Todo va a estar Bien

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-¡Listo!¡Ya hemos llegado!

El sonar de una llave introduciéndose en una tosca puerta despertó el sonido de aquel vacío departamento. El padre de Abigail abrió la puerta lentamente dejando ver su iluminado interior. Un departamento bastante amplio y acogedor de no más de tres habitaciones y un baño, un liso piso de madera que acogía el polvo colectado por meses. 

Este sería su hogar de ahora en adelante.

-¡Yo me pido la habitación más iluminada!-gritó Lucia entrando a la habitación del fondo.

-¡No se olviden dejar todas sus maletas en su respectiva habitación!-añadió la madre de Abigail-recuerden solo llevar lo necesario para el hotel. Nos mudaremos aquí cuando vengan los muebles. Abigail, ¿qué haces ahí parada en la entrada?. Vamos, ve a dejar tus maletas y tus cosas en aquella habitación.

Abigail alcanzó a asentir levemente antes de que sus padres se pusieran como frenéticos a hacer llamadas. No los culpaba, mudarse de estado requería de la movilización de muchos papeles.

Sin embargo, a ningún momento se les vino a la mente preguntarle cómo estaba, el apoyo y las palabras consoladoras que Abigail quería escuchar jamás llegaron a sus oídos.

Solo el silencio.

ABIGAIL

Estoy cansada...

Mi visión era muy borrosa y por cuanto más quería abrir mis ojos estos respondían de mala manera. Entre en mi habitación y apegué el marco de la puerta suavemente para que no notaran que estuviera aquí.

Esta habitación está completamente vacía...

-....

-....

-Ejem...¡Qué bonita habitación!-grité alegre.-¡es aquí donde recolectaré hermosos recuerdos y triunfos de mis futuras aventuras!

Daba vueltas saltando y dando brincos con mis blancos zapatitos. Mi delgado y fino vestido rojo se meneaba al compás de mi frágil cuerpo. Mi largo y abundante cabello castaño se agitaba por mi cintura mientras mis labios dibujaban una bella sonrisa iluminada por la alegría.

Todo va a estar bien...

Mi vida va a ser mejor...

No necesito nada más para ser feliz..

NARRADORA

Abigail sintió como si su alegría fuera desbordante y contagiosa. Pensó que si cambiaba su panorama todo su mundo también iría a cambiar.

En su corta vida ya había visto mucho sufrimiento, muerte, violencia, miedo. No haría nada para volver a verlo. Aunque tenga que mentirse a sí misma cada vez que abriera sus ojos.

-Lo siento Dios, pero no te necesito para que mi vida sea mejor. Creo que podré sobrellevarlo yo sola.-sentenció calmada entrecruzando sus dedos. Su cuerpo empezó a temblar sutilmente y por un momento que algo salió de ella.

¿Qué fue aquello?¿Qué sucedió? Abigail sintió terror entrar en su habitación, una fuerte brisa envolvió el ambiente entre ella y la puerta. No había ventanas, ¿de dónde entraba entonces el aire?

ABIGAIL

Qué...¿qué es esto?....

........

¡Muchas gracias por haberme hecho conocer a Dios Arthur! —dije entre lágrimas.

No, Abi; gracias tú por haber llegado a mi vida. Antes pensaba que era el único que necesitaba de Dios en su vida pero ahora somos dos en este caso detective. —dijo terminado el abrazo.

Ambos reímos y nos prometimos algo ese día. Que pase lo que pase, sin importar lo que se nos presentara por delante; nada nos separaría del amor de Dios. Buscaríamos la respuesta a todas nuestras preguntas en él y solo confiaríamos en él.

.......

Mentira...¡eso fue una mentira!...

Dios me traicionó y me falló. No estuvo ahí cuando más lo necesitaba. ¿Qué de aquellas personas que murieron?¿Acaso eran culpables?...

-No, simplemente me dejé llevar por una fantasía. Una idea que solo los débiles usan para darle sentido a su vida. ¡Yo puedo hacerlo sola!-grité a pleno pulmón.

Pero si es así...¿por qué siento que algo importante acaba de abandonar mi espíritu?...

-No te preocupes Abi, todo va a estar bien.

Todo va a estar bien



El Guardián de la Llave [CRISTIANA Libro II de la Trilogía "El Libro Secreto"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora