6- Entrenamiento

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Por mucho que lo intentó, Atsushi la pasó fatal. No pegó ojo en toda la noche por miedo de que Akutagawa lo matara en cualquier momento y sin razón aparente. Por toda esa paranoia, no pudo dormir.

Y no fue el único. La incomodidad de Atsushi se le pegó a Akutagawa, quién tampoco pudo descansar. Y los pocos momentos en que pudo dormir estuvieron plagados de pesadillas. Además, el hombre tigre se movía demasiado, y más de una vez le tuvo que gritar que se quedase quieto, que no lo estaba dejando dormir.

Y Chuuya, por su lado, no podía con el remordimiento de haberle gritado a Osamu y haberle regresado el anillo que representaba su unión. ¡Por supuesto que seguía enfadado! Pero la noche era fría, y le hacía falta el calor del cuerpo del suicida a su lado.

En resumen: Él único que durmió satisfactoriamente esa noche, fue Kenji.

Y como No Dormir Un Carajo significa Mal Humor El Resto Del Día, a la mañana siguiente, Chuuya, Atsushi y Akutagawa se levantaron de malas.

—¡Hazte a un lado, maldito Jinko! —Gritó el pelinegro pateandole la espalda y haciendo el que albino cayera de la cama.

—¡¿Cuál es tu maldito problema conmigo?! —Chilló Atsushi.

Chuuya abrió la puerta de la habitación de una patada.

—¿Qué hacen ahí parchados como si nada? ¡LEVÁNTENSE DE UNA PUTA VEZ!

Y entre gritos, quejas y uno que otro lloriqueo, los tres adolescentes y el adulto casi responsable salieron en dirección a la base de la Port Mafia.

Por suerte, esos cortos minutos de viaje en auto sirvieron para que se calmaran un poco. Respiraron, reflexionaron acerca de sus decisiones en la vida, y para cuándo se bajaron del auto, estaban más decepcionados que enfadados.

—Bien, sé que están ligeramente tensos —Dijo Chuuya con un tic involuntario en el ojo izquierdo—, así que vamos un ejercicio desestresante.

—¿De que se trata, Chuuya-san? —Preguntó Atsushi luchando por mantenerse despierto.

—Entrenamiento de pelea —Contestó el pelirrojo—. Yo pelearé con Kenji y tú con Akutagawa.

—¡¿Haah?!

—¿Ves? Ya estás despierto. El perdedor deberá comprarle café al ganador.

La verdad, podría ser peor. Atsushi conocía a Akutagawa, por lo que no sería un problema entrenar con él. Se preocupaba más por Kenji, pero el rubio todavía no había desayunado, así que su fuerza sería descomunal.

El entrenamiento comenzó bastante bien. La sala destinada a ello era lo suficientemente grande y contaba con los suficientes obstáculos que podrían atravesarse en un enfrentamiento real. Akutagawa, agresivo como siempre, usaba a Rashoumon para atacar y lanzarle cosas a Atsushi, quién debía retroceder y destrozar la tela de Rashoumon y los objetos que le lanzaba con las garras del tigre.

Chuuya y Kenji, por su lado, estaban teniendo un combate lo más de entretenido; Las cosas que le tiraba Miyazawa al pelirrojo eran devueltas gracias a la habilidad de Manipulación de la Gravedad, y el rubio las volvía a agarrar y a lanzarlas.

Aún así, Nakahara era mayor, y estaba más experimentado. En un descuido del joven, usó una viga de hierro para apresar sus brazos y amarrarlo contra otra viga. Mientras tanto, como Atsushi y Akutagawa no estaban llegando a nada, usó la gravedad a su favor para apresar de igual manera al tigre.

—Yo podía solo —Protestó el azabache.

—Lo lamento, estabas tardando demasiado.

Liberó a Atsushi y a Kenji.

Intercambio (Soukoku & Shin Soukoku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora