La vida que Stella Cromwell tenía siempre fue sencilla y sin tantas complicaciones. Sin contar por el hecho de que todas las noches, mientras duerme, él está en sus sueños, todo cambio desde el momento en que sus ojos lo vieron por primera vez.
Cad...
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La mañana transcurrió tranquila, nos encontrábamos en la última hora de clases, historia, estaba sentada haciendo en mi cuaderno unos… garabatos, porque nunca podría llamarse dibujar a lo que hacía, me mantuve inmersa en mis pensamientos hasta que algo que estaba diciendo el profesor Perkins llamo mi atención.
— Solía decirse que en casos muy remotos algunas personas podían tener sensibilidad a percibir cosas a través de sus sueños— abrí mis ojos de manera exagerada al escuchar lo último que había dicho el profesor Perkins.
Gire a mi alrededor para notar que la mayoría de la clase estaban dormidos o hablando entre sí.
Alce la mano para hacer la pregunta que tanto ha rondado en mi cabeza por un tiempo.
— ¿Si señorita Cromwell? — me señalo.
— ¿Se refiere a cosas como premoniciones del futuro? — pregunte.
— Exactamente, señorita Cromwell —dijo el profesor Perkins mientras asentía.
— Pero ¿Cómo ellos sabían que estaban teniendo una premonición? No es algo que sea tan fácil de notar — inquirí.
— No sabría explicarle con exactitud, no obstante, tengo entendido que por lo general tienen una especie de sensación distinta a los sueños comunes — aseguró.
— Oh — musité asintiendo.
— Por qué el interés, señorita Cromwell, ¿Le está pasando algo similar? — inquirió mientras alzaba una ceja.
Algunos estudiantes voltearon a ver hacia donde estaba a lo que desee por un momento ser invisible.
— Para nada, era simple curiosidad — una risita nerviosa salió de mi boca.
El profesor Perkins asintió y segundos después ya había continuado con su clase ¿Sería posible que…? Ni siquiera puedo terminar la oración, es absurdo, ¿verdad? No me creo tan especial como para ser igual a esas personas, lo más probable es que me esté sugestionando con este tema.
Sí, de seguro es eso.
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Después de salir del instituto nos dirigimos directo a nuestras casas, no pudimos ir al café hoy debido a que Jade tenía que asistir a una reunión familiar. Al estar de vuelta en mi casa, subí las escaleras hasta llegar a mi cuarto, deje mi bolso de un lado y me tumbe en mi cama.
Llevaba aproximadamente unas 2 horas desde que había llegado, lo primero que hice al llegar fue cambiar mis jeans y mi blusa blanca por una conjunto de pijama de pantalón corto con una blusa manga larga de color gris, para luego enfrascarme en los deberes del instituto. Al momento de lograr zafarme de todos los deberes, proseguí a retomar la lectura del libro que había comenzado el día anterior.
Al pasar el rato solo me faltaban unas 20 páginas para acabar el libro cuando decidí dejarlo de un lado de mi cama. Me acomodé entre las sábanas cuando sentí un poco de sueño y minutos después ya me encontraba sumergida en él.
