Dos semanas después.
—Me casaré con su hija.—Dijo Thaiel cabizbajo ante la atenta mirada de Amanda y Rafael los cuales sonreían complacidos ante aquella noticia. Jessica apretó la mano de su esposo mientras que intentaba ocultar las lágrimas que se estaban formando en sus ojos.
Los padres de la futura novia compartieron una sonrisa antes de que la mujer se colocara de pie y abrazara al joven pelirrubio. Este no le correspondió el gesto.
Le hablo en su oído.—Cuánto me alegro de que hayas tomado la decisión correcta.—Thaiel no sentía que estuviera haciendo lo correcto en este momento y tampoco lo sentiría cuando dijera "Sí, acepto" en una iglesia frente a su familia, sus amigos y Drew.
Sabiendo que todo aquello era una mentira. Pero tenía que hacerlo, por amor a su familia. Ellos no tenían la culpa de esto. Nadie la tenía ahora mismo. Aunque tal vez si ese hombre-del cual no sabía su nombre-no hubiera huido con ese dinero no estarían pasando todos por esto ahora, pero tal vez las cosas se dieron así por algo. El destino es cruel.
Los ojos de Thaiel se encontraron con los de sus padres, ambos lo miraban con dolor plasmado en sus rostros. Era entendible, se sentían culpables por llevarlo a esto. Aunque Thaiel los amaba y obviamente no los estaba culpando de nada, quizás era su culpa, por no apurarse a casarse antes de que todo esto pasara. Tuvo más de una oportunidad de pedírselo a Drew y nunca lo había hecho por miedo. Y fue esa cobardía lo que lo llevo a esta situación.
—Bienvenido a la familia, muchacho.—Celebró Rafael sacándolo de sus pensamientos. Thaiel le dio una falsa sonrisa pero el contrario ni siquiera lo notó. La alegría de estos dos era inmensa, aunque parecían no notar el dolor que sentía el resto. Ellos estaban en su propio mundo de fantasía y felicidad mientras que alrededor todo se caía en pedazos.
Amanda aplaudió emocionada.—Excelente, ofreceremos una fiesta en nuestro hogar este sábado en la tarde.—Ella miró a Paul y Jessica buscando una sonrisa, pero ninguno dio un indicio de aquello.—Será la oportunidad perfecta para que le pidas matrimonio frente a nuestros amigos, familiares y conocidos. ¿No te parece Jessica?
La madre de Thaiel estaba mirando hacia un punto fijo sin escuchar nada al respecto, no quería ni enterarse de nada. Se sentía tan mal de estar haciendo sufrir a su hijo de esa forma. Paul le dio un golpecito suave haciéndola reaccionar—Oh si, fantástico.—Dijo sin emoción.
La pareja contraria notó la tensión en el ambiente y Rafael decidió hacerse cargo.—De acuerdo, tu Thaiel puedes invitar a quien desees por supuesto.—El pelirrubio asintió.—Entonces nos vemos el sábado.
Todos estuvieron de acuerdo desanimados y despidieron a sus invitados de la misma forma.
El dolor que sentía Thaiel era eterno, no sabía cómo iba a decirles a sus amigos que iba a pedirle matrimonio a Vanessa este mismo sábado. Solo faltaban dos días para eso y no había mucho más tiempo para pensar. Es que ya se había dado por vencido.
Después de que Drew le prometiera que todo se iba a solucionar saliendo agitado del departamento, Thaiel no había vuelto a saber de él. Lo había llamado muchas veces y cada vez que intentaba saber sobre su paradero por medio de sus amigos decían que últimamente salía bastante de casa, nadie sabía a donde iba, ni que hacía. El medico se lo había permitido así que ellos pensaban que estaba bien. Y un día a Tom se le había ocurrido seguirlo y la noticia de que a donde iba era a casa de Lea, desmoronó a Thaiel.
Lo peor fue cuando las visitas de los padres de Vanessa comenzaron a ser más frecuentes, al igual que los llamados y mensajes a sus padres. Finalmente tuvo que decidirse a hacer lo que ellos creían ideal, casarse con su amada hija y saldar la deuda pendiente.
