Más que un amigo

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NARRADORA

Neizan era para muchos el típico muchacho que jamás pasaba desapercibido en una reunión. Líder de una considerable banda callejera, iba cada día caminando de distrito en distrito buscando diversión, buscando alegría. Y a pesar de llegar a casa al final del día con tantas emociones pasadas, sentía que aún su corazón estaba vacío, como si hubiera una abertura donde la alegría se le escapara al completo.

Ese era su día a día. A veces pensaba que su vida no tenía ningún motivo, pero se le olvidaba tan pronto empezaba a beber. La verdad era que no le gustaba beber, solo lo hacía en los momentos críticos de su vida, cuando ya no veía la luz del día. Fue en uno de esos día cuando conoció a Arthur.

Arthur no lo sabía, pero ese día Neizan planeaba dar una sorpresa a Hana, la única luz de alegría de su vida. Se conocieron en un orfanato de pequeños y desde entonces habían llegado a ser muy unidos. Hana trabajaba en una taberna de motociclistas a las afueras de la cuidad. Como Neizan era el líder de una de las bandas, iba diariamente a ver cómo se encontraba.

Por una parte, Neizan deseaba que Hana no se encontrara trabajando en ese ambiente; alcohol, gritos, burlas, insinuaciones, maltrato. No, él no quería esa vida para ella. Era ya toda una mujer, podía conseguirse otro trabajo, pero ella insistía en quedarse allí. ¿Por qué lo hacía?¿Por qué no buscaba un futuro más alegre y pacífico que estar con lo peor del mundo cada noche?

Neizan no lo comprendía, pero llegó a reconocer que la amaba. La amaba tanto que ese día tenía planeado hacer lo impensable hasta el momento...

Quería dejar su vida atrás y escapar con ella a otro sitio en donde pudieran empezar de nuevo.

Ese era su anhelo.

Lo tenía todo listo: la moto cargada de combustible, dinero que había ahorrado para poderles dar un buen hospicio, comida para el camino, ¡todo!. Solo faltaba ella, y era ella quien podría sacar esa amargura de su corazón, quien le daría razón a su vida. La que le devolviera color a sus ojos apagados.

Aquella mañana, Neizan se apresuró para llegar temprano a la taberna. No quería hacerlo de noche, pues era cuando más clientela había.

Al llegar, pudo vislumbrar a Hana limpiando el local que había sido horriblemente ensuciado la noche pasada: bebidas derramadas, comida putrefacta, móvito, etc. Neizan se dió cuenta de que Hana era muy valiente, ¿qué era lo que le llevaba cada día a dar lo mejor de sí?¿quién le infundía semejantes fuerzas?¿cuál era la razón por la que cada día sonriera?

Neizan entró en el local y dio suaves toques a una de las mesas. Al verlo Hana, se sorprendió en extremo y fue a saludarlo.

-¡Neizan!¡Qué haces aquí a estas horas!-exclamó mirando nerviosa a su alrededor.

-Hola Hana, solo vine aquí para verte y charlar un poco contigo. ¿Podríamos hablar en algun lugar privado?-dijo Neizan sin quitar la sonrisa de su rostro.

-Ehm, claro.

Ambos salieron del local y fueran hacia unas palmeras que daban al mar.

-¿No está lindo el día?-preguntó Neizan intentando reunir toda la valentía posible.

-Si, apenas puedo disfrutar de la calidez del día. Pero, ¿qué era lo que querías decirme?

-Hana yo...tú sabes que yo no quiero esta vida para tí. Lo sabes.

-Ya te lo he repetido Neizan, no tienes por qué preocuparte. Yo estoy...

-Quiero escapar contigo a otra ciudad.-interrumpió Neizan. Ante la cara pálida de Hana, él prosiguió-ya tengo todo preparado, no tienes nada de qué preocuparte. Podemos iniciar una nueva vida en otro sitio, yo dejaré a la banda y tú...

El Guardián de la Llave [CRISTIANA Libro II de la Trilogía "El Libro Secreto"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora