+ MUERTE +

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Los tres nos quedamos en silencio y con la mirada fija en aquel edificio, todas las habitaciones se encontraban con las luces encendidas, a excepción de una. La habitación de John.

El primero en reaccionar fue Aron, quien corrió en dirección al edificio, posteriormente, yo lo seguí y Paulo me siguió a mí. En este momento no me importaba ser vista por los profesores, lo único importante para mí, era comprobar que John se encontraba bien.

Corremos por los pasillos y subimos las escaleras rápidamente, mi pulso se acelera cada vez más y más, siento como un sudor frío comienza a bajar por mi frente y creo que en cualquier momento puedo colapsar.

Tengo miedo y estoy preocupada.

¡¿Qué demonios está pasando?!

Cuando llegamos afuera de la habitación de John, Aron de inmediato abre la puerta de una patada, entonces los tres entramos y nos encontramos con total oscuridad.

—A... ayu... da

Abro los ojos al escuchar la voz susurrante de Jonathan.

—¿John? —cuestiona Paulo mientras Aron busca el interruptor y enciende las luces.

Cuando la oscuridad desaparece, me cubro la boca para ahogar un grito al ver a John tirado en el suelo con sangre saliendo de su estómago.

—¡John! —grito sin poderlo evitar y corro hacia él. Me pongo de rodillas a su lado y le sujeto la cabeza mientras comienzo a llorar—. John... —acaricio su mejilla con mis dedos temblorosos y él me sonríe con tristeza, toma mi mano con esfuerzo y me la aprieta. Siento que se está despidiendo de mí y yo me niego a ello—. No, no, no... ¡Hagan algo! —me dirijo hacia Paulo y Aron.

Aron sale de la habitación, seguramente para pedir ayuda, mientras que Paulo cierra los ojos y con las manos apretadas en puño, comienza a murmurar cosas inentendibles.

Él está nervioso.

Veo a John y niego con la cabeza al ver que sus ojos comienzan a cerrarse.

—Por favor, no... John... —palmeo su mejilla evitando que quede inconsciente—. John... no...

Lloro sin poderme controlar, veo como las luces comienzan a parpadear otra vez y el pánico vuelve a mí. Recuerdos de la noche anterior regresan y es imposible mantenerme en calma.

Escucho la misma voz; grave y monstruosa de aquel hombre, susurrando «Abigaíl» en mi oído. Cierro los ojos con fuerza sin dejar de abrazar a John.

—¡DÉJAME! —grito sin querer voltear tras de mí.

Escucho el grito de Paulo y eso provoca que abra los ojos y lo busque con la mirada. Mi amigo está tirado en el suelo sufriendo un ataque epiléptico.

—Paulo... —susurro asustada.

Las luces se encienden y Aron entra con el doctor del edificio y dos oficiales de seguridad, detrás de ellos los siguen compañeros del internado que vienen a curiosear. El doctor se detiene a observar la escena por un segundo, después se apresura a dirigirse con Paulo y con ayuda de Aron, atienden el ataque de mi amigo. Mientras que Aron se queda con Paulo, el doctor se acerca a mí.

—Retírate chica —dice haciéndome a un lado y estudiando el estado de John.

—¿Está...? —no logro decir la palabra, porque me niego a que él esté muerto.

—Está bien —dice con las cejas fruncidas—. Jonathan no tiene nada.

Frunzo las cejas bajando la mirada hacia su estómago y me percato de que la sangre ha desaparecido.

CUANDO LAS LUCES SE APAGAN ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora