[FANFIC] ME AMAS, ¿VERDAD? [BeefLeaf/TGCF]

I WANNA BE YOURS

Había sido demasiado intenso, ver a Qingxuan moverse sobre él; con su rostro rojo y sudoroso, ahogado en placer, casi masturbándose con su cuerpo. Abriéndose para él, haciendo que llegara dentro; muy dentro, hasta llenarlo por completo. Finalmente el Shi perdió todas las energías que poseía y se tumbó sobre la forma sólida del alfa, He Xuan podía sentir su corazón latir a mil por hora y sabía muy bien que el suyo estaba en iguales condiciones.

—Podría acostumbrarme... a despertar... así... —murmuró el alfa; sin levantarse, demasiado cansado para mover un sólo músculo.

Escuchó las risitas débiles de Qingxuan.

Nunca lo había escuchado reír.

Cerró los ojos.

"—Quisiera escucharlo reír más seguido."

Y algo animal se arrastró por su mente.

— ¿Qué... ah... haces?

Qingxuan tuvo que obligarse a apartar sus ojos del alfa cuando se levantó dejando su rostro frente de su miembro, jamás podría concentrarse si seguía mirando embobado las pupilas dilatadas del He, su pecho bajando y subiendo por la agitación y el sudor que estaba bajando de su frente.

No, necesitaba concentrarse, quería hacer lo que le estaba sugiriendo, podía sentir la saliva acumularse en su boca. Bajó la cabeza, el olor a sexo llegó directo a su nariz y se mojó los labios con anticipación, tragando. Lanzó una última mirada al alfa, tenía los ojos a medio abrir, la vista fija en los movimientos del omega. Llevó una de sus manos hacia la cabeza del Shi, el omega esperó la presión que; estaba seguro, acompañaría el gesto, pero el alfa no la movió. Por un segundo pensó que no le importaría si el alfa usaba su boca como quisiera, pero luego su concentración se dirigió hacia la impresionante erección de He Xuan y ya no quiso pensar en nada más.

Ya sabía que era grande, la había visto y sentido muchas veces pero en ese momento, en medio de su celo y tan cerca, le pareció gigante. En otra ocasión, quizás se hubiera preocupado más sobre cómo iba a hacer para que entrará todo en su boca, sin embargo sólo podía pensar en que no podía esperar más para metérselo hasta la garganta.

—Ten cuidado —advirtió el alfa, con sorna.

Iba a esforzarse, quería que el alfa disfrutará de su cuerpo. Llevó la lengua hasta la cabeza del pene; duro, firme, y dio una pequeña lamida con la punta de la lengua, degustándolo, llenando su boca de un sabor intenso, oyó un gemido ronco y grave por encima de su cabeza y finalmente sintió la presión que tanto deseaba sobre su cabello.