Caminaba por el jardín de rosas en compañía de mi criada de más confianza, mi madre había ido al palacio de la sultana Hatice y mi padre estaba supervisando que le enseñaran a Mehmet a usar correctamente una espada, la valide sultán estaba viendo la llegada de nuevas concubinas al harem con ayuda de Gulfën y la sultana mahidevran (aunque esta última estaba evaluando a las futuras amenazas de mi madre).
Con ayuda de beyaz kış recogía algunas flores, serian para mi padre, para que me tenga siempre presente, cuando menos me di cuenta había alguien más en jardín, sentado cerca del pequeño estanque y viendo a la nada.
-Hermano¡¡ -
Me acerque tranquilamente hasta que me pude sentar a su lado, en cuanto me escucho llamarlo se volteó y me regalo una sonrisa esplendida e hizo un lugar para que yo me sentara.
-mi querida Mirihima ¿Cómo esta hermana? -
-maravilloso, estoy recolectando flores para nuestro padre-
Caminamos un poco más por el jardín mientras hablábamos de su provincia y lo bien que la manejaba, de las disputas que había habido en esta, de cómo solo se llevó criadas y no concubinas, tal vez regreso por algunas chicas.
-ya has hablado con la valide sultán para que te asignen chicas para tu harem? Supe que no te llevaste más que criadas –
-no le he dicho nada, aunque es probable que mi madre sea la que quiera supervisar todo eso, examinar a cada muchacha y educarlas hasta que me vaya nuevamente-
-eso quiere decir que tendrás favoritas e hijos como nuestro padre-
Se puso un poco nervioso y debió la mirada hacia un arbusto lleno de brezos, tomo uno y lo puso entre los adornos de mis cabellos mientras dulcemente acariciaba mi cabeza.
No me contesto pero yo no quise insistir, recuerdo en mi primera vida que los dos hijos de Mustafá eran solo unos bebes cuando el murió y por consiguiente ellos también, mi padre dio la orden de matarlos también, como en su momento también mato a los hijos de Bayaseto dejando solo viva a su hija la cual cuide hasta el día de mi muerte; se los debía, no pude cuidar de ninguno de mis hermanos ni de sus hijos, ni siquiera de Selim que fue el sultán, solo pude ver como se hundía en la bebida y mujeres.
-No quiero hacerlo-
- ¿Qué cosa hermano? -
-tener concubinas, ni favoritas y mucho menos hijos-
- ¿Por qué?, estoy segura que tus hijos serán muy guapos y si tienes alguna sultana será la más hermosa del imperio-
- no podrá, tu eres la sultana más hermosa del imperio, el sol que calienta mi corazón y la luna que ilumina mis caminos, la luz en mis cruzadas y la única mujer en mi corazón, jamás habrá mujer ante mis ojos que pueda opacar tu belleza y curas mis heridas con solo un suspiro; por eso no tendré harem ni favoritas, ellas no se acercaran a la magnificencia de tu imagen-
Decir que quede impresionada por tan hermosas palabras es poco, sentí mi corazón revolotear y que la respiración se quedó en mi garganta, esto no era normal y sabia que todo había sido obra de Mustafá.
-Hermano que bellas palabras, pero no es posible, sé que encontraras una chica que lograra cautivarte, todo lo que dices es por el amor de hermano que me tienes-
Por Alla no sabía no que pensar, mi cuerpo aún es muy joven y pareciera que Mustafá ha quedado encantado conmigo, esto no debería pasar hasta dentro de algunos años cuando florecí cual tulipán y quedo en los libros lo hermosa que era.
Me acompaño hasta mis aposentos donde dejo un beso en mi frente y se retiró no sin antes decirme que en la semana me tendría un regalo.
La noche siguiente llego con una criada una caja pequeña, bellamente decorada y al abrirla me encontré con el más hermoso anillo, sin duda opacaría al de mi madre, tenía un zafiro central grande después hileras de diamantes a cada lado cerrando el anillo y en el extremo superior del zafiro un diamante mediano, de un color tan cristalino como las aguas que fluían por el palacio.
Además del hermoso obsequio venia una carta con algo que hizo mi corazón estremecer
Este sentimiento es tímido cerca de ti,
Recordar tu voz a la lejanía,
Estremecerme con tu calor al solo un saludo.
Este sentimiento es aguardarte como si fueras parte del ocaso,
No antes, no después estaremos sobre la tierra seca,
Compartiendo solo el latido del roció.
Este sentimiento es percibir tu ausencia,
Anhelar tu perfume en el aire que respiro,
Contemplar solo la estrella en la que te alejas.
Este sentimiento incendia cada parte de mi alma,
Llorar noches en vela amando tu dulce orgullo,
Y sentir tu existencia dondequiera que miro.
Este sentimiento me matara,
Y ahora solo espero la muerte por mi pecado,
Que cargare solo mientras mi sangrante boca aspira a amarte.
nadie más que las frías paredes de mis aposentos fueron testigos de cada carta enviada, de cada visita, de esas miradas cómplices o silencios cómodos; Mustafá debía irse pero aun así seguimos en contacto, su más fiel vasallo sirvió como mensajero de estas extrañas pero entrañables cartas que esperaba con ansias cada vez.
Me costaba como cada una de mis respiraciones hacerle esto a Mustafá, aun no sabia que haría con el, no solo podía hacerlo matar otra vez para quitarlo del trono, ha sido manipulado por muchos años y aun cuando trate de hacerlo pensar, no escuchar en todo a su madre y confiar mas en su instinto, no pude, el esta hasta cierto punto segado por el poder de todo lo que le prometieron.
Necesitaba hacer un nuevo plan, tal vez incluir a mis hermanos, tratar de que dejaran las disputas de lado pero se que eso será sumamente complicado, solo rezo a ala que me permita salir de estos problemas victoriosa.
ESTÁS LEYENDO
LE SANG DU POUVOIR
Ficción históricaYo soy Mihrimah Sultan, hija del sultan Soliman el magnifico y la haseki Hürrem sultan, viví más que mis padres y que todos mis hermanos. Vi las desgracias del palacio de topkapi como todo lo que puede dar ser sultana de nacimiento, pero ni así fui...