Allí se encontraba esa horrible casa, la cual jure no volver nunca mas. Justo ante mis ojos. Sentía mi pulso cada vez mas acelerado. Apreté fuertemente el mango de el cuchillo, cuando de repente se escucharon gritos agudos. Rapidemente entre a esa espantosa casa para luego, subir las escaleras lo más rápido que mis piernas me permitían.
-¡Por favor, déjame en paz, maldito psicópata!
Los gritos sonaban de la puerta que anteriormente se encontraba cerrada. Lentamente empuje la puerta con la palma de mi mano. Fui levantando la mirada, para encontrarme con él. Allí estaba, sonriendo.
Mica estaba atada a una silla de madera. El cuarto era sucio, con telarañas y manchas rojas. En la pared izquierda había una mesa con herramientas. Allí pude divisar el celular de Mica.Mica estaba con leves cortes en los brazos y piernas. Sus ropas estaban un poco rotas. Tenia las manos atadas con cadenas al igual que los pies.
-Keith...-dije mirándolo fijamente, sus ojos eran de un color azul muy intenso.
-Ale...- dijo con una sonrisa mirándome.
-¿Me pueden decir que mierda esta pasando acá?- dijo Mica un poco asustada y a la vez confundida.
-Tranquilízate, esto va a terminar muy pronto- Respondí con un tono calmado.
Fui a atacar a Keith. Él apenas pudo esquivar mi golpe, el cual le hizo un pequeño corte.
-Bien jugado, pero yo soy mejor.
Rápidamente me atacó con su cuchillo. Levantando los brazos, trate de detenerlo. Hasta que mis brazos colapsaron y su afilado cuchillo paso por mi cara, rozando mi mejilla. Un liquido espeso se deslizo por mi mejilla, hasta llegar a mi cuello.
-¡Vamos tu puedes Ale!- dijo Mica.
-Tu cállate- dijo Keith mirándola enojado.
Fue mi oportunidad perfecta para atacar. Me levante del suelo y fui hacia él. Cuando de pronto me tropecé con una mancha roja. Cerré los ojos. Pero no sentí el golpe. Ya que alguien me agarro de la cintura. Abrí los ojos, estaba pegada a la cintura de Keith. A pocos centímetros de su cara.
-¿Porque hiciste todo esto?- le pregunte mirándolo a los ojos y posando mi mano sobre su mejilla.
-Porque te amo.- sus ojos se volvieron celestes.
-Lo siento Keith, pero si te metes con mis amigas, te metes conmigo- Clave el cuchillo debajo de su torso. Él hizo una sonrisa y luego me solto para llevar sus manos a su torso, provocando que yo me caiga.
-Fue un honor pelear contigo.
De pronto sentí algo.
Pena y tristeza.
-Hola... Todavía estoy acá.
-¿Que hice?- susurré por lo bajo
-¿Que dijiste?- me pregunto Mica.
-¡Lo maté!- Mis ojos empezaron a cristalizarse, aunque no sabía la razón.
-Pues si ¿no es obvio?
-¡Por dios! Micaela, ya deja de ser sarcástica- la mire a los ojos.
-Necesito que me desates.
Tire el cuchillo lejos y fui gateando a donde se dirigía Mica, para finalmente desatarla.
Ella rápidamente se subió las mangas de la camisa a cuadros que llevaba. Suspiro y luego agregó.
-Necesitó una aguja e hilo- se acercó al pecho de Keith y apoyo la oreja.
-¿Qué haces?
-Shhh- ni siquiera me miro y luego de eso cerró los ojos.
-Pero...
-Dije que te calles ¡Celosa!
-Está bien, así quedamos...
-Todavía respira, ¡Rápido! Tráeme lo que te pedí, también alcohol, vendas y una manta.
Fui corriendo a mi habitación, allí encontré la aguja, hilo y la manta. Luego fui al baño donde encontré el alcohol y las vendas. Nuevamente me dirigí donde estaba Mica y le di las cosas.
-¿Que estás haciendo?- dije un poco asustada.
- Fui un año a la escuela de medicina-me respondió con tranquilidad. A continuación se paró por un segundo y fue a buscar unos guantes que estaban en una mesa junto con un barbijo. No quería ni imaginar las cosas que hacia Keith en esta espantosa sala.
-¿Per-pero como es que yo no sabía nada?
-Es que fue por obligación y nunca me gusto hablar de eso, pero eso ya no importa- formo una pequeña sonrisa- lo que importa ahora es que me tienes que dejar sola con él y tranquila no le voy a hacer nada- sonrió pícaramente. Luego de eso salí por la puerta un poco enfadada.
Después de dos o tres horas Mica salió con la ropa un poco ensangrentada.
-Listo. Se quejó un poco cuando le cosí la herida, pero luego se portó muy bien. Está dormido. Y hablando de eso, realmente estoy muy cansada... ¿Puedo ir a descansar en algún lugar?-después de eso, largo un gran suspiro.
-Sí, puedes dormir en mi habitación- dije señalando a la puerta que estaba en la izquierda del pasillo.
-Está bien, gracias.
-Es lo mínimo que puedo hacer por mi mejor amiga. También puedes usar mi ropa, ya sebes, por el tema de la sangre -Luego me agradeció otra vez. Dio media vuelta y se fue caminando tranquilamente.
Espíe por la puerta para ver cómo estaba Keith. Camine lentamente hacia él, tratando de no hacer ningún ruido.
-Sabes...él me dijo que intentarías matarme tarde o temprano, pero yo no le hice caso. Pensé que aunque tenía una muy pequeña posibilidad de enamorarte no me harías daño. Trate y trate, no me rendí ni por un segundo pero creo que me equivoque y al final paso esto.
¿Él? Pensé. Pero mis pensamientos fueron distraídos por algo que se deslizaba por la cara de Keith. Me acerque muy lentamente hasta que pude ver bien. Él estaba llorando. Luego de unos segundos paro en seco.
-¿Keith? -susurré con voz temblorosa. Cuando de repente empezó a sacudirse frenéticamente y a reír como un loco. Me empecé a asustar.
-Oye ¿Porque haces tanto ruido?- dijo Mica desde la puerta, frotándose un ojo- ¡Mierda!-Se acercó a Keith sosteniéndole los brazos- rápido sostén las piernas.
Asentí y me tire encima de Keith sosteniéndole las piernas, mientras que su torso se retorcía y saltaba frenéticamente. Luego de algunos minutos se calmó.-Creo que tienes que dejarlo solo por un tiempo, para que se tranquilice.
-Está bien, pero por lo menos llévemoslo a un lugar más cómodo que una manta en el piso.
Mica asintió y me ayudo a llevarlo hasta mi cama, ya que su habitación estaba cerrada con llave.
-¿No te molesta dormir en el sillón?
-Claro que no.
Ella bajo las escaleras y se echó en el sillón. Cuando su cara toco la almohada, se durmió inmediatamente.
*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*
Nuevo capítulo ~
Alexia en multimedia.
ESTÁS LEYENDO
Me enamoré de un asesino
Romance¿Te enamorarías de alguien, el cual te hizo sufrir demasiado? "Él me había ganado" Esas palabras había dicho ella, en aquel triste lugar.