De muy mala gana, Akutagawa dejó que Chuuya se fuera a su "cita" con Ranpo. Al azabache no le gustaba nada dejar solo a su superior, ni siquiera aunque fuera por una cuestión de trabajo, y mucho menos dejarlo solo con un sujeto aficionado a los dulces que lo encerró un par de semanas dentro de un libro.
—Chuuya-san, por favor, lléveme con usted, me portaré bien, lo juro.
—Ya dije que no, Akutagawa, estaré bien.
—Por favor, Chuuya-san, si no voy con usted, por lo menos déjeme enviar un francotirador por si acaso.
—¿Ustedes envían francotiradores cuando van a tener "charlas de trabajo" con alguien? —Preguntó Atsushi.
—Es sólo por si acaso, si las cosas se ponen feas —Explicó Chuuya para tranquilizarlo—. Pero no quiero francotiradores para hoy ¿si? Ranpo se daría cuenta enseguida, y confío en él.
—¿Realmente confía en la persona que lo encerró en un libro? —Akutagawa no entendía.
—Sí, lo hago, pero sólo porque no tengo opción —Puso su mano sobre la cabeza de su subordinado—. Akutagawa, sé que te preocupas, pero soy un puñetero ejecutivo y el mejor artista marcial de la mafia. Estaré bien, no pasa nada.
Akutagawa se quedó con la boca abierta sin encontrar argumentos para seguir protestando, y la cerró. Se inclinó un poco y descansó su cabeza sobre el hombro del pelirrojo.
—Chuuya-san, por favor tenga mucho cuidado.
El mayor sonrió con ternura y le acarició la espalda.
—Tú tranquilo.
Ya eran las seis y media. Chuuya estaba listo para salir, y los hermanos Akutagawa se iban a quedar con Atsushi y Kenji.
—Regreso a las ocho, como máximo —Indicó Nakahara—. Si no he vuelto a esa hora, llamen a ane-san.
—Pensé que había dicho que todo estaría bien —Protestó Ryuūnosuke.
—Y lo estará, pero nunca sobran las precauciones —Chuuya sonrió—. Tranquilos. Estaré aquí a las siete como mínimo, seguramente. Nos vemos.
—Adiós, Chuuya-san —Se despidieron todos.
Salió de su casa y se fue en su auto al bar donde Edogawa lo esperaba. Se estremeció pensando en lo que el detective podría decirle. ¿Sabría dónde estaba Dazai? ¿Sabría qué le estaban haciendo? No quiso seguir pensando en eso, o pronto tendría un ataque de ansiedad.
Llegó, aparcó el auto y entró. No le costó divisar a Ranpo, principalmente por el curioso sombrero con forma de mapache que tenía puesto.
Oh, no, eso no era un sombrero. Era en mapache de verdad.
¿Quién trae un mapache a una charla diplomática? ¿Era una especie de broma? ¿Le había tendido una trampa?
Respiró profundamente. "No entres en pánico, Chuuya" se dijo a sí mismo "Seguramente no es nada". Caminó hacia él con paso decidido y se sentó a su lado. Edogawa lamía alegremente una de esas paletita multicolor que dan en el día del niño.
—¡Oh, si viniste! —Exclamó— Qué bien, vamos a conversar.
—No vine sólo a conversar contigo, Edogawa —Gruñó el pelirrojo—. Dijiste que ibas a hablarme de Dazai, y por eso estoy aquí. Si la información que tienes no es en realidad importante, me iré.
Ranpo sonrió y se quitó al mapache de la cabeza.
—Hey, Karl, ve con Poe —Le dijo—. Dile que regreso a las ocho.
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Intercambio (Soukoku & Shin Soukoku)
FanfictionPor una maldad de parte de su mentor, Atsushi se ve obligado a aceptar un trabajo extra como castigo, trabajo que es nada más y nada menos que hacer una pasantía de un mes en la Port Mafia, al cuidado de Nakahara Chuuya, el usuario de habilidad más...