Ahora mismo se sentía como la mierda. No sabía qué hacer, nadie tenía una idea, no había repuestas. Tendría que conseguir el anillo pronto aunque no tenía ánimos de elegirlo o siquiera pagarlo. Ese anillo debería pertenecer a Drew, él tendría que estar nervioso por proponerle matrimonio al chico que amaba y sumamente feliz si este aceptara. Pero todo era lo contrario, estaba a punto de pedirle matrimonio a su amor de la infancia que casi no recordaba. Frente a una multitud de extraños y seres queridos devastados.
Tomó su teléfono y envió un mensaje a sus amigos incluyendo a Drew. Tecleó aquellas palabras con las manos temblorosas, sus labios formaban una línea que no decía nada, sus ojos azules estaban opacos, la infelicidad había corrompido su cuerpo.
Este sábado en la tarde, luego les envió la dirección. Lo siento.
No había más que decir.
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Drew abrió los ojos espantando al leer aquellas palabras plasmadas en la pequeña pantalla de su teléfono.—No—Negó.—no, no, esto está mal.
Matt el cual estaba depositado en el sillón de la sala acababa de recibir el mensaje junto a su hermano. Para la suerte de ambos Sam estaba durmiendo una siesta junto a Tania, así que no se enteraría de nada hasta más tarde.
—Mierda, ¿está loco?—Gritó Matt lanzando su celular contra uno de los almohadones junto a su cuerpo.—Tenemos que detener esto.—Miró a Drew furioso.—¿Has avanzado algo con Lea?
Drew lanzó un suspiro.—Tenemos una idea, de hecho ella, pero necesito un poco más de tiempo y solo faltan dos días.
—Pues más te vale que te des prisa.—Le advirtió.—Porque con Sam te hemos estado cubriendo bastante y no podremos mantenerlo mucho más en secreto. Si es que Thaiel ya no lo sabe.
A Drew no le sorprendería para nada que alguien ya le haya ido con el chisme de que últimamente estuvo haciendo visitas frecuentes a casa de Lea. Aunque todo esto había sido solamente para buscar ideas sobre cómo solucionar esto de una vez por todas. Después de días de preparar, pensar y descartar habían decidido quedarse con la inicial. A pesar de que no llevaría mucho tiempo, había algunos detalles en el medio.
—Sí lo sé, de acuerdo.—Bebió el resto del café en su mano, tomó las cosas y sacó su celular para pedirse un taxi. No tenía mucho más tiempo. Tenía que actuar y rápido.
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Ana miró a su esposo con tristeza al leer aquel mensaje.—No puedo creerlo.
Zac mordió su labio inferior.—Yo tampoco, no entiendo cómo puede rendirse tan pronto.
Ambos jóvenes no entendían como esto había pasado tan de pronto. De un día para el otro la felicidad entre Thaiel y Drew se había extinto por cosa del destino llenando sus vidas de dolor, sufrimiento, inseguridad y conflictos. Y ahora todo estaba destrozado, sabiendo que hasta el mismo Thaiel no encontraba salida a esta situación y Drew no daba indicios de absolutamente ningún movimiento.
—Y...¿qué pasará ahora?—Preguntó la chica tratando de solucionar en su mente todo un calculo que se habia formado.
Zac se encogió de hombros.—No lo sé, supongo que dejar las cosas como están.
Ana se colocó de pie.—¿Estas hablando en serio?
-¡Sí, Ana! ¡Sí!—Le había levantado la voz a su esposa, cosa que odiaba, pero esta situación lo tenia bastante nervioso ya que las ideas no venían y no sabía como sacar a su hermano de todo esto. Mucho menos podrían pedirle ayuda a Drew ya que no contestaba su teléfono hace días.—Lo siento cariño, pero no se me ocurre nada.
Ana suspiró.—Esta bien, te entiendo. Esta situación esta perdida. No creo que podamos arreglarlo.
Se habían dado cuenta que ahora mismo no habían muchas soluciones y probablemente el resto tampoco sabría que hacer. Solo les quedaba la opción de ayudar a pasar esto a Thaiel de la mejor forma posible y hasta hacerle ver un lado positivo.
Aunque no hubiera ninguno.
***
¡Extra-mini maratón!
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En unas horas subo el siguiente capitulo ;)
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Secrets.
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Memorias. /Yaoi/ [Finalizada]
RomanceLa realidad se difumina y todo se convierte en memoria. Hasta tú, poco a poco, has dejado de ser un deseo y te has convertido en un recuerdo. "Segunda parte de la novela Negación"