—Este internado fue construido hace cincuenta años con el objetivo de ayudar a los jóvenes a reintegrarse a la sociedad. Nosotros somos los responsables de fomentar su educación, cultura y valores...
Bla, bla, bla... el psicólogo Roger sigue hablando, pero yo dejo de prestarle atención cuando veo a esos dos chicos entrar al pequeño auditorio.
Araceli y Aron, esos son los nombres del par de extraños que llegaron esta mañana.
Han pasado tan solo unas cuantas horas desde su llegada y todos en el internado aún siguen pasmados con su presencia. Su belleza y su inocencia dan mucho de qué hablar.
Mantengo mi vista fija en el chico, él siente el peso de mi mirada y también me observa.
¿Quién es él?
¿Cómo conoce mi nombre?
—Abigaíl, nos quieres recordar las actividades que se realizarán el día de mañana —la voz del psicólogo me interrumpe.
—Habrá puestos de comida, algunos juegos y conferencias por parte de los directivos —le respondo y él pone una sonrisa de satisfacción.
—Así es, así que, por favor, no olviden asistir a cada una de las actividades, porque además de eso, les tenemos una sorpresa. El día de visita se recorrerá para mañana, así que sus amigos y familiares podrán estar aquí desde las siete de la mañana hasta las ocho de la noche.
La mayoría de los presentes sonríen, ellos si están felices de que mañana verán a sus seres queridos. Sin embargo, yo no sé cómo sentirme.
¿Triste? ¿Decepcionada?
Solo espero que algún día tenga la oportunidad de verla otra vez, Vane. Mi hermana menor.
—Gracias por su atención, chicos, nos vemos mañana —termina su discurso y todos nos ponemos de pie para retirarnos.
Estoy a punto de salir por la puerta cuando el psicólogo Roger me llama.
—Abi, puedes ayudarme con algo —me detengo y doy media vuelta para verlo.
Pienso en cómo negarme, pero no lo pienso mucho porque Ximena me ayuda.
—Lo siento, pero la profesora Rita nos ha citado. Adiós —Ximena toma mi mano y me saca del auditorio.
Quizás parezca grosero de nuestra parte, pero en realidad, fue lo mejor.
El psicólogo Roger es uno de los siete directivos que conforman esta institución, tiene gran reputación, pero no de la buena. Hay rumores por los pasillos que dicen que él abusa de las chicas. Yo no tengo pruebas de ello, tampoco quiero arriesgarme a confirmarlo.
—Si te vuelve a preguntar algo así, tú siempre niégate —me dice mi amiga.
—Gracias —le sonrío.
Juntas volvemos a nuestra habitación, pero en el camino nos encontramos con Araceli. Ella está observando la puerta de nuestro cuarto.
—¿Se te perdió alguna cosa, chica nueva? —la interroga Ximena con las cejas fruncidas.
La chica voltea lentamente hacia nosotras y nos sonríe amigablemente.
—Soy Araceli, aunque eso ya lo saben —se presenta con un tono de voz algo gruesa.
—¿Qué quieres? —Ximena se pone a la defensiva mientras da un paso al frente de mí.
—Quería conocerlas —sonríe mirándome con la misma intensidad en la mirada, como lo hizo en la cafetería.
—¿Te conozco? —pregunto sin poderlo evitar.
—No. Tú no me conoces a mí.
Un silencio se forma entre nosotras, hasta que Ximena dice:
—Okay... Mira niña, no estamos en la escuelita para venir a hacer amigos ni a formar equipos, aquí estás en un internado. Estás en la boca del lobo.
Ximena vuelve a tomar mi mano y me lleva al interior de nuestro cuarto, puedo ver cómo pasa a lado de Araceli y a propósito, choca contra su hombro.
Cuando entramos y ella cierra la puerta de un portazo, le digo:
—¿No te pasaste? —frunzo las cejas hacia ella. La conozco, sé que Ximena es una chica ruda, pero esta vez, se pasó un poco.
—¿Pasarme? ¿Viste como te comía con la mirada esa hipócrita? Me da mala espina.
Aguanto la risa que sus palabras me provocan.
—No me digas que... ¿Estás celosa? —Ximena abre los ojos de par en par y puedo ver como su rostro se torna rojo—. ¿Te gustó Araceli? —le pregunto y Ximena frunce las cejas en signo de molestia.
—¡Vete a la mierda Abigaíl! —se enoja y se dirige al baño.
Yo no aguanto más y comienzo a reír sola. Ximena es lesbiana y no es un secreto para nadie, así como tampoco lo es que Paulo sea gay.
Desgraciadamente, la sociedad en la que vivimos aún no evoluciona lo suficiente como para aceptar los diversos pensamientos, identidades y gustos. Por esa razón, ambos están aquí. Porque la sociedad los ve diferentes.
Qué estupidez.
+++
El resto de la tarde nos encargamos de terminar nuestros deberes; tareas, limpieza, entre otras cosas. Esa era nuestra rutina diaria, de lunes a viernes asistíamos cinco horas a clases grupales y después nos dedicamos a realizar limpieza en el internado. A pesar de que había trabajadores que se encargaban de ello, nosotros éramos la mano de obra principal.
Cuando terminamos nuestros trabajos, busqué a Ximena para qué juntas, regresamos a nuestra habitación, pero en eso, escuche la voz de Paulo.
—Abi. Pss. ¡Aquí! —lo busqué con la mirada hasta que lo encontré escondido detrás de una maceta.
—¿Qué haces aquí? —pregunto al acercarme a él—. Si ven que estás en el área de las chicas te castigaran.
Y vaya que los castigos que daban no eran tan livianos. En este internado había reglas, pero entre las más importantes estaba no permanecer en el área del sexo opuesto. Es decir, Paulo no podía estar aquí.
El internado es un gran terreno, en él se encuentran tres edificaciones principales; los dormitorios de las chicas, los dormitorios de los chicos y el comedor.
—¿Qué haces aquí? —le insisto, preocupada más por él que él mismo.
—Vayamos al sótano —susurra.
—¿Qué? —frunzo las cejas, confundida.
—Esta noche todos los directivos están organizándose para el aniversario de mañana, así que los chicos han organizado un pequeño convivio en el sótano de nuestro edificio. ¿Vienes? —me propone susurrando.
¿Un convivio?
—No suena tan bien. Si se dan cuenta...
—Nadie se dará cuenta. Ya le dije a Ximena y ella ya acepto. ¿Vamos? ¡Por favor! —entrelaza los dedos de sus manos en forma de súplica.
¿Ir o no ir?
—Está bien, solo un rato —le respondo y él sonríe feliz.
Al parecer, los chicos del internado comenzarán con el festejo una noche antes.
+++
Este internado esconde algo turbio...
¿Quién es esa chica Araceli y cómo es que conoce a Abi?
🎭 Se me hace que el convivio que organizaron los chicos traerá serios problemas... 🎭
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CUANDO LAS LUCES SE APAGAN ✔️
ParanormalEl internado "Luces de esperanza" es el típico lugar viejo, abandonado y sombrío en toda la ciudad. Abigaíl llevaba ocho meses internada allí y, hasta ese momento, nada fuera de lo común había ocurrido. Sin embargo, todo cambia cuando llegan ellos:...