Eran a penas las nueve de la mañana y George caminaba hacia la sala del trono puesto que al parecer el rey requería de su presencia. Cuando llegó finalmente se paró frente a la puerta cerrada y respiró hondo.
Contó hasta cinco en su interior y tomó el pomo con una mano para abrir la puerta. En el momento en que estuvo abierta vio algo que no esperaba ver jamás. Su hermano Eret estaba frente a él con la corona de su padre sobre la cabeza. Le veía con una mirada vacía, nunca le había visto con esa expresión.
Le estaba mirando tal y como sus padres le miraban.
–¿Eret? ¿De verdad eres tú?– preguntó George mientras las lágrimas se comenzaban a acumular en sus ojos.
–George, eres un inútil– dijo una voz a sus espaldas. Al darse la vuelta pudo ver que se trataba de Dream– Eret habría sido mucho mejor rey que tú. No mereces la corona.
George retrocedió un paso. No podía ver la expresión de Dream al decir eso pero su voz sonaba como si fuera veneno. Las palabras de quién creía que era su caballero se metían en su cabeza sin intención de marcharse.
Dream caminó hacia el lado de Eret y se posicionó a sus espaldas.
–Dream– dijo Eret. Hacía ya tiempo que no escuchaba su voz y de tratarse de otra situación se habría alegrado de volver a hacerlo– Quiero que escortes a mi hermano fuera del reino. Queda exiliado por tratar de suplantar mi cargo.
–¿Q-qué?– murmuró George desconcertado– ¿Eret de que estás hablando?– Dream, siguiendo las órdenes de su hermano, tomó a George de las manos y comenzó a sacarlo de la habitación– ¡No era mi intención reemplazarte! ¡Me obligaron! ¡Por favor Eret, no!
–¿George?– preguntó Dream, pero el príncipe continuó gritando y tratando de zafarse del agarre del contrario– ¡George!
Todo a su al rededor se tornó negro, el agarre que sentía en sus manos desapareció pero aún trataba de zafarse de él. Cuando volvió a abrir los ojos ya no se encontraba en la sala del trono. Se incorporó mirando a su al rededor tan solo para ver una silueta que ya tanto había visto.
–¿George? ¿Estás bien?– preguntó Dream, su voz sonaba preocupada, a diferencia de como sonaba hace unos segundos.
Sentía el sudor correr por su frente y las lágrimas por sus mejillas. Miró hacia abajo tan solo para observar que aún se encontraba en su cama. Había sido todo un sueño.
Sin pensárselo dos veces abrazó a Dream con todas sus fuerzas y siguió llorando en su hombro. Ya sabía que había sido un sueño pero lo había sentido tan real que el corazón aún latía desbocado en su pecho.
Sintió las manos de Dream acariciar su espalda en un intento de calmarle, el cual funcionó pues sintió su respiración algo más estable.
–¿Estás mejor?– preguntó Dream tras unos minutos sin separarse. George asintió para después mirar el reloj de pared que había al otro lado de la habitación. Eran las ocho y media de la mañana, al parecer su despertador no había sonado y Dream había tenido que ir a despertarle tan solo para encontrárselo en pleno ataque de ansiedad causado por una pesadilla.
–Si...
–¿Quieres hablar de ello?– cuestionó el caballero, hasta ese momento Dream no había dejado de abrazar al contrario y George agradecía su presencia. El príncipe lo pensó durante unos segundos pero en lugar de responder a lo que Dream le había preguntado formuló otra pregunta.
–¿Crees que seré un buen rey?– preguntó el principe– ¿Crees que podré gobernar al menos un poco como lo haría mi hermano?
–Claro que lo harás, no se que sea lo que has soñado pero no lo dudes, serás un gran rey George. Tu hermano habría querido que siguieras su legado, sabes que ella no dudaba de sus acciones, siempre miraba hacia delante y optaba por ayudar a los demás en lugar de a si mismo. Eso es una de las cosas más admirables de ella y estoy seguro de que tú también lo haces.
George se sintió aliviado al escuchar esas palabras pero hubo algo que Dream dijo que resaltó en su mente. Por alguna razón el rubio había estado usando los pronombres que su hermana quería en lugar de optar por los masculinos como hacía todo el mundo. ¿Como es que sabía sobre la identidad de Eret? Hasta donde él sabía, su hermana tan solo se lo había contado a las personas más cercanas a él, es decir, sus padres y sus hermanos. Pero por alguna razón Dream también lo sabía.
–Un momento ¿Como sabes los pronombres de Eret?– cuestionó George claramente confundido separándose del abrazo que había continuado hasta ahora. Dream se mantuvo en silencio unos segundos antes de dejar escapar una ligera risita.
–Antes de ser tu caballero fui el de tu hermana– aclaró Dream con normalidad– George, llevo trabajando para tu familia siete años.
George procesó las palabras de Dream por un momento, si llevaba tanto tiempo trabajando para su familia, tanto que incluso había sido el caballero de Eret ¿Como es que nunca antes de que los presentasen lo había visto?
–¿Es en serio? ¿Antes eras el caballero de Eret?
–Si, pero mi trabajo era algo diferente con él que contigo– le comenzó a explicar Dream– cuando trabajaba para Eret, tus padres me dijeron que mantuviera un perfil bajo. Tan solo hablaba con Eret cuando estaba solo, siempre que estuviera en público o con alguien debía alejarme de ella y observarle desde las sombras. Con su muerte tus padres me asignaron el mismo trabajo contigo pero con la diferencia de que no debía alejarme de tu lado bajo ninguna circunstancia.
George lo entendió al instante, sus padres no podían permitirse perder a otro hijo pues su última oportunidad tan solo tenía cinco años actualmente.
–Es decir... Que tan solo estás aquí ahora mismo porque mis padres te lo ordenan...– George estaba algo triste por ese factor. Él quería que Dream se preocupase por él genuinamente, no por órdenes de sus padres.
–¡No! ¡Claro que no!– exclamó Dream volviendo a reforzar el abrazo– Tus padres tan solo me necesitan aquí para mantenerte a salvo, la parte en la que actúo como psicólogo personal invita la casa– bromeó el caballero.
George se sintió aliviado y volvió a aceptar el abrazo. Por lo menos ahora sabía que la única amistad que le importaba actualmente era genuina.
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Rewrite the stars - Dreamnotfound
FanfictionGeorge Henry Davidson es el segundo hijo de la realeza en L'Manburg. Sus padres no quieren que la desgracia de su primer hijo se repita con el segundo así que le asignan a un guardia que le seguirá a todos lados. Un guardia del que nadie conoce la i...