo respeto, Chuuya-san, esto es humillante.

Akutagawa se acercó a ellos, con Rashomon sujetando a Kenji.

-Ingenuo de ti si creías que podrías vencer a Chuuya-san en un combate, incluso después de haber entrenado con él durante una semana -Le recriminó-. Yo lo llevo intentando por cuatro años, y aún no lo he logrado.

-Eso significa que si consigo vencerlo este mismo mes, seré mejor que tú -Replicó el tigre- Chuuya-san, por favor, libéreme. Lo quiero intentar de nuevo.

-Creo que fue suficiente por hoy -Rió levemente Chuuya-. Hay que ir a desayunar.

-¡Sí! -Exclamó Kenji- Muero de hambre.

Akutagawa bajó al rubio al suelo y tosió.

-Con su permiso, Chuuya-san, me gustaría ir a visitar a mi hermana a enfermería.

-Por supuesto. Dale mis saludos a ella y a Higuchi.

Tras una reverencia, el azabache dio media vuelta y se largó. Nakahara miró a los detectives.

-¿Quieren un rollo de canela?

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-¡Akutagawa-senpai, discúlpeme, por favor! -Pidió Higuchi por tercera vez en la semana- ¡No pude mantener a Gin a salvo! ¡Lo lamento!

-Está bien, Higuchi -Suspiró Akutagawa con cansancio-. No te preocupes por eso.

-¡Por supuesto que me preocupo! Es mi deber mantenerla a salvo, cuidar de ella. ¡Yo le fallé!

No podía enojarse con Higuchi por disculparse tantas veces, dado que podía comprender el sentimiento de culpa. Incluso luego de que Atsushi le dijera que le perdonaba por haber asesinado a aquel hombre, seguía sintiéndose mal. 

Nunca llegó a creer que podría sentirse culpable por matar a alguien. ¿Qué le sucedía?

Mientras tanto, la rubia en su camilla se estaba martirizando pensando que Akutagawa podría odiarla. Después de todo, no eran tan distintos.

-Todo está bien, Higuchi -Repitió, poniendo una mano sobre la cabeza de la chica-. Estoy seguro de que hiciste todo lo que estaba a tu alcance para protege a mi hermana. Te estoy agradecido. Lo único que me importa ahora es que ambas estén bien.

Gin sonrió, y Higuchi parecía al borde del llanto, pero de la felicidad. No todos los días consigues halagos de tu amor platónico.

-Gra-gracias, Akutagawa-senpai -Consiguió balbucear.

El mafioso sonrió y quitó la mano de la cabeza de su amiga. Luego miró a su hermana.

-¿Te sientes bien para caminar? -Le preguntó.

Intercambio (Soukoku & Shin Soukoku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora