—¿Embarazada?—Preguntó Drew aún sin saber si había escuchado bien.—Increíble Ana, p-pero ¿cómo?
El tono de voz de la chica estaba cargado de sarcasmo.—¿Cómo qué cómo?—Soltó una risa.—¿Quieres que te cuente de donde vienen los bebés?
Drew se sentía estúpido.—Tienes razón, olvídalo. ¡Felicidades Ana, es muy emocionante, es un gran paso en tu vida!—Estaba feliz, demasiado feliz por su mejor amiga. Una noticia de esta magnitud dentro de todo lo que estaba ocurriendo lo llenaba de paz y alegría, sabía que por lo menos no todo sería confusión y malas noticias. Ella hace tiempo que quería ser madre, pero a la vez le aterraba el serlo, era una experiencia completamente nueva, el criar a un niño, preocuparse y estar encima de este todo el tiempo, era un desafío.
—Lo sé, aunque debo confesar que estoy asustada.—Suspiró.—Bastante.
Drew ya sabía eso, la conocía como la palma de su mano.—Sí, entiendo, pero piensa que va a ser genial, el criar a un niño.—Una risa de alegría se le escapó.—¿Zac ya lo sabe?
—No, aún no se lo he dicho.—Murmuró Ana.—Acabo de hacerme el segundo test y bueno, él está trabajando así que no podré decirle hasta la noche.
El joven se removió el cabello incómodamente, realmente no podía creer que Ana entre todas las personas a las cuales contarle primero acerca de eso, lo haya elegido a él, era una gran sorpresa. Se ve que a lo largo de los años no solo habían desarrollado una mejor amistad, sino un vínculo que iba más allá de todo eso, casi como hermanos.—¿Quieres que vaya a verte o algo?—Preguntó Drew.
Ana lo meditó unos segundos.—No es necesario, además tengo trabajo que hacer y tú tienes mucho en que pensar.—Eso sonó casi como una advertencia.—Luego te llamo. ¿Sí?
—Claro.—Esa fue la despedida, tocó el botón rojo para finalizar la llamada y lanzó el aparato sobre la mesada de la cocina.
Drew se lanzó en el sofá cubriéndose los ojos con lo primero que encontró, un almohadón. Sentía una felicidad que lo consumía de pies a cabeza, su mejor amiga, embarazada, era increíble. ¡Tania tendría con quien jugar! Esa niña nunca tuvo una compañía con la cual pasar el tiempo, siempre había estado...ahg, un fuerte dolor de cabeza consumió al joven haciendo que este irguiera su espalda hacia adelante. Tocó su sien con ambas manos tratando de tranquilizarse y un fugaz recuerdo se presentó en su mente.
Un joven, de ojos grises como un cielo nublado. Su cabello rubio caía en mechas y se movía al compás del viento al correr por el parque. A su lado corría una niña, Tania. Ambos reían.
Drew vio que su mano estaba sujeta y sus dedos entrelazados con los de alguien, levantó la mirada hacia la persona a su lado y la sonrisa aplacadora de Thaiel le trajo alivio, el tenerlo a su lado. El chico estaba sumamente entretenido viendo como tanto la niña como su acompañante jugaba.—¡Eh cuidado!—Gritó este riendo.
De repente el joven de cabello rubio cae, Drew siente como su mano se separa de la de Thaiel y ambos comienzan a correr desesperados hacia este, el cual no está llorando a pesar de tener una pequeña herida en la rodilla.—¡Paris! ¿Estás bien?—Pregunta Drew.
El comtrario lo mira y asiente.—Sí, no te preocupes tío Drew.—Tío Drew.
Un alivio recorre a todos los presentes, se ve la carita de preocupación de Tania cuando se acerca hacia Paris.—¿Seguro, seguro?—Pregunta la niña.
Este le da una sonrisa a Tania y un asentimiento.
Drew suelta su cabeza mientras ve como el mundo se tambalea frente a él.—¿Paris?—Murmura su nombre como probándolo en sus labios por primera vez después de tanto, sus ojos se ensanchan.—¡Su hermano!—¡Bingo! Había descubierto quién era aquel niño, mejor dicho, lo había recordado. Recordaba las tardes jugando con él, cuando conoció a Tania, sus ojos que eran enormes pero hermosos y su cabello idéntico al de su hermano, recordaba lo sedoso que era al tacto a pesar de no parecerlo a la vista.
Tenía que decirle a alguien que había recordado, una idea se le cruzo, llamaría a Thaiel. Tomó su teléfono celular decidido a hacerlo pero una sensación lo detuvo...no podía llamarlo así como así después de la última conversación. ¿Qué tal si le preguntaba qué opinaba respecto a lo ocurrido? No sabría qué contestarle.
Tal vez lo mejor era dejar las cosas como estaban. Por lo menos por ahora.
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Cuando Lea salió de la cafetería solo tuvo una idea en mente, podría contactar con Drew para reunirse en alguna parte, por lo menos para pasar la tarde juntos y tener ventaja ante Thaiel. La joven tenía un objetivo en mente y cuando algo se le ponía en la cabeza le era imposible cambiar de opinión. Conquistaría a Drew, no había vuelta atrás.
Además ella pensaba que sería lo mejor para ambos jóvenes, una relación de personas del mismo sexo nunca llevaba a nada, solo a separaciones. No podían formar su familia, no podían progresar en nada. Esa era su opinión y nadie podría sacársela a pesar de que otros le hayan dicho que hablaba barbaridades, ella pensaba que tenía toda la razón.
Subió a su auto cerrando la puerta con suavidad y revisó la hora, eran las cinco. Seguramente Drew estaría aburrido, era una buena oportunidad.
Tomó el pequeño aparato y marcó el número del joven, después de unos segundos este contestó.—¿Drew?
—Lea.—Lucía feliz de escuchar su voz.—¿Cómo has estado?
La chica colocó el manos libres para poder arreglar su maquillaje sin problemas.—Muy bien, ¿qué tal tú? ¿Vas mejorando?
—Sí, pero de a poco.—Se lo escuchaba abrumado.
—No te presiones Drew, sabes que debes darte el debido tiempo.—Lo que menos le convenía a Lea era que Drew recordara, porqué si este recordaba los sentimientos que tenía hacia Thaiel sería mucho más complicado sacarlo de su burbuja y mostrarle la realidad frente a sus ojos.—Llamaba porqué tenía una idea.
Se escuchó como el chico tomó aire antes de hablar.—¿Idea?
Lea guardó el rubor dentro de su bolso mientras sacaba el lápiz labial rojo de este.—Aja, ¿qué te parece si—Le quitó la tapa.—vamos al cine en...más o menos una hora?
—Suena genial.—Respondió el joven, a la chica se le dibujó una sonrisa de satisfacción antes de colocar el labial en sus gruesos labios y comenzar a maquillarlo.—Solo que ya tengo planes.—Su sonrisa desapareció mientras que el labial se corrió manchándole la mejilla. La chica se miró el rostro impactada.
—¿Planes?—Su tono de voz había cambiado pero aún así tenía que disimular su enojo.—¿Con quién?
Justo en ese momento se escuchó del otro lado el sonido del timbre.—Eh... ¿Thaiel?—Se lo escuchaba confundido, probablemente sea porque este quería alejarse del mayor pero cuando este lo había llamado no se había resistido e involuntariamente había aceptado verlo.—Tengo que irme Lea, hablamos luego.— Después de esto corto la llamada.
—¡Thaiel!—La furia e indignación habían consumido a la chica, no podía creer que haya sido más rápido que ella, ese chico era desesperante. Esta pelea sería dura.
Pasó la mano por su rostro desesperada, quería romper algo para no desquitarse con el mundo. Es que era increíble.
Encendió el motor, este cobro vida y emprendió su camino a quién sabe dónde, no tenía claro que iba a hacer aún.
***
El capitulo me quedo medio corto lo acepto, pero es que estoy casi sin tiempo estos días, ya que estoy aprovechando mucho mis vacaciones para pasar tiempo con mi familia y amigos (Los tengo algo olvidados (? ) Así que nada aun así espero que les guste.
Secrets.
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Memorias. /Yaoi/ [Finalizada]
RomanceLa realidad se difumina y todo se convierte en memoria. Hasta tú, poco a poco, has dejado de ser un deseo y te has convertido en un recuerdo. "Segunda parte de la novela Negación"