Hacía mucho frío.
Temblaba mientras me cubría con la única cobija que tenía conmigo, pero aún así, eso no evitaba que el frío se colará entre mis huesos. Después de un rato, el frío desapareció y en su lugar, comencé a sudar.
¿Qué me estaba pasando?
Abrí los ojos y traté de respirar profundamente, miré a mi alrededor y las luces aún seguían encendidas, Ximena aún no llegaba.
Quería levantarme e ir a buscarla, pero algo me lo impedía. Mi cuerpo estaba muy pesado, mi garganta se cerraba y no me permitía hablar.
Acaso... ¿Estaba soñando?
Cerré los ojos con fuerza y los volví a abrir, pero todo seguía igual. Traté de moverme por largos minutos, pero no lo logré. De pronto, los focos comenzaron a parpadear y luego... las luces se apagaron.
No vi nada, todo era oscuridad.
Mis ojos se adaptaron rápidamente a la ausencia de luz y se percataron de una sombra entrando al baño de la habitación.
¿Ximena?
Traté de llamarla, pero mi garganta aún permanecía cerrada.
Quería hablar.
Quería gritar.
Pero, no podía.
Un grito proveniente del baño hizo que mi corazón palpitara más de lo que ya lo hacía.
¡Ese grito era de Ximena!
Alguien estaba adentro y le estaba haciendo daño.
Así que grite. Grité con todas mis fuerzas, pero mi voz no se escuchaba.
¿Qué pasaba?
¡Esto tenía que tratarse de una pesadilla!
Vi como la puerta del baño se abrió lentamente rechinando y como una sombra oscura salía de ella.
Era la silueta de un hombre...
—Abigaíl —susurro. Su voz era tenebrosa, era vibrante y hueca...
+++
Abro los ojos precipitadamente y me siento sobre la cama.
Ya era de día.
Llevo mis manos a mi pecho, aliviada. Todo tan solo se había tratado de una horrible pesadilla.
Volteo hacia la cama de Ximena y veo que ella se encuentra tapada de pies a cabeza con su cobija de lana. Me levanto sin hacer ruido y me asomo por la ventana, veo como todos comienzan a organizarse para el aniversario de hoy.
Algunos llevan las mesas al centro del jardín, otros se turnan para ayudar y levantar las carpas, en eso, veo al edificio de enfrente y mis ojos se encuentran con los de él.
Aron está de pie frente a su ventana, él también me observa.
No puedo creer que de todas las habitaciones disponibles en su edificio, le hayan asignado esa, la única habitación que queda frente a la mía.
Con toda la intención de ignorarlo, cierro las cortinas de mi cuarto. Veo a Ximena aun acostada y me pregunto si será buena idea despertarla.
—Xime —susurro suavemente. Es mejor que la despierte ahora para que se vaya preparando, ya que ella dura horas en terminar de arreglarse—. Ximena.
La toco sobre la cobija, pero frunzo las cejas al ver que ella no está dentro de ellas.
—¿Ximena? —la llamo por toda la habitación, pero nadie responde.
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CUANDO LAS LUCES SE APAGAN ✔️
ParanormalEl internado "Luces de esperanza" es el típico lugar viejo, abandonado y sombrío en toda la ciudad. Abigaíl llevaba ocho meses internada allí y, hasta ese momento, nada fuera de lo común había ocurrido. Sin embargo, todo cambia cuando llegan ellos:...