Un Cambio de Look

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Correr.

Eso era todo lo que Arthur tenía en mente, correr.

Aunque sus piernas le quemaran a cada rato, no quitaba la alegría y gozo de su rostro. Había pasado una semana desde la última vez que fue a la biblioteca y, ahora que ya pudo visitarla por la noche algunas personas lo reconocieron por los carteles que los servicios sociales habían puesto de él y no dudaron en llamar a la policía.

Arthur anhelaba recuperar el libro que estaba escondido en la biblioteca. Ya lo tenía en sus manos cuando el nuevo bibliotecario le exigió que se presentara en el mostrador para proceder con la prestación del libro.

Arthur respiró, sabía que si daba algún dato suyo estaría perdido. Pidió fuerzas al cielo y escapó a suma velocidad de allí con la biblia en sus brazos. La policía aun no llegaba, era la oportunidad perfecta.

-¡Hey tú!¡Ladrón!¡Ladrón!-gritó el bibliotecario.

-¡Llamen a la policía!-gritó una persona.

No había tiempo que perder. Arthur corrió escapando de las curiosas miradas que se querían agolpar a su alrededor. Sabía la ruta perfecta de memoria y a pesar que la policía había llegado al sitio no pudieron dar con él pues este les había dejado hacía tiempo.

ARTHUR

Eso estuvo cerca...

-¿Puedo pasar?-pregunté tocando la puerta antes de oír un sí del otro lado.

La joven mujer que sanó mi herida me propuso quedarme a vivir con ella ya que no tenía a nadie más de confianza

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La joven mujer que sanó mi herida me propuso quedarme a vivir con ella ya que no tenía a nadie más de confianza. Al no encontrarme, las personas de los servicios sociales publicaron mi rostro en cada pared que tuviera esta ciudad. Estaba por todas partes, esconderse me sería muy difícil pues a pesar de que mi cabello era castaño mis ojos violeta llamaban mucho la atención.

-Arthur, por lo visto ya has venido.-contesto Elisa meneando algo rico que provenía de su olla preferida.-¿Lo has conseguido?

-¡Sí!-dije sacando la biblia de mi chaqueta-verla me da tanta nostalgia y ansias de volver a leerla.

-Me alegra, pero ahora debes sentarte a comer.-regañó Elisa sirviendo los platos.

Elisa resultó ser una persona dos años mayor que yo. Sin embargo aparentaba tener muchos más. Aquella mirada fría e insólita solo se apaciguaba cuando cocinaba y dormía. Me era muy extraño verla de buen humor pues parecía que alguien le había robado la felicidad.

Me senté feliz en la mesa y a continuación bajé mi mirada hacia el plato.

-¿Algún problema?-insinuó Elisa con aquellos ojos fulminantes.

-Estofado de pulpo...otra vez.-susurré.

-Deberías agradecerme por darte de comer, no sabía que eras tan exigente.-dijo molesta.

-¡No para nada!¡Muchas gracias por todo! En serio no sé cómo podré recompensar la ayuda que me está dando.-insistí.

-Bueno, veré si mañana puedo cocinar algo que no sea estofado de pulpo.

Eso mismo dijo ayer...

-Mmm, ¿no huele un poco extraño?-pregunté mirando hacia los lados.

-Ahh eso, es solo algunos productos químicos que he comprado hoy para ayudarte.-contestó Elisa antes de dar un bocado tranquilo de su plato.

-¿Ayudarme?

-Sí, tu rostro está por todos sitios. Lo mejor será hacerte un cambio de look.

-¿¡Un cambio de look!?-grité desesperado.

- - - + - - -

-No te muevas.

-Es que estoy muy nervioso.-sollocé.

Elisa se encontraba poniéndome varios de sus productos experimentales en todo mi cabello con el fin de cambiar su color. Tenía un enorme espejo adelante, me parecía una palmera llena de hojalatería.

-¿Puedo escoger de qué color va a ser mi cabello?-pregunté esperanzado.

-No, eso ya estuvo escogido de antemano-sentenció cortante Elisa.

-Me gusta mi cabello, no me gustaría tener que pintarlo.

-El color del cabello no cambiará para nada quien eres en verdad-dijo Elisa mirándome fijamente- La verdadera identidad que aguarda en tu interior no debería ser escondida nunca. Me dijiste que eras el guardián de la llave, ¿no?. Pues si quieres empezar a hablar de otros de la palabra deberás empezar por el importante hecho que los demás no reconozcan quien eres por afuera, sino por adentro.

Quedé asombrado ante sus palabras. Ella nunca hablaba de mi tarea como guardián y simplemente se limitaba a hablarme de ello. Pude percibir que me lo dijo con seriedad y confianza que no dudé en asentir. Aquello me recordó todo lo que había pasado, lo que estoy pasando ahora y probablemente, lo que pase en un futuro.

ELISA

Esto ya es lo último...

Después de todo el procedimiento, Arthur se lavó el cabello para observar el resultado final. Su cabello castaño ahora se había convertido en un oscuro color negro azabache ondulado que iba desde la raíz hasta la punta.

Arthur se miró en el espejo sorprendido por su nueva apariencia. Me acerqué a él para darle el último retoque.

-El cabello de color negro es más común aquí. Sin embargo no he utilizado los típicos productos de la peluquería que tan solo dura unos días. Conozco la composición de tu cabello por pruebas que hice con él y vi que con algunas mezclas podría hacértelo cambiar a un negro auténtico que luciera tan natural como lo era tu cabello castaño. Esto lo digo porque el cabello tintado a negro es bastante fácil de identificar. Siéntate, solo falta esto.

-¿Unos lentes de contacto?-preguntó Arthur sorprendido.

-No te preocupes, estas sí las he comprado pero en una compañía privada de confianza. Son lentes de contacto de color marrón y miel. Esta vez sí puedes elegir cuál vas a querer.

Arthur solo desvió la mirada en silencio por un rato. Comprendí que esto también era duro para él. Hace algunos días perdió el contacto con su madre y su mejor amiga lo abandonó a su suerte y con semejante responsabilidad.

Parecía que todo el mundo le daba la espalda, a veces me sorprendía verlo animado en su situación.

Me acerqué a él y no pude evitar sorprenderme al ver cómo de sus ojos un par de lágrimas caían lentamente por sus mejillas mientras observaba el anochecer por la ventana.

-Abigail...-fue lo único que pudo susurrar antes de caer en un sueño profundo.

Esa era la quinta vez que hacía eso...


El Guardián de la Llave [CRISTIANA Libro II de la Trilogía "El Libro Secreto"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora