Tercer año en Hogwarts para Raquel después de sus vacaciones de verano en Egipto. Vocera a ver a todos sus amigos, aprenderá mas magia y probablemente se metan en mas líos. ¿Un asesino en Hogwarts que va a por Harry? ¿Un profesor nuevo?...
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Terminaron de cenar y todos se subieron a sus habitaciones a terminar de empacar su equipaje para mañana. Todos salvo Raquel y Harry que ya los tenían terminados.
Los dos se encontraban en la habitación de Harry. El azabache estaba sentado en su cama y Raquel estaba tumbada apoyando su cabeza en su pierna, hablando de todo y de nada. Cuando Raquel se acordó de algo.
-¡Harry no le he comprado el regalo de cumpleaños a Hermione! -dijo la chica levantándose en ese instante de la cama.
-Podemos ir a comprarlo ahora si quieres, yo ya tengo el mío pero te acompaño.
La pelirroja cogió algo de dinero que tenía en su baúl guardado, no era mucho pero lo suficiente para un regalo, también quería tener para comprarse algo el Hogsmeade, y se fueron juntos a comprar el regalo.
-No se que comprarla... va a tener muchas materias este año ¿La compró una pluma?, bueno, es algo demasiado simple simple ¿no?
Harry escuchaba cada palabra que decía con atención mientras la miraba sonriendo. La veía más guapa de lo normal.
-La puedo comprar una recordadora, bueno, Her no suele olvidar las cosas...
-¿Y porque no le compras algo de ropa nueva?
-¿Ropa nueva? -la chica se puso a pensar, nunca había ido a comprar ropa en una tienda de ropa nueva, solo en tiendas de segunda mano -¡Es una gran idea!
-Podemos ir a mirar en la tienda que hay por allí -dijo Harry señalando hacia una tiendita bastante bonita.
La pelirroja asintió. El pelinegro le dio la mano, Raquel sonrió con los mofletes colorados, y juntos se dirigieron a la tiendita.
Al entrar en la tienda la chica abrió la boca asombrada, la ropa era preciosa y no parecía hecha hace varios años atrás. Harry la miraba sonriendo al ver su emoción, pero a la vez le daba algo de pena. Él nunca podía comprarse ropa nueva porque sus tíos no le dejaban pero no era lo mismo que no poder permitirtela.
-¡Esta ropa es preciosa! -exclamó Raquel mirando toda la ropa que había -Mira esta camiseta rosa, es preciosa, y a Her le encantará... ¡Y este jersey! ¡Y mira esta chaqueta!
-Pruebatelas cosas, asi sabras como quedan puestas y cual le puede gustar más a Hermione.
-¡Qué buena idea! -La pelirroja empezó a coger algunas prendas de ropa que le gustaron para Hermione mientras el azabache la miraba sonriendo. -Ven conmigo, tu te quedas fuera y me vas diciendo qué te parece.
La chica le agarró la mano y se dirigieron a los probadores. Se iba metiendo en el probador probándose prenda por prenda y posando al salir para lucir la ropa. Los dos reían a carcajadas.
