+ CULPABLES +

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—Ellos lo hicieron agente... ¡Ellos la mataron! —comienzo a alterarme.

—Abigaíl escúchame...

—¡No! No entiende. Desde que ellos llegaron todo comenzó. Las luces, la sombra, las muertes... ¡Ellos son los asesinos!

—Cálmate Abigaíl. Necesito que cooperes.

—¡No puedo! ¿Piensa que estoy loca? ¿Verdad?

Él se queda en silencio.

El silencio otorga y él acaba de confirmar que cree que estoy loca.

Sin prestarle más de mi tiempo, me levanto y salgo de la oficina a pesar de sus llamados.

+++

En el camino alguien me sujeta del brazo y ese alguien es Paulo.

—¿Estás bien?

Niego con la cabeza y lo abrazo.

—Ayúdame —susurro con súplica.

Paulo se despega de mí y asiente con la cabeza. Los dos vamos al comedor y mientras estamos sentados, le cuento todo.

¡TODO!

Paulo pierde la mirada en la mesa y cuando pienso que no me creerá y que me tomará por loca, él dice:

—Lo solucionaremos.

Estoy por preguntarle cómo, pero en ese momento aparece John acompañado de Max.

—¡Abi! Creí que seguías castigada, ¿Cómo estás? —me interroga John.

—Yo... no sé —bajo la mirada, confundida.

Me duele la cabeza, seguramente es por la falta de comida, sueño y descanso que ya necesito.

—Max —le llama Paulo.

—Dime amigo —este le responde dándole una mordida a su manzana.

—¿Recuerdas la leyenda que nos contaste?

—¿Cuál? —frunce las cejas dejando de comer.

—La leyenda... "Cuando las luces se apagan"

Subo la mirada e interesada pongo atención a su conversación.

—¿Cuándo las luces se apagan? —repito con interés.

—Ah... la que les conté en la reunión de la noche pasada.

Paulo asiente mientras que John y yo los observamos con atención.

—Sí, lo recuerdo. ¿Por qué Paulo? —dice Max confundido.

—Repítela.

—¿Para qué o qué?

—Solo repítela Max —exige Paulo y nuestro amigo obedece.

—Bien... —su voz cambia a una de completo misterio, toma asiento enfrente de nosotros y comienza a narrarnos:—. Cuenta la leyenda que hace muchos años este internado era una prisión para esclavos. Se dice que, entre los esclavos, estaban encerrados una niña y un niño. Ellos eran mejores amigos desde pequeños, se querían el uno al otro, sin embargo, el amor que le tenía el niño a la niña era más que amistad. Ambos crecieron en la prisión, y el amor que el chico tenía se intensificó con el tiempo. El joven era detallista con la chica, hacía de todo para que ella se fijase en él y lo viese más que un simple amigo. Pero eso no funcionó, y la chica se enamoró de alguien más. El joven, ardido de coraje, se convirtió en un asesino y se encargó de matar a cuál hombre se acercará a su chica. El tiempo pasó y los asesinatos en esa prisión fueron devastadores; ahogados en el escusado, colgados en los árboles, asfixiados con sus propias almohadas o con su propia sangre, en fin... toda una masacre provocada por el mismo tipo.

CUANDO LAS LUCES SE APAGAN ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora