Capítulo 8

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Drew se depositó en el colchón de la cama de la habitación de huéspedes en la que estaba durmiendo actualmente. Zac se sentó a su lado, habían decidido que sería mejor comenzar con él para ver el progreso que tendría, después de eso verían si lo intentaban con Thaiel o no.

Zac miró alrededor, todo lucía tan limpio y ordenado. Realmente los Anderson mantenían su casa muy en orden a comparación de lo que era años atrás. Esa era la influencia de Samantha, no había duda.

Los jóvenes se estaban observando en un silencio que duró unos instantes, hasta que Zac habló.—Si quieres puedo contarte un poco y tú me dices si te sientes mal o si recuerdas algo. ¿Bien?

—Bien.

Asintió al iniciar su historia.—Nos conocimos en la secundaria, soy el mejor amigo de Thaiel y uno de los mejores amigos de tu hermano. Pasamos muchísimas tardes en el salón de tu antigua casa mirando partidos de hockey o baloncesto.—Una sonrisa se dibujó en sus labios.—Recuerdo que a ti te molestaba que fuéramos, decías que éramos insoportables.

Drew se quedó pensativo unos instantes, nada se le venía a la mente. Era como si lo que el contara hubiera pertenecido a la vida de alguien más, eso lo lastimaba más que nada en el mundo. Era horrible no poder recordar su propia vida, le traía muchísimo dolor pero no quería demostrarlo porque sabía que a su familia y amigos le dolía al igual que a él.

—Realmente no lo recuerdo, quizás...—Alzó sus ojos.—¿Puedes responderme algo?

Zac asintió ansioso.

—¿Cómo fue que comenzaste a salir con Ana? O sea me refiero a ¿cómo ocurrió todo eso? ¿Cómo ella renunció a mi hermano?

Zac abrió la boca sorprendido, se puso algo nervioso e incómodo.—¿Tu hermano? ¿De qué hablas?

Drew se dio cuenta en ese mismo momento que al parecer había metido la pata. ¿Ana nunca se lo había dicho? Hasta donde sabía Ana estaba enamorada de Matt, pero eso significaba que ella nunca se le había confesado a su hermano. Ese recuerdo no había sido borrado ¡sino que nunca había ocurrido!

—Es que...Ana estuvo enamorada mucho tiempo de mi hermano, más de seis años, pero por lo visto tu cambiaste eso.

El otro joven se quedó enmudecido, no sabía nada porqué su esposa nunca le había comentado al respecto. Sabía que aunque lo hablaran ahora no tenía sentido, pero jamás lo había comentado con nadie. Nunca le había dicho a Matt sobre eso por lo visto y obviamente mucho menos a él.

¿Había superado su amor de tantos años por él? ¿O tan solo se había rendido? Aunque ya no importaba porqué sabía que ambos se amaban, Zac tenía una simple petición. Quería que su esposa fuera sincera respecto a sus sentimientos en el pasado.

Drew en cambio seguía intentado recordarlo pero le era inútil, ese rostro de cabello oscuro y ojos como esmeraldas no le decía nada. Era como tener a un extraño en frente de él pidiéndole que lo recordara, es que esa era exactamente la situación. Aunque no era un extraño, bueno lo era, pero solo para él mismo.

Zac aún seguía afectado por las palabras de Drew, pero decidió apartarlas momentáneamente. Continúo contándole a su amigo sobre su vida y la de él. Los momentos compartidos juntos, pero al parecer no funcionaba. Era como si su cerebro hubiera designado a una persona que controlara sus recuerdos y actualmente esa persona estaba descansando con un cartel de "No molestar" colgado en la puerta.

Ya habían pasado cuarenta y cinco minutos cuando Zac desistió y decidió que lo mejor que podía hacer ahora es decirle a Thaiel que entrara. El otro chico obviamente estaba apoyado en el barandal de la escalera esperando, sus amigos a su lado se encontraban igual de impacientes.

Memorias. /Yaoi/ [Finalizada] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora