Capítulo 2

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Lentamente abrí los ojos, me encontraba en un lugar diferente. No había ventanas y la habitación estaba oscura, lo único que lograba percibir fueron dos ojos azules cual zafiros. Brillaban, como si fueran de otro mundo, cada vez mas cerca de mi. Retrocedí en la oscuridad, hasta que un liquido espeso me detuvo y a pesar de la inmensa oscuridad pude reconocerlo. Era él. El mismo extraño de la noche anterior.

Y entonces, me desperté.

Mi corazón latía fuerte, gotas de sudor recorrían mi cara. Me alivié de que todo había sido una pesadilla. Tranquilamente estire los brazos y me senté en el borde de la cama. Libros y recuadros se encontraban esparcidos por el piso a causa de la noche anterior. Vi el reloj que marcaba las 7:30 a.m. Abrí grande los ojos, llegaría tarde al primer día de escuela. Me cambie y agarré mi vieja mochila color negro . Baje lo más rápido que pude las escaleras, mi madre se encontraba en la mesa tomando un té y delante de ella se encontraba una torta con diversas decoraciones rosas. 

-¡Feliz cumpleaños número 17, hija!- podías sentir el entusiasmo en su voz.

-¿Por qué no me despertaste?- Le dije enojada.

-A mi no me grites, que soy tu madre -miro el reloj-¡Ups! Perdón...

-Bueno, no importa, no tengo tiempo para pelear. Me voy a la escuela. Chau, te amo.

Tome la llave que se encontraba arriba de la mesa y sin pensarlo dos veces fui corriendo hacía la puerta. Afuera hacía calor, una suave brisa soplaba. Empecé a correr, evadiendo cualquier cosa que se me cruzara en frente. Luego de unos minutos  la escuela se encontraba a muy poca distancia, pero algo se cruzo en frente de mi, provocando que me caiga al piso.

-¿No te podes fijar por dónde caminas?

Alcé la vista e hice una sonrisa, el chico tenía ojos color avellana con un extravagante cabello azul. Era  mi mejor amigo: Ethan y a su izquierda estaba mi otra mejor amiga: Micaela.

-Hola Alex- Saludo con tierna voz Ethan.

-Hola ¡Feliz cumpleaños!-Me dijo Micaela entusiasmada y me dio un abrazo. Luego de eso los dos me miraron de una forma extraña e inquietante.

-Hola, chicos ¿Qué les pasa? ¿Porque me miran así?-les dije sorprendida.

-¿No nos tenés que contar algo a nosotros también? - respondió Micaela. Me rodeo con un brazo por el cuello y me mostró el diario de hoy, el cúal decía:

Chica sobrevive al ataque del asesino más buscado del país

Una chica dormía plácidamente cuando de repente el mayor asesino buscado por todo el país la ataco brutalmente con un arma blanca

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Una chica dormía plácidamente cuando de repente el mayor asesino buscado por todo el país la ataco brutalmente con un arma blanca. Algunos testigos afirman que la chica pudo haber sido violada. Se afirma que el asesino no había hecho daño alguno a sus padres lo que es extraño, ya que nunca se ha comportado así con sus otras víctimas.

Y a continuación estaba mi foto.

-¿¡Como consiguieron toda esa información?!- No me extrañaba que mis vecinos digan alguna de esas cosas. 

-Así que eso paso...¿Porque no me dijiste nada? -Me dijo Mica, con su tono acosador.

-Es que no paso nada. Estoy totalmente bien- Desvié la mirada de sus ojos azules.

-¿Enserio?...¿Realmente estas bien?

-Enserio- Repuse firme, mientras me retorcía el pelo con el dedo índice.

-¡Ya! Dime que paso Alex Blue.

-¿Tengo que contar?-Sabía que cuando Micaela decía mi nombre completo en voz alta, es porque hablaba muy enserió.

-Sí, quiero oír tu parte de la historia ¿Como se que no te hizo algo grave? Y más te vale que me lo digas en este mismo instante- Cada vez que más palabras salían de su boca, más entrecortadas se volvían.

-Esta bien, pero vamos adentro porque se está haciendo tarde - La agarre de la muñeca y la lleve adentro de la escuela, casi empujándola.

-Hola... yo también existo ¿no?- dijo Ethan

-Tú también, vamos.

Ya adentro les explique todo lo que me había sucedido, sin mencionarles lo del beso, y les dije que no se preocuparan ya que él no me lastimo.

-¿Y...? ¿Era lindo?- Me dijo mirándome Mica.

-¿¡Qué!? ¿Por qué preguntas eso? - Respondí sorprendida

-¿Que clase de pregunta es esa? ¡Un asesino serial entro a su casa la noche anterior!- Agregó Ethan.

-Tu no te metas, así que era lindo... ¡eh!- Me dijo.

-¡No! Además ¿Qué tiene que ver?

-No quieres hablar de eso porque es verdad...- Contestó cantando y con una amplia sonrisa.

-¡Callate!-La empuje. Ella se rió

Luego de eso escuchamos que toco el timbre para entrar.

-¿Vamos? - Les dije agarrándolos de la muñeca.

Entramos al aula. Me senté al lado de Mica, Ethan se sentaba atrás de nosotras, solo. Eramos el trío imparable. Ethan con sus alocadas ideas, Mica con su interminable determinación y yo con mi poder de no quedarme callada.

El profesor de matemáticas entro despacio por la puerta, con pasos pesados y papeles en la mano. Se sentó en su silla, para luego nombrar a cada uno de los alumnos presente en el aula. Hasta que un momento llego a mi nombre. 

-Presente- Afirme.

Murmullos y risas de los demás estudiantes recorrieron el aula. 

-¿Que les causa tanta risa?-Mica se paro de su asiento.

-Alumnos por favor hagan silencio- El profesor trataba de calmarlos sin ningún resultado.

-Nada que pueda entender una rubia...-Una chica delgada y con largo pelo castaño habló.

Pero antes de que Mica pudiera decir palabra alguna, yo ya me había parado.

-Puedes meterte conmigo, pero no con ella.

-¿Y que vas a hacer?

-Chicas, dejen de pelear- Sin darme cuenta Ethan se había dirigido hacía mi mesa- Alex, no deberías meterte en problemas- Sonrío- Y para ti...- Lentamente tomo una botella de agua que se encontraba en su mochila, para luego dirigirse en donde se encontraba Samira, nombre de la chica esquerosamente delgada, quien tenía una mirada de desagrado. Y allí, cuando conectaron miradas, Ethan destapó la botella y sin dudarlo dos veces tiro el contenido de esta encima de la chica. Note que sus manos ni siquiera temblaron ante tal acción, la cuál después de unos segundos desató furia.

-Señor Gonzales ¡Vaya inmediatamente a la oficina de la directora!

Con una angelical sonrisa como la de un niño pequeño, tomó sus cosas y se fue sin decir palabra alguna.

Las horas pasaron, dando finalizadas las horas de clases. Al salir Mica me agarró del brazo.

-Nos vemos en mi casa, tengo que contarte algo importante- Susurro Mica, después de eso, me soltó y se fue corriendo.

Con una risa y con mi pesada mochila, me fui caminando en dirección contraria.

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Por fin (le tiran un pan). Esta bien...ya lo actualice. No me peguen (?
Y eso es todo.

Bye~♡

Me enamoré de un asesino Donde viven las historias. Descúbrelo ahora