[FANFIC] ME AMAS, ¿VERDAD? [BeefLeaf/TGCF]

IN THE NAME OF LOVE

La música podía escucharse en todo el vecindario. El lugar de la fiesta no era muy grande, la casa pertenecía a un alfa de mediana categoría que buscaba hacerse popular, pero el patio trasero era espacioso y tenía piscina. A pesar de ser temprano, ya había grupos de amigos sosteniendo a un compañero ebrio, en el segundo piso todas las habitaciones estaban ocupadas y el alcohol en la cocina se iba acabando.

Al lado de la cocina; antes de salir al patio trasero, se encontraba un grupo de alfas alrededor de una mesa de billar. Eran grandes, con músculos bastante desarrollados y risas estruendosas.

– ¿Qué tanto esperas? ¿Esas pelotitas te recuerdan a algo?

Risas.

–Mierda, por poco.

Más risas.

Estaban divididos en tres grupos situados a los polos opuestos de la mesa, varios vasos se encontraban frente a ellos y pelotas de ping-pong en sus manos.

Tres alfas estaban sentados en los sillones frente a la mesa, observando. 

El primero era un muchacho de ojos verdes y actitud inquieta, era el único que reía con la boca abierta, palmeando sus muslos con cualquier demostración fallida. 

El segundo alfa; a la izquierda, lucía más reservado, tenía una botella de vodka en una mano y en la otra un cigarro. Una bolsa de papas fritas descansaba sobre sus muslos; de la cual de vez en cuando comía, como si nada a su alrededor le importará. Sus ojos eran ambarinos y simplemente aparentaba que ese grupo le caía bien para no ser reprendido por lluvia sangrienta; su jefe en cuestión.

Y el alfa sentado en el centro era; en definitiva, el líder. Observaba con diversión a los demás pero no reía, su mirada era más bien algo calculadora, uno de sus ojos era rojo mientras que el otro conservaba un tono común. 

Dividía su atención entre el juego y su móvil. 

Los dos alfas a su lado le miraban de reojo, como esperando una reacción. 

Hua Cheng; mejor conocido como lluvia sangrienta que busca una flor, ejercía un gran poder sobre todos los alfa presentes, bastaba con ver a los que estaban en la mesa buscando su aprobación con cada lanzamiento, pero él no mostraba ningún favoritismo, hasta parecía aburrido.

He Xuan lo sabía.

–Ese juego no tiene sentido si no tienen qué perder.

Y ahí estaba, la reacción que los alfas esperaban. 

– ¿Retos? –preguntó Qi Rong con curiosidad.

– ¿Me lo preguntas? 

–Retos.