Paso la noche en vela, sin poder dormir y contemplando el celular entre mis manos. Me veo tentada a regresarle la llamada y escucharlo, porque no quiero sentirme sola en estas cuatro paredes, no quiero estar en soledad, pero aún y así, no lo llamo.
La madrugada pasa y el sol comienza a salir, siento una gran tranquilidad al saber que la noche ha pasado y no hubo ni un grito, ni siquiera las luces se apagaron.
Salgo con pesar de mi cuarto y el día transcurre aparentemente normal; termino las tareas asignadas, desayunó con todos en el comedor, hago más tareas, tomo un pequeño receso y duermo.
Así transcurren los siguientes dos días, y lo más importante, sin muertes. Paulo y yo convivimos un poco más, mientras que John y yo... convivimos durante las comidas, se podría decir que, me he distanciado de él.
Con lo que respecta a Aron... Él ha estado más atento conmigo, durante el día está a mi lado y se ha olvidado un poco de Araceli.
Juntos nos hemos escapado de nuestras labores y hemos ido a la biblioteca a seguir investigando. Descubrimos que, la única manera de parar con las muertes y destruir a la sombra, es con la muerte.
La única manera de terminar con esto, es asesinando a la persona que lo inició, es decir, asesinar al que convocó a la sombra.
—¿Segura que no tienes sospechosos? —pregunta nuevamente Aron.
Esta vez, sí dudo en darle o no el nombre de John.
—No estoy segura.
—¿Eso quiere decir que sospechas de alguien? —me pregunta con las cejas fruncidas.
—No lo sé. Mejor sigamos leyendo el libro.
Estoy a punto de darle la vuelta a la hoja cuando Aron toma mis manos deteniéndome, y se acerca más a mí.
—¿Todavía no confías en mí? Es eso.
Paso saliva antes de responderle:
—¿Quieres que confíe en ti? Entonces, ¿por qué no me dices la verdad y me explicas por qué me estás ayudando?
Él me suelta las manos sin dejar de observarme.
—Es hora de irnos de aquí —dice y camina a la salida de la biblioteca.
Y otra vez, como lo ha hecho durante estos últimos tres días, ha vuelto a evadir mis preguntas.
La noche es larga, o al menos así es como la siento yo. Doy vuelta tras vuelta sobre mi duro colchón una y otra vez hasta cansarme. Finalmente, decido levantarme y tomar el celular para llamarle a Aron.
No lo había llamado hasta ahora, espero que no se preocupe o, se moleste...
—¿Pasa algo? —dice inmediatamente que toma la llamada.
Me tardo unos segundos en responder:
—No puedo dormir y... ¿Podemos hablar? —susurro con la esperanza de su afirmación.
Para mi sorpresa y buena suerte, después de unos segundos en silencio, Aron me responde:
—Ahora voy.
Cuelga la llamada y yo me preparo y busco un abrigo para salir de la habitación. Cuando estoy bajando las escaleras me encuentro con él, subiéndolas.
—¿Cómo llegaste aquí tan rápido? —digo cubriéndome un poco más con el abrigo.
—Se podría decir que soy un guardia nocturno —se encoge de hombros y se sienta sobre las escaleras.
—¿No podrían vernos aquí? —digo sentándome a su lado.
—¿En verdad crees que tus guardias están despiertos a esta hora?
Niego sonriendo. La seguridad en este internado es... ¡Pésima!
—Este internado está muy sobrevalorado —comento, diciendo la verdad
—Así es. Todos creen que este lugar es perfecto y que nos ayuda, cuando en realidad no es así —dice recargando sus codos sobre los peldaños.
—¿Entonces por qué sigues aquí si no te gusta? —le pregunto mientras lo observo.
—Por la misma razón por la que tú no te vas de aquí —dice y sonríe.
—¿No tienes familia? —vuelvo a preguntar.
—¿Tú no tienes?
Bajo la mirada ante su pregunta.
—Es una larga historia —susurro.
—Creo que tenemos toda la noche de sobra.
—Mejor respóndeme tú. ¿Qué pasó con tus padres? ¿Por qué estás aquí?
Lo veo con atención, deseando que Aron al fin me diga la verdad sobre él. Si conozco su pasado, entonces podré confiar en él.
Aron se queda en silencio por unos segundos y cuando pienso que cambiará de tema, él me propone algo.
—Si te respondo... Tú responderás a mis preguntas.
—Claro —digo sinceramente, así que él comienza a contarme.
—Mi madre murió cuando yo tenía cinco años y mi padre... —su mirada se pierde entre las plantas que adornan el pasillo—. Él solo me ve como un empleado más. Me ve como un beneficio que puede sacarle provecho cuando se le antoje. Él me metió aquí para que yo hiciera su...—se detiene y regresa su mirada hacia mí—. Me peleé con él, le robé dinero de su cuenta bancaria y estaba por ir a la cárcel, pero sus abogados arreglaron las cosas e hicieron que, en lugar de ir a prisión, viniera aquí. Esa es mi historia.
Asiento con la cabeza lentamente.
—¿Y qué hay de Araceli? ¿Tu hermana dónde entra en esta historia? —frunzo las cejas, sospechando de la veracidad de su narrativa. Sin embargo, su respuesta me deja asombrada.
—Araceli no es mi hermana.
Me quedo pasmada ante su revelación, pero no tengo el tiempo necesario para asimilarlo, porque justo en ese instante, las luces comienzan a parpadear.
—La sombra está aquí —susurro levantándome de las escaleras.
Mi pulso y mi respiración se acelera mientras que mis vellos se ponen de punta.
—Vámonos —Aron toma mi mano y juntos corremos afuera del edificio.
Salimos al patio y ahí nos detenemos al escuchar un espantoso grito proveniente del edificio de los chicos.
—¿Qué...? —susurra Aron.
Los dos nos quedamos estáticos en medio del patio y aún tomados de las manos fuertemente. Observamos con atención aquel único cuarto del edificio que permanece oscuro. Después de un segundo, este se ilumina, dejándonos ver la ventana manchada con sangre, formando una palabra que me deja desconcertada: Abigaíl.
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🎭 ¿Será verdad que tu pasado te define? 🎭
Una pequeña verdad se ha revelado...
En el siguiente capítulo se revelará la verdad de Abi 👀
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CUANDO LAS LUCES SE APAGAN ✔️
ParanormalEl internado "Luces de esperanza" es el típico lugar viejo, abandonado y sombrío en toda la ciudad. Abigaíl llevaba ocho meses internada allí y, hasta ese momento, nada fuera de lo común había ocurrido. Sin embargo, todo cambia cuando llegan ellos:...