CAPÍTULO EXTRA I (ELISA)
Sangre.
Lágrimas.
Sudor.
Todas ellas persistían mientras el llanto de una mujer anunciaba la llegada de una nueva criatura al mundo. Era una noche fría y congelada de noviembre cuando una mujer había acudido a emergencias rápidamente porque su fuente había roto hace poco.
La mujer había llegado en un estado penoso. Apenas portaba una chaqueta negra y unos botines blancos pequeños que resaltaban su considerable altura. De piel pálida y unos ojos apagados, un cabello sucio y grasoso de tono castaño que poseía ya algunas canas a pesar de que era una mujer joven.
Fue trabajo duro y agotador, pero nada más a media noche, un pequeño e inocente chillido retumbó en la pequeña sala de emergencia. Aún en un sitio muy lúgubre y estrecho, una nueva vida había dado su inicio.
-Felicidades, ha dado a luz a una preciosa niñ...
-¡No quiero verla!-sentenció la mujer de repente.
-Oh, eh...bueno, ¿está segura?
-Sí.-alcanzó a sentenciar la mujer desviando su mirada de la criatura.
-Eh...entonces voy a llevarla a revisión para asegurarnos de que su funcionamiento es estable.-respondió la enfermera encargada. Le pareció extraño, pero decidió no cuestionar la decisión de su paciente. Tal vez la madre estaba muy cansada por la labor de parto que aún no estaba preparada para alimentar al bebé.
-¡July!¿Cómo ha ido todo?-comentó una de las residentes con la que se encontró en los pasillos.
-Ha ido bien pero...-dijo dirigiendo su mirada a la pequeña criatura que tenía en manos-la madre no ha aceptado a ver a su bebé.
-¿Enserio? Bueno, tal vez esta muy cansada por el parto.
-Yo también lo pensé pero, no lo sé...Mi sueño siempre fue ser matrona y ver la alegría de las familias al ver el nacimiento de una nueva vida. Tal vez estuve equivocada.
-¡Para nada!¡Ya verás como ahora te rogará que le dejes ver a su bebé! Con tu permiso, voy a ver a mi paciente de la planta 2.
-¡Nos vemos luego!
July, la enfermera a cargo de llevar a la pequeña criatura a la sala de revisión se encargó junto con un equipo de especialistas de evaluar la salud y los signos vitales de la pequeña bebé. Gracias a Dios, todo había salido bien y no había ningún defecto peligroso que fuera capaz de amenazar su salud.
-Enfermera, cuando le sea posible lleve al bebé para que su madre lo amamante.
-Sí señor.
Antes de llevar a la pequeña a ver a su madre, July se tomó un tiempo en observar a la hermosa bebé que tenía en frente suyo. Aún no habría los ojos, su piel carnosa y sus pequeñas manitas recompensaban la ardua labor que había estado estudiando por muchos años. Ver nacer a personas era su mayor sueño, más que todo, porque ella no podía tener hijos.
-Eres muy hermosa pequeña Anne.-dijo Lucy.
-¿Lucy?¡¿Ya le has puesto nombre al bebé?!-sentenció una voz por detrás.
-¡Bruno!¿Cómo está el teniente George?¿Su pierna ya ha mejorado?-preguntó Lucy al ver que Bruno, medico de medicina interna había entrado sin preguntar a la sala de revisión.
-Sigue quejándose, pero el dolor ya ha disminuido por antibióticos. ¡Pero ese no es el tema!¿Cómo puedes nombrar a un bebé que no es tuyo? Podrías llegar a confundirlo.
-¡Es que Anne le quedaría muy bien! Es muy hermosa, ¿no lo crees?
-Mmm, para mí todos los bebés son igualitos. No noto la diferencia.
-Creo que ya sé por qué te hiciste médico residente, los bebés no son lo tuyo.
-Le has dado en el clavo. Son muy bonitos pero personalmente prefiero atender pacientes en el hospital. Bueno, deberías llevárselo con su madre. Nos vemos.
LUCY
-¡Wow!¡Una de la mañana!¡Qué rápido pasó el tiempo pequeña Anne! Lo mejor será que te lleve con tu madre.
A vivir la vida hermosa que mereces...
-Hay a veces me gustaría saber qué fue los bebés que conocí. Algunos seguramente estarán ya en la escuela, otros tal vez ya se habrán casado, ¡yo fui de las primeras en ver sus primeros minutos de vida!
Cargé a Anne en mis brazos y me dispuse a llevarla con su madre cuando de pronto, Gregory, un auxiliar de emergencias embistió contra la puerta provocando que casi se me cayera Anne de los brazos. Tenía el rostro pálido y perplejo, me miró como un monstruo y me gritó alarmado:
-¡LUCY!¿¡ERES TÚ QUIEN ATENDIÓ EL PARTO RECIENTE DE LAS 12?!
-Eh, sí ¡Qué haces entrando así!¡Por poco y me haces caer a la bebé recién nacida!
-Lo lamento, pero la policía quiere verte.
-¡¿LA POLICÍA?!-grité alarmada-¿pero qué ha pasado?
-Muy malas noticias Lucy. Por lo visto la madre ingresada en la cámara de partos ha desaparecido. ¡No hay rastro de ella!.
-¿¡Qué!?-pregunté perpleja, intentando mantener mis manos firmes para sostener a Anne.-¡Eso es imposible, si la dejé hace poco tiempo!
-Pues es verdad, como vino por urgencias al borde del parto no se le hizo una identificación correcta. No sabemos ni su nombre ni de dónde es. El doctor Joe fue el primero en enterarse de su desaparición y ahora la policía esta interrogando a todos los integrantes de la labor de parto que tuvo lugar. Te están esperando a tí a y a la pequeña.
-¡Pero es que no lo entiendo!¿Cómo fue posible que una madre abandonara a su hijo aquí?¿Qué acaso no esperaba a tenerla?
-Hay personas a las que los hijos no resultan ningún valor Lucy...lo siento.
NARRADORA
Lucy volvió a ver por última vez a la pequeña niña que tenía en brazos. Sintió pena, dolor por lo que la pequeña criatura ya había tenido que pasar nada más nacer. Vió con de pronto unos diminutos ojos azules la observaban delicadamente, como si se estuviera enterando que su madre la había abandonado. Una diminutas lágrimas antecedieron a un estruendoso chillido agudo que retumbó no solo en las paredes de aquel hospital de aquel día, sino que también retumbó en las paredes que su corazón empezaría a construir en adelante para no sentirse más sola y abandonada.
De llamarse Anna, pasó a llamarse Elisa.
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El Guardián de la Llave [CRISTIANA Libro II de la Trilogía "El Libro Secreto"
SpiritualUna llave...una puerta... Ante el abandono de Abigail a su fe, Arthur emprende una dura responsabilidad. Guardar y proteger la llave con su propia vida además de predicar a todo aquel que necesite de una palabra que cambie su vida. Por otro lado, el...