La vida que Stella Cromwell tenía siempre fue sencilla y sin tantas complicaciones. Sin contar por el hecho de que todas las noches, mientras duerme, él está en sus sueños, todo cambio desde el momento en que sus ojos lo vieron por primera vez.
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De regreso en la temporada de Halloween o como solía decirme mi mamá de pequeña Stelloween, faltaban un par de días para que fuese 31 de octubre y la verdad mis planes eran quedarme en el sillón viendo un maratón de películas de Halloween, aunque no serían de miedo como hacen algunos, yo suelo ver con brujas, vampiros como en mi película favorita Abracadabra y Coraline, sin duda alguna no podría pasar un Halloween sin ellas.
Con Jade y Jordán teníamos una tradición de disfrazarnos para ver el maratón, el año pasado me había disfrazado de Scarlett Witch por el cabello rojizo, además que es una de mis personajes favoritos del UCM, recordaba los disfraces de los años anteriores cuando mi mente como siempre traicionándome trajo un pensamiento a ella.
Todo sería más perfecto si estuviese él allí.
Habían pasado varias semanas sin soñar con él o más bien me trataba de despertar con todas mis fuerzas hasta lograrlo cuando estaba por aparecer, si bien es cierto que quiero encontrarlo, en estos momentos no puedo dejar que todo mi mundo este de cabeza, no soy lo suficientemente fuerte para esto y aquella noche lo entendí.
Entendí que mi estabilidad mental colgaba de un hilo.
— ¡Stella! — la voz de Jade me trajo a la realidad de vuelta.
— ¿Qué sucede?
— Te decía que nuestros planes para Halloween iban a cambiar.
— ¿A qué te refieres con cambiar? — inquirí mientras le dedique una mirada a todos los chicos, los cuales después del instituto habían venido a mi casa y ahora nos encontrábamos viendo una película de Halloween.
— Un grupo de Lacrosse de otra escuela hará una fiesta de Halloween.
— ¿Y eso qué? Tenemos una tradición que nunca se ha roto.
— Stell, podemos ver el maratón y hacer una pijamada después de la fiesta.
— Pero y que hay de los chicos ¿Están de acuerdo de ir? — voltee para mirar a Tony que estaba haciendo como si admirase el piso.
— Muy bien, quizás Tony cayera en tu truco, pero que hay de Jordán, es del equipo contrario de Lacrosse — replique volteando a verlo, pero este solo desvío la mirada — ¿Tú también caíste? Traidores.
— Lo siento Stellie, pero sabes que donde hay una fiesta allí estaré y más si es de Halloween — comentó.
— En mi defensa yo soy nuevo en el grupo y no he estado en uno de los maratones — objeto Tony alzando los brazos de forma inocente.
— De acuerdo, entonces nos vemos cuando regresen.
— Oh, no señorita, usted viene con nosotros — señaló Jade.
— Pero, ¿por qué tengo que ir? Vayan a divertirse y nos vemos luego aquí para la pijamada.
— No te dejaremos que te pierdas de esto — informo mi amiga no tan querida en estos momentos — siempre me has dicho que quisieras ir a una fiesta de Halloween como en la escena de the vampire diaries en la que Damon y Elena van a una.