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George salía aún más tarde que de costumbre del edificio en el que estudiaba. Desde el momento en que le nombraron heredero al trono había tenido que doblar sus horas de estudio y comenzó a hacer prácticas de eventos futuros a los que tendría que acudir.

No iba a mentir, odiaba eso. Pero odiaba aún más el hecho de que sus padres no sintieran ningún tipo de remordimiento por la muerte de su hermano. Simplemente la encubrieron y siguieron con sus vidas. Él había tenido que irse a la cama llorando por los últimos dos meses y sus padres no hacían más que poner más peso en su espalda.

George fue escoltado a su habitación por Dream como ya era costumbre. Ambos caminaban en soledad por los amplios pasillos del palacio en silencio. Ninguno tenía nada que decir pero George le agradecía en silencio su presencia aún cuando este estaba obligado a seguirle a todas partes.

Cuando finalmente llegaron a la puerta de la habitación del príncipe, George se dio la vuelta dándole la espalda a la entrada a la habitación.

–Gracias por acompañarme– agradeció George regalándole una pequeña sonrisa.

–No hay de que, es mi deber después de todo.

George asintió y tras eso se dio la vuelta para después abrir la gran puerta con una llave que se sacó del bolsillo segundos antes. Cuando esta estuvo abierta el príncipe se dio la vuelta con una sincera sonrisa en el rostro.

–Hasta mañana Dream.

–Hasta mañana príncipe George– se despidió Dream realizando una reverencia.

Y así sin más cada uno retomó su camino, uno hacia el interior de la habitación y el otro de nuevo por el pasillo hacia otro lugar del palacio.

(...)

George despertó gracias al molesto sonido proveniente de su mesita de noche. Apagó el despertador algo molesto y se movió bajo sus sábanas tratando de despejarse antes de dejar su cama y volver a integrarse en la sociedad.

Antes de poder hacer algo sintió un peso en sus pies y una voz ya conocida llamándole.

–¡GOGY!– era, como no, Quackity. Que se acababa de lanzar a sus pies gritando su nombre aún cuando eran a penas las seis de la mañana.

El pequeño tenía todo el pelo revuelto y aún vestía su pijama pero lo que más destacaba de él era su cálida sonrisa. Hacía tiempo que no le veía sonreír. Desde que Eret murió hace dos meses no la había visto.

–¿Que pasa Quackity?– preguntó George devolviéndole la sonrisa a su hermano menor.

–¿Dream es tu caballero?

George procesó la pregunta un momento, Dream llevaba dos meses trabajando específicamente para él por lo que le resultaba raro que su hermano lo preguntase a estas alturas. No tuvo más remedio que responder con sinceridad.

–Si, lo es ¿Quieres hablar con él?

A diferencia de lo que George se esperaba Quackity no comenzó a gritar y a asentir emocionado, en su lugar comenzó a jugar con sus dedos y el doblez de su camiseta, lo que significaba que tenía algo que decir pero no sabía cómo hacerlo.

–¿Que ocurre Quackity?– el pequeño niño se mantuvo en silencio unos segundos para finalmente mirar a su hermano a los ojos y hacer la pregunta que llevaba un tiempo guardándose.

–¿Dream es tu novio?– George definitivamente no se esperaba eso. De hecho, eso era lo último que se esperaba que saliese de los labios de su hermano menor.

–¿A- a que viene esa pregunta?– preguntó el mayor con las mejillas algo sonrosadas pensando en como habría llegado su hermano a esa conclusión.

–Lo vi salir de tu cuarto de noche hace unos días y siempre estáis juntos, ya no me haces caso como antes y me dijiste que yo era tu favorito– por su expresión y su forma de decir eso, George pudo deducir que el menor estaba, en efecto, celoso de Dream. No pudo aguantarse las ganas de reír por lo que Quackity le miró con el ceño fruncido y haciendo un marcado puchero.

George dejó de reírse al ver que este era un tema serio para su hermano así que le abrazó para calmarle.

–Tu siempre serás mi favorito Quackity y no te cambiaría por nadie.

–¿Ni por Dream?

–Ni por Dream. Te lo prometo.

La expresión de Quackity cambió a una mucho más aliviada y volvió a sonreír otra vez.

–¿Entonces Dream es tu novio?

–¿Q-que?

–No me has dicho que no.

Quackity bajó de la cama de un salto y salió corriendo de la habitación de su hermano sin dejarle responder pero dejándole claramente sonrojado.

(...)

Lo único que se escuchaba desde el salón del trono eran los gritos de su madre. George se mantuvo firme todo lo que pudo tratando que las lágrimas no se escapen de sus ojos. ¿Esto es lo que Eret tuvo que sufrir todos estos años? No sabía si podría aguantarlo.

–¿¡George cuántas veces te tenemos que decir que te comportes como debes!?– dijo su madre alzando mucho la voz intimidando a su hijo– ¡Dentro de dos años serás rey así que tómatelo en serio!

–Mañana a las nueve te espero en los jardines, no tardes. Dream, llévatelo– añadió su padre mirándole con decepción.

Dream le hizo una reverencia a los reyes y escortó a George fuera de la sala. Ambos caminaban en silencio y Dream trataba de buscar algo que decir para tranquilizar al príncipe. Antes de poder pensar en algo escuchó un golpe y vio a George arrodillado en el suelo mientras las lágrimas corrían por sus mejillas. Trataba con todo su ser no hacer ruido pero pequeños sollozos se podían escuchar.

Dream se agachó a su lado y rodeó al príncipe con ambos brazos tratando de tranquilizarlo. George aceptó el abrazo comenzando a llorar ahora en el hombro de su caballero, la única persona que estaba con él en este momento y ni siquiera era parte de su familia.

–No quiero ser rey...– fue lo único que se pudo escuchar en el tranquilo pasillo en el que se encontraban.

Rewrite the stars - DreamnotfoundDonde viven las historias. Descúbrelo ahora