La vida que Stella Cromwell tenía siempre fue sencilla y sin tantas complicaciones. Sin contar por el hecho de que todas las noches, mientras duerme, él está en sus sueños, todo cambio desde el momento en que sus ojos lo vieron por primera vez.
Cad...
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Luego de esa maravillosa siesta cabe mencionar, me percaté que aún era medianamente temprano, había creído que lo más probable conociéndome despertaría a la medianoche, por suerte fue justo para la cena. Posteriormente, de un rato hablando con mi mamá, quien se encontraba postrada en el sillón viendo todos los episodios que se había perdido de su novela, dejo claro que la cena estaría al terminar su programación.
Teniendo en cuenta esto, supuse que Logan ya estaba de vuelta de su salida y mi papá debía de estar por llegar en cualquier momento, así que por los momentos las cosas estaban en orden, me dirigí hacia la cocina para buscar algo que comer para sobrevivir mientras la cena estaba lista, cuando me detuve al escuchar una voz proveniente de ella ¿qué ocurre?
Lograba escuchar en susurros casi audibles
- Ya lo sé, estoy en casa de Logan.
- Sí, Logan Cromwell papá - su voz se crispó por un momento, era Brett quien hablaba.
¿Logan llegó o solo está él?
- Entiendo, mañana estaré allí, si tranquilo sé que debo estarlo - un tono frustración lograba asomarse a través de él.
- Si te digo que estaré allí es porque lo estaré, cálmate - era fácil descubrir que la conversación no iba bien.
Lo mejor en esta circunstancia es que me vaya en lugar de parecer una señora chismosa, escuchando conversaciones ajenas.
Oh oh...
Al momento de dar vuelta sobre mis pies, choque con el marco de la puerta, ¿es broma? De verdad hoy no es mi día y pues claramente, como suponemos, los ojos de Brett se cruzaron con los míos, a lo que rápidamente reaccione.
Dios, ilumíname o elimíname, las dos me funcionan en estos momentos
- Lo siento - haciendo como si acababa de entrar sin darme cuenta - no sabía que estabas allí.
- Descuida, ya había terminado - señaló el teléfono lejos de su oreja.
- Oh, entiendo - me acerqué hasta el refrigerador sacando un cartón de zumo de naranja, sin embargo, Brett permanecía inmóvil viendo hacia la ventana, reconocía muy bien ese tipo de mirada pérdida, es la misma que tengo a menudo.
- ¿Te encuentras bien?
Su rostro completamente desconcertado me hizo pensar si era muy raro viniendo de mí que preguntará eso.
- Eh sí... ¿Por qué lo preguntas?
- No lo sé, pero te ves algo perdido y una persona que está bien no se ve de esa forma.
- ¿Escuchaste la conversación?
- Algo, pero no fue mi intención hacerlo, de verdad.
- Bueno, gracias, pero estoy bien o ahora lo estaré por haber terminado esa llamada.
