Yo soy Mihrimah Sultan, hija del sultan Soliman el magnifico y la haseki Hürrem sultan, viví más que mis padres y que todos mis hermanos.
Vi las desgracias del palacio de topkapi como todo lo que puede dar ser sultana de nacimiento, pero ni así fui...
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El sultán del mundo se encontraba sumamente molesto, como es que podían correr por las paredes de su palacio tan fácilmente esa clase de rumores, el mismo era consciente de que ningún hombre que él no hubiera autorizado podría siquiera pensar en acercarse al harem y mucho menos a los aposentos de su esposa.
Mando a traer a su madre, la encargada del harem, pero ella decía que solo es un rumor estúpido y que atraparía a los responsables y aunque quiso creerle, seguía sintiendo ese cosquilleo (el mismo que solo sentía durante la batalla) que le decía que no era mentira el rumor y que su esposa se veía con otro hombre.
Había mandado a su hombre de más confianza, al gran visir Ibrahim a que investigara toda la seguridad y los alrededores de Topkapi y este seguía sin regresar con las noticias que él esperaba.
conocía que había muchas cosas que dentro de las paredes del harem se le ocultaban y que había muy pocas personas dispuestas a contarle y una de ellas era su amada hija.
Con la que había vuelto a discutir y aun no podía ganar su perdón
No sabía que más hacer, estaba tan lleno de problemas en el estado y ahora se sumaban los de su harem, sentía que los dolores de cabeza eran más intensos y constantemente se replanteaba sus acciones.
Y como mandada por el cielo, llego su amada flor de primavera que entre sus manos traía una jarra de un (a simple vista) exquisito vino
Se sentaron juntos admirando por el balcón la llegada de las estrellas y hablaron de todo lo que acongojaba su alma recientemente.
Se sintió como aquel chiquillo que cuando no tenía con quien hablar, corría ante la presencia de su favorita y solo jugaban como dos enamorados sin preocupaciones.
Y así, estrechándola entre sus brazos después una nueva explosión de éxtasis fue que pudo dormir tan plácidamente y olvidando todos sus malestares.
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Apenas desperté, mande a llamar a la chica que empezó los rumores, y resulto ser Mehtap, aunque ahora ante mí, ella se aferraba a negar que había comenzado el rumor y casi lloraba por misericordia.
-solo necesito que me digas lo que viste, no me interesa si empezaste el rumor o no-
Mientras se secaba las lágrimas alzo la mirada
- ¿enserio mi sultana? -
-claro, ahora habla-
-yo...tengo problemas para dormir así que me desperté más temprano que las chicas del harem y escuche una puerta abrirse, me asome un poco y vi que era la sultana Hürrem que salía de sus aposentos y luego...volvió a entrar, pero después salió solo un hombre-
- ¿viste quién era? -
--no-
-entonces como sabes que es un hombre-
-traía una capucha y era más alto que la sultana además de que se veía musculoso y se inclinó hacia la sultana, después ya no vi más, me oculté entre las cortinas por si me veían-
Entonces es real, algo debe de estar planeando mi madre, o puede que sea solo un hombre del que esta enamorada, con ella no se sabe.
Mande a que se fuera de regreso al harem y averiguara si alguien mas lo había visto, claro todo en silencio y a cambio la enviaría con mi padre otra noche
En cuanto se fue, una chica de confianza de la sultana mahidevran y me entrego un pedazo de pergamino donde me contaba de todo lo que hablo con mi padre y sobre la sospecha de que era real los rumores
Le pedí a la chica que lo confirmara con mahidevran y que se fuera inmediatamente
En lo que esperaba los resultados haber mandado a distintas personas a investigar la identidad de aquel hombre me puse a estudiar posibles nuevas rutas comerciales que podía abrir cuando mi padre partiera a la campaña.
Poco antes del medio día ya estaba fastidiada de tantos mapas así que, habiendo avisado a mi abuela, partí hacia el pueblo en compañía de algunos guardias y dos chicas de mi confianza.
Caminé por el mercado buscando cosas que llamaran mi atención y encontré algunas joyas, nada muy caro y algunas pinturas lindas
Mientras seguía paseando entre los puestos, me pareció escuchar una voz conocida
-vamos Asil que puedes hacerlo más hermoso-
-bueno, si me dieras más especificaciones podría hacerlo, además solo me trajiste un pedazo de este raro ópalo-
-solo tienes que encargarte de que el collar sea realmente hermoso, es un regalo-
-entonces le hare algunas modificaciones, estoy seguro de que le encantara a la sultana Hatice-
Y ahí me fije bien, la voz que reconocí era del gran visir, antes de contestar vacilo un poco, pero confirmo que eran para mi tía
Hablaron un poco más de la joya y finalmente se la entregaron, el collar era de plata y resaltaban las tres piedras azules, guardo el collar y se fue, no es que me importe mucho, pero recuerdo haber escuchado de mi madre en mi primera vida que el visir le era infiel a la sultana con una criada, pero no recuerdo con cual.
Dejé el tema de lado seguí haciendo algunas compras más por aquí y por allá donde algunos comerciantes me reconocían y me regalaban cosas o alzaban bendiciones en mi nombre.
Cuando por fin regrese al palacio antes de que el sol se pusiera me entere de la nuevas buenas, mi madre había discutido a gritos con la valide en su habitación y después de casi dos horas de estarse gritando, la valide se sintió mal y tuvieron que llevarla a sus aposentos y llamaron a los médicos.
Dijeron que solo fue el estrés y necesitaba descansar y cuando mi padre se enteró también fue a discutir con Hürrem
Como quien no quiere la cosa fui a ver a mi abuela y mientras tomaba su mano tomé el pulso, era demasiado rápido y su tez no era buena, en sus ojos podía ver el color amarillento y algunas venas reventadas.
Al parecer esta discusión había detonado su enfermedad y ahora no esperaba que llegara al final de mes.
Después de despedirme de ella, le dije que me ocuparía de mis hermanos y les pedí a las criadas que prepararan la cena, pues mis hermanos dormirían conmigo.
Después de cantarle una canción a Cihangir y contarles una historia a Selim y Bayaseto (aunque ellos juraban que eran demasiado mayores para esas cosas) mis hermanitos estaban durmiendo libres de las preocupaciones.
Tenía un fuerte dolor de cabeza y sentía que estaba complicando más de la cuenta mi futuro, pero no podía dejar todo como fue en mi primera vida, estaba sumamente cansada de todas estas pequeñas luchas contra las corrientes, pero tenía que aguantar unos años más.