[FANFIC] ME AMAS, ¿VERDAD? [BeefLeaf/TGCF]

ONLY LOVE CAN HURT LIKE THIS

El nudo estaba desapareciendo por falta de estímulo y las feromonas sexuales que ambos habían liberado durante el sexo comenzó a disiparse, se quedaron unos minutos en silencio tratando de recobrar el aliento.

—Sobre... sobre lo que... —comenzó Qingxuan, rompiendo la tranquilidad, no muy seguro de cómo abordar el tema, quizás no era el mejor momento pero tenía que decirlo. Se acercó aún más, apoyó su barbilla en el pecho desnudo del alfa y levantó los ojos para mirarlo— No sabía que tu madre había muerto así, mi hermano me lo dijo ese día y pensé que te fuiste porqué me odiabas. Y-yo te hice... y...

—No importa —lo interrumpió, su voz aún ronca y marcando cada palabra— No lo sabías, debí decírtelo.

El Shi sintió los dedos del alfa rodear su cuello, delineando con el pulgar la herida que hace meses le dejó ahí. El gesto hizo que sus ojos se cerraran pesadamente. El dormitorio olía a ellos y eso le reconfortaba, a pesar de tener muy en claro que ese no era su hogar.

—Pensé que estabas muerto —murmuró el alfa de repente, dejando de tocar la cicatriz de aquel cuello para pasar una mano por su cabello. El omega abrió los ojos, encontrándose con los de él— No podía sentirte.

(—Yo sí, te sentía dolorosamente cerca.)

Pensó el Omega, había podido sentir a He Xuan durante todo el camino a casa de sus abuelos, al tomar el bus hacía las afueras de la ciudad y en ese cuarto olvidado, cómo si por más que se esforzará en alejarlo, estuviese aferrándose inconscientemente por tenerlo a su lado. Su instinto había estado en lo cierto, en realidad no quería irse.

Desvió la mirada antes de responder. 

—Lo siento.

Pero el alfa tomó su cara entre sus manos, obligándolo a posar sus ojos en él nuevamente y acarició sus mejillas con los pulgares, casi con ternura.

Vulnerable.

Qinqxuan se dió cuenta entonces que no había sido el único que había sentido miedo ante la idea de separarse.

—Yo también quiero que te quedes a mi lado... por siempre.

Las palabras del alfa retumbaron en los oídos de Qingxuan, sin pensarlo demasiado, llevó una de sus manos hacía el cuello del alfa, pero él lo detuvo tomándolo de la muñeca.

Fruncía el ceño.

— ¿Pero...? —Preguntó, leyendo el descontento del alfa de inmediato.

—No quiero hacerte daño —confesó el He, negando con la cabeza y llevando la mano del Shi hacía su mejilla, cerrando los ojos al contacto— No quiero ser como...